Capítulo II: Sonambulismo y discusiones.

1.3K 83 6
                                    

Sommer Stark.
13.12.2021.
05:56 hrs.
Gotham, Mansión Wayne.

Solté un refunfuño. Había pasado toda la última hora girando de un lado a otro intentando dormir, pero como siempre algo tenía que atentar contra mi sueño.

—Te odio vejiga inútil. —pronuncié.

Salí de mi cama directo hacia el baño donde logré satisfacer mi necesidad urgente de orinar y fue bastante largo teniendo en cuenta todo el agua que bebí después de las visiones. Lavé mis manos con rapidez para así volver a mi cama caliente. Pero de nuevo.

—Dios, es como si evacuara y listo, tienes sed de nuevo, estúpido cuerpo anormal. —seguí hablando sola.

Me despoje de las sábanas calientes para salir de mi habitación por algo del agua saborizada que había hecho Al anoche. Mis pasos eran lentos y algo ruidosos, pero no me importaba despertar a Damian, Dick o Bruce. Aunque decidí acallar mis pasos por Alfred.

Al llegar a la cocina, decidí no encender ninguna luz, estaba mejor así. Caminé hasta la nevera que al abrirla me recibió con la iluminación que esperaba. Tomé la jarra de agua. Vertí un poco en un vaso y lo bebí con lentitud, de repente todo se puso borroso.

—Realidad, tiempo, espacio, mente, alma y poder. —dijo una voz diferente a la de Thanos —Son las fuentes de energía que dejó el universo después de crearse. Cada una con una diferente función pero que juntas lograrían hacer a una persona invensible, el único detalle es que sólo personas con un gran poder podrían contenerlas.

—¿Y si alguien contiene el poder de cinco? —comentó la voz de Tony.

—Thanos. —respondió la otra voz —Él lo hizo con las seis, pero...

El estallido del cristal chocando con el suelo envolvió toda la cocina, pero sólo me quedé en silencio analizando la visión que había recibido de repente. Cerré los ojos quitando la pulsera de mi mano. Intenté concentrarme de nuevo en esa situación, creí que volvería ahí cuando una luz se presentó detrás de mis ojos.

—Mierda, Sommer, ¿en qué momento te hiciste sonámbula? —escuché la exasperante voz de Jason.

Genial. Abrí los ojos encontrándolo frente a mí. Su rostro denotaba preocupación y confusión. Las marcadas líneas en su entrecejo se dibujaron cuando sus cejas se plegaron. Sonreí. Tenía tanto tiempo que no le veía hacer eso, de hecho, habían transcurrido cinco años antes de tenerlo así de cerca.

—No soy sonámbula. —comenté trazando mi dirección hacia una escoba para recoger el desastre —Tuve una visión. —aclaré juntando los restos de cristal del vaso —Lamento haberte despertado, no sabía que seguías aquí. —mencioné a punto de recoger el vaso astillado.

—Amo Jason, no sabía que estaba aquí. —anunció su llegada Alfred, estaba ya con su típico traje de trabajo y nos observaba —¿De nuevo, señorita Sommer? —apremió observándome —No toque nada de ahí, va a lastimarse, dejémelo a mí. —iba a replicar, pero su semblante me acalló sin problemas —Le recomiendo dormir, ya que hoy será un día agotador, decanse un rato para poder atender mañana las necesidades del amo Tim y su prometida.

Solté un suspiro —Hoy es tu día libre, Al. —comenté, él me observó mal —Por la boda de Tim, claro... Pero te dejaré limpiar... mi desastre. —murmuré de mala gana pasando al pasillo que me llevaría a mi habitación.

—Tenga un buen descanso, señorita Sommer. —recalcó con su voz triunfante.

Salí de la cocina pero me detuve recordando que tenía sed, perfecto. Me di media vuelta para regresar pero choque con el pecho de Jason.

—¿En qué momento te convertiste en un alumbrado público? —pregunté al aire.

—¿En qué momento te convertiste en una hormiga? —replicó.

—Cuando me dejaste por otra. —intenté bromear, pero creo que se lo tomó en serio —Era una broma. —aclaré —¿Por qué sigues aquí? —continué antes de que respondiera lo anterior y lo hicera incómodo.

—Es mi casa. —cruzó los brazos y elevó los hombros restándole importancia.

—Mhm, claro. —asentí no muy convencida.

Pasé a su lado terminando nuestra conversación y lista para poder tomar todo el agua que había en la mansión. Era raro, casi después de hidratarme después de las visiones, la sed se iba, pero esta vez parece que hay algo diferente.

—No me despertaste. —anunció Jason provocando que me detuviera —Estaba leyendo el libro de Dick. —continuó llamando mi atención, lo miré a los ojos, hace tanto que no decifraba lo que realmente sentía con el simple hecho de verlos —Es interesante.

Mordí mi mejilla. Una leve chispa se encendió en mí, pero con eso, todo lo malo se acentuó en mi cuerpo entero. Solté un suspiro ignorando la chispa para que se apagara.

—Me alegra que te gustara, Dick es bueno con la narración. —acepté sonriendo y retomando mi camino a la cocina.

—Sommer. —llamó de nuevo, a lo cual respondí girandome una vez más en su dirección —Si quieres hablar sobre... lo que pasó, aquí estoy.

Achiqué los ojos y crucé mis brazos. Esto tenía que ser una broma, la primera emoción que se formó fue felicidad, pero en seguida fue reemplazada por el enojo, una furia contenida desde hacía cinco años estaba a punto de explotarle en la cara a Jason Peter Todd.

—¿Qué mierda tienes en la jodida cabeza, Jason? —comencé con un tono borde, sabía que él también comenzaría a enojarse pero no me importaba —¿Ahora quieres hablar? —me acerqué a él con una sonrisa cínica —¿No crees que ya es muy tarde? Jason, ya no tenemos 18, es más, soy increíblemente mayor que tú y comienzo a entender varias cosas. Sí, me lastimaste, te fuiste, me dejaste por Talia y está bien, así pasan las cosas cuando tu novio muere y regresa a la vida, lo intenté, fui a buscarte, en serio, fue dolorosamente agotador saber que habías muerto, enterarme que estabas vivo y no ser la primera persona a la que llamaste para después saber que ya tenía un reemplazo en tu vida, créeme que lo comprendo, pero no intentes venir a escabullirte en mi vida de nuevo sin ni siquiera tener la decencia de disculparte por todo el mal que me provocaste...

—Sommer, ¿no lo entiendes? —me interrumpió —Un maníaco me asesinó y los Al Ghul tuvieron la posibilidad de revivirme, yo también estuve mal, todo el juego retorcido del Joker y el fuego cruzado con Batman me quemó. Despierto para saber que fui reemplazado por Drake y que ni tú ni Bruce mataron al jodido demente que me asesinó, ¿cómo esperabas que reaccionara?

—Nunca dije que tú no sufriste, pero me complementabas, Jay, lo hacías de una forma que nadie en este universo logrará hacerlo... Eras las persona que me hacía sentir segura, así que pensé que podríamos huir lejos de toda la mierda de Gotham y Bruce, pero sólo pensabas en vengarte... Yo también estuve ahí, pero al final entendí que aunque pudiera matar mil veces al Joker, eso nunca podría regresar todo el tiempo que perdimos... Nunca regresaría al Jason Todd que amaba. —susurré lo último como si por primera vez entendiera mi situación con Jason —Te perdono, Jay. —dije con firmeza —De verdad, lo hago... Sólo espero que algún día puedas perdonarte a tí mismo y así logres por fin perdonarme a mí.

Su semblante cambió por completo al escuchar mis palabras, pasó de ser un perro con rabia a un cachorro regañado, casi podía reírme de lo cómica que es nuestra discusión. Él se acercó a mí despacio para no ahuyentarme. Solté un suspiro, la maldita necesidad de sentir sus brazos alrededor de mi espalda y oler de nuevo su colonia, tomó el control de mi cerebro permitiendo que se acercara sin reaccionar borde.

—No debo perdonarte nada, Sommer. —dijo con la voz baja —Tú no hiciste nada malo, así que no hay nada que perdonar. —aclaró ya frente a mí.

Elevé la mirada para poder observarlo a detalle. Sus ojos azules parecían más cálidos. Sus pómulos estaban tan marcados como su mandíbula, él podía hacerme una rajada en la cara si se lo pedía. Lo que más me extrañaba en su rostro era el mechón blanco, lo hacía lucir más hermoso de lo que ya era antes de ser revivido en el Pozo de Lázaro.
Con cautela su mano se acercó a la mía. Mi pulso se aceleró a una velocidad extraordinaria, mi nerviosismo alcanzó niveles enormes, casi como la epinefrina. Su tacto fue lo que estalló la sensación de adrenalina y de repente todo se volvió oscuro para regresar a las voces de hace un rato.

IncandescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora