La miré con desprecio.
-Nunca había visto tanta silicona en una sola perra, ¿sabías? - miré a Eric que intentaba aguantar la risa. Se soltó de él para acercarse a mi.
-Y yo nunca había visto una gilipollas como tú, ¿sabías?
-Te llamaría puta pero ofendería a las trabajadoras - paré un momento para mirarla con asco -, ellas se venden, tu te regalas.
Cuando quise darme cuenta había una multitud que nos rodeaba mirándonos con asombro.
Abrió la boca... ¿Ofendida? Me señaló con el dedo índice.
-¡Eres una...! - la callé.
-Shh.. Que en boca abierta no entran moscas, entran pollas como roscas.
Se oyó un UOOH de fondo, sonreí victoriosa. Miré a Eric; estaba riéndose a carcajada limpia.
Ella quedó desconcertada y roja por la vergüenza.
-Bueno Eric, te dejo con tu putita... Llámame -le guiñé un ojo solo para fastidiarla.
Me abrí paso entre la gente mientras que esta aplaudía. Me puse los auriculares y me subí a la skate para dirigirme a mi casa.
Cambié de canción.
Hey there Delilah
What's it like in New York City?
I'm a thousand miles away
But girl, tonight you look so pretty
Yes you do
Times Square can't shine as bright as you
I swear it's true...Amo esa canción, pues me recuerda a alguien.
Paré la skate. Miré a mi alrededor. ¡Estaba tan metida en mis pensamientos que me desvié del camino! ¿Y ahora qué iba a hacer? Soy nueva en la ciudad y ni me sé la dirección de mi casa. No sabía dónde estaba. Observé que había grandes edificios y rascacielos... ¡La ciudad!
Me quité los auriculares y me los guardé en el bolsillo de mi pantalón corto e intenté recordar la dirección.
NARRA ERIC
-¡Ya estoy en casa! - grité mientras cerraba la puerta.
Mi madre vino corriendo hacia mi con un pañuelo en la mano.
-¡Erquitín! -me despeinó con la mano- ¿me haces un favor? -asentí- Va a llover dentro de nada, así que vé a llevarle un paraguas a tu padre al trabajo.
-Pero es que la oficina de papá está muy lejos... Manda a Mafer.
-Tu hermana está estudiando.
-Jo.. Vale.
Me peiné mi negro cabello con las manos y cogí dos paraguas. Salí a la calle cerrando la puerta detras de mí. Preferí ir andando hasta la empresa del director de Microsoft™, mi padre.
Una gota de agua cayó en la punta de mi nariz; miré el cielo, estaba empezando a llover. Abrí un paraguas y me resguardé con él de la lluvia. Estaba lloviendo muchísimo.
Al fin llegué a la empresa dirigida por mi padre. Entré por las grandes puertas de cristal y cerré mi paraguas mojado.
-Eh tu, chaval. -me giré- ¿Quién eres, renacuajo?
El de seguridad se me estaba poniendo chulo.
-Eric Walker, el hijo del que puede despedirte por hablarme así - dije con la cabeza alta.
-¿Walker? -dudó un instante- P-perdone señor... Pase usted.
-Así me gusta -susurré.
Seguí un largo pasillo hasta encontrar un ascensor. Las puertas metalizadas de este se abrieron, entré. Toqué el boton con el número 18. Instantáneamente se cerraron y la máquina subió a gran velocidad. Mientras me elevaba podía observar la ciudad a través del cristal ovalado.
Se detuvo de repente y se volvieron a abrir las puertas del espacioso ascensor. Caminé por la moqueta roja perfectamente limpia. Toqué la puerta del despacho de quien venía a buscar.-Adelante -abrí la puerta- ¡Eric, hijo!
-Buenas tardes, Padre. - tenía un gran respeto a mi padre, no sé por qué pero es así desde siempre- Vengo a traerte el paraguas, te lo dejaste en casa y ahora está lloviendo.
-Gracias, déjalo ahí. -hice lo que me indicó.
-De nada, me voy ya. -no quería molestar- Hasta luego.
Cerré la puerta antes de que dijera nada y volví sobre mis pasos.
Me encontré de nuevo con el de seguridad, esta vez me miraba con más respeto. Abrí mi paraguas y me puse a caminar.
Al dirigir mi mirada hacia una cafetería muy famosa, me encontré un cuerpo con la cabeza agachada que me resultaba familiar. Me acerqué.
- ¿Enana? -levantó la cabeza- ¿Qué haces tu aquí?
Su cabello mojado le cubría la cara, se lo eché para atrás, estaba tiritando de frío. Me quité la chaqueta de inmediato y se la puse. La metí bajo el paraguas, conmigo.
-¿Mejor?
-Sí...
-¿Cómo has llegado hasta aquí?
Me miró y rompió a llorar.
-Me perdí... -dijo entre sollozos mientras me abrazaba- creía que nunca volvería a casa.
-Shh... Ya...- intentaba tranquilizarla mientras le acariciaba el pelo.
-Gracias... -se puso de puntillas para besarme la mejilla.
Sonreí.
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Holiwis~ (?
Hahaha lo sieento por tardar!! Estaba ocupadísima...
Os he dejado en multimedia una fotito de Vane ^^Bueno, quería mandar saludos a Angel que me lee desde Lima, Perú 7u7 y a Mikolaj que me está ayudando bastante con la novela.
en el siguiente capítulo aparecerá un nuevo personaje llamado... Ya lo vereis!! ^^ hahaha
Y nada más!
Feliz miécoles!
Os amo~ <3
ESTÁS LEYENDO
¡No me llames enana!
Ficțiune adolescențiVanessa Villalba, una chica pequeña, graciosa y enojona se muda desde Canarias. En su nuevo hogar le espera soportar a Eric Walker, su primer conocido el cual no para de llamarla enana. Les esperan muchas aventuras a estos dos skaters.