Parte 2-Una experiencia....religiosa????

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Fueron esos microsegundos de preguntarme, ¿qué hago acá?

Al mismo tiempo sentirme arrastrada en una marea de sentimientos encontrados, inciertos y nuevos. Me sentía temblar y respirar erráticamente, lo sentía avanzar, rodearme y estudiarme como estudia un animal de caza a su presa.

Respiraba con la boca abierta, casi jadeando del miedo.

–No te asustes, esto es tan nuevo para ti como para mí. – su voz grave dijo de golpe, sobresaltándome.

Tenía que serenarme y quedarme muy quieta a la espera de sus órdenes, las reglas estaban claras, ojos cerrados completamente, sumisa a la espera de sus órdenes sin refutar, sin preguntar, solo obedecer...

No estaba en mí ser tan sumisa, soy esclava de mis sensaciones y en este momento estaban corriendo libres y confundidas.

De pronto sentí su aliento detrás de mi, como conteniéndose. Un reflejo provocó que doblara mi cuello exponiéndolo, como si sintiera sus deseos. Así fue, él entendió y lo sentía cada vez más cerca de mi cuello oliéndome, o más que eso, absorbiendo mi esencia.

Hasta que lo sentí casi besar mi cuello, creo que se detuvo a milímetros de mi piel. Dudando, peleando contra el deseo.

Finalmente lo hizo y poso sus labios en mi cuello. Fue como sentir una fuerza tremenda y repentina que lleno mi cuerpo de calor.

Un terremoto de sensaciones se apodero de mí, me dejé llevar no tenía escapatoria.

Dejó sus labios en mi cuello solo unos segundos, y luego comenzó la tortura, creando un camino de besos hasta llegar a mi oído.

–No sé cómo decírtelo, me volvés loco. Esto es nuevo y a la vez, es muy excitante. – me confesaba, y posaba sus manos sobre mis caderas, no se si para aferrarme a él, o él aferrarse a mí.

Sus dedos se clavaban en mi piel, un calor repentino comenzaba a abarcar mi cuerpo, no se si fueron las copas que me bebí para juntar valor o la adrenalina del momento, pero de golpe sentí que mi cuerpo se estaba llenando de un calor muy fuerte y poderoso.

El siguió besando mi cuello, movía su cara sobre mi, sentí su barba rasposa apenas crecida. Me lo imaginé con esa barba descuidada de días, que los hombres suelen usar como lija, que hacia que mi piel se sintiera más sensible por sus caricias.

No pude evitar jadear, me encontraba perdida en un momento irreal.

–No tiembles. – me sorprendió diciéndome, ¿estaba temblando? –No voy a hacerte daño.

De repente se alejó, pero seguía sintiéndolo cerca, hasta que sentí su mano, acariciándome el pelo. Sus dedos acariciaban mi hombro, comenzó a bajarme el bretel del corpiño de encaje que llevaba puesto. Uno y luego el otro, recorrió con sus dedos el borde superior del corpiño, delineando mis pechos, yo ya empezaba a respirar más agitada. Creo que lo presintió, porque volvió a acercarse a mi oído y me dijo bajito:

–No me temas, no te asustes, no quiero que la pases mal, quiero que goces tanto como yo.

Cerré la boca, me di cuenta que la traía abierta y respirando agitada, pero traté de recomponerme. No sabía hasta donde pudiera llegar esta situación.

En este tipo de servicio no era necesario u obligatorio, o como quiera uno entenderlo que tenía que haber sexo. Las chicas que ya tenían experiencia en esto, me habían explicado que justamente la persona que buscaba este servicio en especial que no era normal ni tan común, buscaba no solo tener sexo, buscaba desenchufarse, sentir la sensualidad. Las chicas lo tomaban como una terapia, ellas eran la terapeuta, obviamente. Pero que justamente y no se como dieron con esta manera de proceder, necesitaban chicas con poca experiencia, para que la manera de reaccionar sea creíble, y vaya que se sentía creíble.

Mi cabeza estaba a mil, no quiero saber lo que mi cliente este sintiendo ahora.

–Te siento distante, vuelve a mí. – exclamó de pronto, es como si hubiera entrado en mi cabeza y se hubiera dando cuenta que de pronto volé, pero para poder entender como debía seguir en esta situación.

Apenas pude atinar a decir perdón, que el cubrió mis labios con sus dedos.

– Shhh, está bien, lo entiendo, se que esto no es fácil para ti. – Me quede pensado si esto era nuevo para él...no valía la pena saberlo, solo me concentre en dejarme llevar.

Sus dedos pasaron de mi boca, a mi mejilla, recorriéndola y luego los arrastró hasta llegar a mi pelo, acariciándolo y peinándolo.

Acompañé el movimiento con mi cabeza, siguiendo la caricia.

–Eso es, te quiero así, entregada a mí, te necesito así.

Atiné levantar un poco la cabeza como preguntando porque me había dicho eso, y como si hubiera adivinado mi movimiento, decidió evitar la respuesta, haciendo algo de improvisto.

Me beso para no responder, apenas apoyo sus labios a los míos, como esperando el permiso para llegar mas allá. Me dejé llevar y presioné levemente mis labios a los de él, fue darle el permiso que esperaba, porque el rápidamente abrió su boca y comenzó a asaltar mi boca con su lengua. Yo no pude evitar quedarme atrás, mi lengua cobro vida propia y siguió una danza atrevida contra la suya. Era como si nos batiéramos a duelo, una batalla terrible y hambrienta.

Él fue el primero en romper el contacto, jadeante, buscando aire.

–Dios, eso es nena, si así.

Sus manos volvieron a estrecharme y otro round de besos ardientes se apodero del momento. Hasta que nuestras bocas tuvieron que separarse, para buscar oxígeno. Pegó su frente contra la mía buscando apoyo.

–Si seguís así no me voy a poder aguantar, tus besos son muy poderosos.

Me quedé dura al escuchar eso, jamás pensé que mis besos podrían volver loco a hombre, no de esa manera.

–Me gusta besarte. – me atreví a confesarle, me sentía poderosa.

Lo sentí titubear, creía que se había enojado, pero trazo mi boca con sus dedos y me alivio el contacto.

–No te das cuenta lo que tus besos me hacen, nunca pensé que tendrían este efecto.

Fue como algo místico.

Místico, pensé, wuau. Creo que, dentro de mí, mi ego creció un poco más, la gata escondida se estiró y se relamió. Era la primera vez que un hombre me decía algo así y me hacía sentir tan poderosa, con tal solo un beso. Que más tendré que hacer para mantener las expectativas al mismo nivel, no hizo falta pensar mucho. Al sentir su agarre fuerte en mi nuca, y estrechar el abrazo, pude sentir su erección contra mi. Creo que vamos por buen camino me dije.

–Quiero más de tus besos nena, los necesito, dame más. – Y así sin más, me comió la boca de manera hambrienta y sin piedad.

Servicio bajo las sombras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora