Habían pasado 2 días sin hablar con el demonio, y el ángel se sentía extraña, incompleta, sin vida y no sabia porque.
¿Acaso el demonio se había llevado su alma? "No creo".-Pensó el ángel. "¿O acaso si?"
Muchas personas le había dicho que los demonios son criaturas crueles, fribolas, sin sentimientos, que escogen a sus presas y las destruían poco a poco llevándose su alma, o e el peor de los casos, matándolas al instante.
-¿Pensando en él?
-¿Porque te enfrentaste a él, Tov? ¿Acaso no te diste cuenta que si lo haces enojar te puede matar?.-Replicó preocupada el ángel.
-Haría cualquier cosa para salvarte, ademas, ¿No te das cuenta de que si sigues hablando con él te puede matar?
-Se muy bien lo que me puede suceder si sigo hablando con ese demonio, Tov. Pero estoy dispuesta a sufrir el riesgo.
-¿Estas segura?
El ángel no contestó nada y solo soltó un largo suspiro.
-¿De verdad quieres seguir hablando con él?
-No lo se, hay algo dentro de mi que me dice que debo seguir con él, pero por otro lado algo me dice que debo de alejarme porque no me sucederá nada bueno, pero creo que no puedo alejarme de él, tengo una inmensa necesidad de seguir viéndolo.
-Solo espero que no te haga sufrir
-Espero lo mismo.- Contestó el ángel y tragó saliva.
