CAPITULO 7

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Después de toda esa escena mi hermano se fue, yo solo seguí leyendo...cuando termine subí a mi cuarto, realice la poca tarea que tenia y me quede dormida...........

Suena la alarma, me levanto, me ducho y arreglo para después bajar a desayunar, en el desayuno platico con mis hermanos, quienes después de no mucho, me convencen de llevarme a la escuela.

Llego ala dichosa escuela ( y pensar que es el segundo día) cuando entro recorro los pasillos hasta llegar a mi casillero, y después voy a mi salón las clases transcurren como siempre, tengo varias clases con James y otras con Dylan, un profesor encarga un gran proyecto,el cual tengo que realizar con una compañera (por desgracia) también nueva su nombre es Melissa, quedamos en hacer el proyecto en mi casa y despues de unos cuantos minutos suena el timbre para el receso.

Cuando salgo me topo con Dylan... Quien me acompaña hasta el comedor, cuando entramos todas las miradas se posan en nosotros, bueno en realidad en el, yo la verdad parecia, "nada" a su lado, cuando compramos me dirijo a una mesa y me siento (aun incomoda por todas las miradas) hasta que oigo su voz, que es gruesa y tiene un gran tono de seriedad...

-Amm...de casualidad conoces un lugar donde no haya tantas...

-Personas?- A complete su frase.

-Solo donde no sienta que media escuela me mira- Dice con una mueca.

-Pues creo que...-me quede pensando en algún lugar...- solo el patio trasero- Digo algo rendida.

-Ok...te importaría si yo me...- Dice señalando la puerta que daba hacia ese gran patio

-No, claro que no.

-Ok- dice mirando hacia aquella puerta, pero después de unos segundos, me vuelve a mirar y estando a punto de hablar lo imterrumpi.

-Tampoco me gusta mucho este lugar...crees que pueda...- Hago un gesto indicándole la puerta.

-Si claro- Dice dándose cuanta de mi pregunta.

Los dos caminamos hacia la parte trasera de la escuela, un lugar donde casi nunca hay gente, supuestamente porque esta prohibido el paso, hay varios arboles...solía ir mucho, me encantaba sentir la tranquilidad que me trasmitían los arboles, me desestresaban, como dije antes, el silencio me gusta y sentarse bajo un árbol a leer es la gloria, o lo era hasta que James casi me obligo a sentarme con el en el comedor.

Caminamos a el primer árbol que vimos y nos sentamos, el recargado en el árbol con sus piernas dobladas y yo enfrente de el, en la misma posición, el silencio reino de nuevo, pero esta ves parecía que a nadie le importaba ... De pronto observo como Dylan, se quita una pulsera de tela, algo vieja y de muchos colores, cuando la tiene entre sus manos, la observa y después hace algo que me sorprende... toma mi mano izquierda, con mucha delicadeza, pone la pulcera alrededor y hace un nudo...

-Es para mi?- Digo con una cara muy notoria de confusión.

-Es tuya- Menciona con tranquilidad.

-Me la estas dando?- pregunte por segunda vez, tan extrañada como al principio.

-No, es tuya- dijo con la misma tranquilidad de antes, pero al ver que solo me le quedaba viendo, siguio- Te prometí que te la regresaría, cuando...volviera.

Yo observe detenidamente la pulsera, pero...no lograba recordar absolutamente nada, extrañamente estar con el no era muy incomodo y esa pulsera aunque vieja se me hacia linda, ¿pero porque?, ¿en realidad era mía? Solo me limite a disculparme.

-Lo siento...pero no logro recordar nada.

-Tal vez...si te ayudaron a olvidar en el...orfanato- dijo dudando de si decir lo último o no.......

Los recuerdos me invadieron inesperadamente como una ola, Dylan...ahora lo recordaba y a la perfección, era el, mi mejor amigo de la infancia...recuerdo, que era el niño lindo, el alegre, el que lograba hacer reír a todos, el que no podia pasar ni un segundo sin hacer que las personas a su alrededor sonrierán, al que todos querían pellizcarle las mejillas... y también que fue de gran ayuda cuando sucedió "el accidente"... recuerdo que su madre intento ayudarnos, dándonos un techo y comida, acogiéndonos, hasta que el orfanato le dijo que no podia quedarse con la custodia y tenían que llevarnos, aun así nos visitaron todos los días durante los dos años que estuvieron aquí, hasta que por motivos que nunca supe abandonaron el país, y le di mi pulsera favorita a el, con la promesa de que regresaría y me la devolvería...recordaba todo de ese día, parecía que hubiere sido en ese mismo momento... Y no podía creerlo, ahora estaba aquí regresandomela...quería llorar, abrazarlo, reír sin parar, por un segundo me sentí feliz...pero...no podía hacerlo, el no era ese Dylan que yo recordaba, ahora era un chico que parecía golpeado por el mundo, que con todas sus fuerzas se ha levantado y ha tratado de seguir su camino, aunque este, este destrozado y sin rumbo, con todo lo que lo rodea, en contra de el ... Igual a mi.

El observando mi rostro se dio cuenta de que lo había recordado todo, pero solo se limito a mirarme directamente, como preguntándome que era lo que había recordado.

-Cambiaste- Fue lo primero que salio de mis labios y desee con todas mis fuerzas haberme quedado callada cuando vi su reacción.

El se paso la mano por su cabello, dejándola en su cuello, miro al cielo y luego su vista bajo asta el piso, suspiro y como en casi un susurro pronuncio...

Estaba a punto de disculparme cuando sonó el timbre... El se puso de pie, me extendió su mano, la cual tome, me puse de pie y los dos caminamos en silencio, cada quien estaba a punto de irse a su salón y no quería que quedara hací, pero no sabia como pedirle disculpas, hací que use todo mi valor...

-Lo siento... No era mi intención incomodarte- Digo con mi cabeza agachada.

-No te preocupes...- Hablo con la misma tranquilidad de siempre y de la nada me dijo-...la pulsera se te ve linda.

Dicho eso camino por el pasillo asta meterse a un salón.

La Ausencia Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora