CAPÍTULO 24

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Sus labios se acercaban lentamente hacia los mios, usé todas mis fuerzas puse las manos en su pecho y lo empujé...

-¿Que rayos te pasa Dylan O'Brien? ¡Eres un maldito temperamental, No me toques!- Grité y el puso una mano en mi boca, la cual aparté bruscamente, estaba dispuesta a forcejear, pero puso su dedo índice sobre sus labios...

-Shhh- Escuche en tono grave, quiso volver a tocar mi ojo pero le di un manotazo y este levantó la mano izquierda en señal de rendición, se alejó un poco y entonces logré ver su mano derecha pegada a su camisa, la cual estaba manchada de sangre...

-¡Que no me toques!- pronuncié cuándo hizo un nuevo intento.

-¿Como planeas que desinflame la herida?- Contestó mirando hacia otro lado.

-Solo alejate- baje de la mesa y me senté en una silla que estaba cerca, de pronto entró la enfermera, me miró y felicitó a Dylan por su buena acción, después lo miro eh hizo una mueca fingida de dolor, le indicó que se acostará en una camilla y este caminó tambaleándose, me extrañó, pero con lo que había pasado hace unos minutos no me esperaba menos, me disponía a irme cuando la enfermera me llamó...

-¿Kaetlyn, puedes ayudarme?- gire mi cabeza hacia Dylan- Tengo que encargarme de James.

Camine torpemente, apretando los puños, me dio un trapo húmedo eh indico lo que tenia que hacer y después volvió a salir, me incliné y le miré, con mucho cuidado pase el trapo por su rostro ensangrentado...

-Parece que tus sueños no se cumplen ¿verdad?- medio sonrió para después cerrar los ojos y reprimir un quejido.

-Callate Dylan- Susurré y volví a mi trabajo recién asignado.

Mientras limpiaba sus heridas el intentaba no mirarme, yo por el contrario tenia que hacerlo, un poco de lastima sustituyó mi rabia, cuando pase el trapo por su mejilla cerró los ojos bruscamente y después los volvió a abrir, centró su atención en un pequeño cuadro de dos lindos canarios...

Lo observé detenidamente, su cabello estaba desordenado, su frente al igual que sus mejillas y cuello tenían pequeños y grandes  moretones, una de sus sienes sangraba igualmente su pequeña nariz no dejaba de expulsar liquido rojo, sus ojos habían perdido ese brillo que había visto antes y tenían el derredor teñido de un leve púrpura, su labio inferior estaba partido, sin mencionar que su mano derecha estaba desecha, pero me impedía tocarla, al ver todos estos detalles suspire pesadamente...

-¿Me veo tan mal?- Mirandome directamente y tratando de sonreír preguntó.

-Estas destrozado- Contesté mirando a otro lado, después de lo que pasó hace unos minutos, no me sentía cómoda mirándolo directamente, el soltó una leve carcajada.

-Deberías ver como quedo el otro- Bromeó, mas no encontré el humor en sus palabras, volteé hacia donde se suponía que estaba James, la enfermera lo atendía y el no dejaba de quejarse, era cierto, si Dylan estaba mal, no sabía que decir de  James.

-Aun tenemos que ir a la oficina de la directora- Mencioné saliendo del tema anterior, eh hize presión ahora con un algodón con alcohol, él se quejó.

-Cierto- Maldijo en voz baja y trato de enderezarse, parecía una tarea sencilla, pero cuando lo intentó, me di cuenta de cuan lastimado estaba.

Tomó las orillas de la camilla fuertemente, se apoyó primero en sus codos y descubrió que sus brazos no tenían fuerza, suspiraba apresuradamente, como convenciéndose mentalmente de que podía hacerlo, pero estaba equivocado, después de varios segundos lo logró, cuando estaba sentado en esa camilla sus ojos al igual que sus labios se apretaban con fuerza, en ese momento sus brazos flaquearon y calló pesadamente sobre la cama, se encogió en ella...

La Ausencia Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora