El ángel se encontraba alegremente platicando y sonriendo con otros ángeles, cuando de pronto sintió un repentino escalofrió y las risas de los ángeles pararon.
-Fuera de aquí.- al instante reconoció aquella voz que provenía detrás de ella. Giro y ahí estaba él, con su severa mirada, observando fríamente a los ángeles.
-¿Y porque debemos hacer lo que tu dices?.- Contestó el mayor de los ángeles sin temor a lo que fuera a suceder.
Los ojos del demonio se tornaron repentinamente más obscuros de lo habitual, haciendo retroceder a los otros ángeles.
-No querrás verme enojado delante de mi chica.
Ante ese comentario el ángel quedó paralizada y en su mente empezaron a correr imágenes de ella y el demonio siendo felices.
-¿Tu chica? ¿No crees que "tu chica" debería de ser alguien de tu especie?.- Respondió el ángel mayor algo molesto.
-Y tu, ¿No crees que deberías de cerrar el pico y cuidar más tu vocabulario al estar hablando con alguien de "mi especie"?.-Dijo el demonio encarando al ángel mayor.
-¡Paren ya! No le veo el caso a esta pelea.- Replicó el ángel esperando que ambas criaturas se relajaran.
El ángel mayor suspiró resignado y se fue de el lugar, en cuanto al demonio, solamente miró con mala cara al ángel y se fue del lugar, dejando de nuevo confundida al ángel.
¿Que habrá sucedido que causó que el demonio se molestará de esa manera?
¿Y porque antes de eso la llamó "mi chica"?
¿Que estaba sucediendo por la mente del demonio cuando la miraba, o cuando no estaba cerca de ella?
¿La extrañaba acaso?
