Caminaba entre los libros de una tienda departamental, estaba distraída y ausente de mi misma, tenía los ánimos por los suelos y me aburría con cada minuto que pasaba, solo quería que mi madre comprara lo que fue a buscar para poder salir e irnos a casa.
Sentí una vibración en la pierna derecha, me miré el pantalón y me toque la bolsa delantera.-¿si?, ¿quién habla?.-
Colgué el celular y sonreí de oreja a oreja, sentí un revuelo en el estomago, quería saltar y gritar de alegría, corrí hasta donde se encontraba mi mamá.
-adivina quien ya tiene trabajo en una compañía de danza.-
Mi madre sonrío.
-felicidades hija, eres una excelente bailarina, aprovecha esta oportunidad-
-lo haré mamá.-La tomé del brazo y seguimos caminando.
Al día siguiente por la tarde, me puse unos jeans, me amarré las botas negras que siempre llevaba a todas partes, me puse una blusa de un azul oscuro manga larga y me recogí el cabello en una coleta, me miré al espejo, me delinee los ojos y me pase un violeta oscuro en los labios, era mi labial favorito, se parecía al color de las ciruelas moradas. Iba a reunirme con el director del recital en un teatro en el que solíamos ensayar cuando los teatros grandes estaban ocupados, era pequeño y muy acogedor, en lo personal a mi me gustaba, pero a algunas personas de la compañía no tanto, yo estaba muy nerviosa, hacía ya algunos meses que no tenía trabajo y por fin me habían llamado.
Entré al teatro por la parte en la que se daba acceso al público, caminé entre las butacas y me senté en medio para poder ver bien el escenario. Ya habían llegado unas 10 personas, yo conocía a algunos por que habíamos sido compañeros en alguna presentación, pero jamás establecí relación alguna fuera del escenario, se sentaban de dos en dos o en grupos de tres, algunos estaban solos.
Abrí mi bolsa y saqué una libreta, así podría apuntar fechas de ensayo y otras cosas importantes que el director decidiera mencionar, estaba concentrada buscando un lápiz, unos pasos se escucharon en el pasillo izquierdo de las butacas, levanté la mirada hacia el escenario y vi de reojo en dirección al sonido de aquel caminar, era inconfundible, el ritmo de su andar no podía perderse jamás, era imposible que fuese alguien más, estaba ahí, era el, llevaba un pantalón negro de tela y unas botas oscuras sin amarrar, playera sin mangas gris y su cabello lo escondía detrás de un gorro negro., traía un aire relajado, traía la barba y el bigote un poco desaliñados. Contuve el aliento, bajé la mirada y fingí que no lo había visto, me toqué el cuello y subí la mano hasta tocar mi liga, la solté y dejé que mi corto cabello cayera hasta mis hombros, no llegaba a mas, apenas me cubría la cara, pero eso bastaba para pasar desapercibida. Crucé las piernas y me hundí en mi asiento, lo vi pasar, estaba dos filas adelante de mi, se sentó ligeramente a la derecha, trace una diagonal hasta su espalda con mis ojos y sin darme cuenta me clavé en su cuello, estaba ida, por un momento dejé de respirar.-hola a todos, buenas noches, gracias por haber venido.-
El director salió de una de las piernas del escenario.
-como ustedes sabrán, los he llamado para formar parte de esta compañía de danza contemporánea, tendremos un proyecto de expresión corporal, aun no le pongo nombre, pero les aseguro será una experiencia fascinante, cansada y a la que tendrán que ponerle mucha dedicación y sobre todo responsabilidad.-
-¡Bien!, los horarios en los que nos estaremos viendo serán: lunes, miércoles y viernes de montaje, martes y jueves trabajaremos con calentamiento, flexibilidad y conexiones de pareja. Como saben este es un proyecto en el que los números se desarrollarán por parejas, según su química, estatura y sobre todo confianza y otras característica que luego iremos encontrando.-
-tendremos una pareja central, sobre la que girará toda la historia y las demás acompañarán.-Claro, lo que me faltaba, danza contemporánea, no era nada personal pero no era tan buena en esa área, lo mío era el ballet, esta disciplina se me hacia tan suave y sin línea, era tan libre, pareciera que no tenía regla alguna y que todos los bailarines hacían lo que querían.
El director siguió hablando unas horas más y yo sólo podía pensar en si el se habría dado cuenta de que yo estaba aquí, si me había visto de reojo al entrar como yo lo vi a el, si se preguntaba que hacía yo ahí, mi mente daba mil vueltas y el tiempo seguía pasando; en eso todos se levantaron y volví a la realidad, me había distraído lo que quedaba de la junta, miré la hora en mi celular, las diez, ya era tarde, seguro no alcanzaría el transporte para irme a casa. Me levanté enfadada, la junta se había aplazado demasiado, aunque en realidad no me importaba mucho, me la había pasado mirándole la espalda.
Caminé entre las butacas y salí al pasillo, el caminaba detrás de mi, yo iba apresurada, tal vez por que sabia que era tarde o por que no quería tener que topármelo de frente, eso me obligaría a ser Cortez y saludarlo y en ese momento no me sentía capaz de hacerlo, salí del teatro y comencé a caminar hacia la parada, tenía la esperanza de alcanzar el último autobús, iba a paso ligero y de prisa cuando un auto negro me alcanzó y se pego a la banqueta, se detuvo y bajo su cristal.- Hola,es tarde, yo puedo llevarte.- era el, sus labios se torcieron en una pequeña sonrisa.
-ammm.. No lo sé, no quiero desviarte.- mi voz sonó mas segura de lo que esperaba, mi corazón latía muy rápido, quería mantener el orgullo y decirle que no, pero era algo tarde y francamente la posibilidad de alcanzar el último bus se había esfumado hace algunos minutos.
-¿donde vives?- su voz sonaba tan calmada, era intensa, me golpeaba en el pecho y llenaba mi cabeza, era tan profunda y pesada que seducía, pero el ni siquiera se daba cuenta, no tenía idea del arma letal con la que cargaba cada mañana, esa voz podría seducir a cualquier mujer.
-...am, vivo en la 134, cerca del parque principal.-
-bien, sube, yo también vivo por allá.- sonaba amable y educado.Quise mantener la compostura y decirle que no, que yo podía sola, pero todo estaba muy oscuro y ya no había gente en la calle, así que acepté, me acerque a la puerta para abrirla pero el se me adelantó, se inclinó y estiró el brazo, la puerta se abrió y yo me subí al auto, cerré la puerta y me abroché el cinturón de seguridad, se sentía un olor muy agradable, fresco y masculino, me limité a solo mirar por la ventana, trataba de evitar todo contacto visual, pero era casi imposible, me intrigaba tanto su mirada y la forma de su sonrisa.
-me parece que esto de los ensayos siempre acabará tarde, si tu quieres podemos irnos juntos, después de todo vivimos a unos minutos de distancia.- miraba fijamente hacia el frente, pero al mismo tiempo se escuchaba relajado.
-claro... te lo agradecería mucho... gracias por llevarme hoy.-
-no te preocupes, no es nada.-Bajé la mirada y sonreí tímidamente, trate de esconder mi sonrisa pero el la notó, me miró unos segundos y sonrió también, era extraño, jamás había estado tan cerca de el y jamás había sostenido una conversación mayor a dos palabras, si es que a eso se le podía llamar conversación.
El resto del camino pasó en silencio salvo por algunos comentarios ocasionales, lo guíe hasta mi casa, era pequeña, no necesitaba tanto espacio, vivía sola. Se detuvo en la puerta y nos quedamos en silencio unos segundos.-bueno... Gracias otra vez, um, ¿te veo.. Mañana?.- sonreí
-claro, te veo mañana, descansa.- y me devolvió la sonrisa.Bajé del auto y cerré la puerta, di un paso hacia atrás y lo vi alejarse, aun recordaba el olor de su perfume, sus cejas pobladas pero alineadas y su mirada clavada en el camino, su respiración tan pausada y su sonrisa torcida ligeramente hacia la derecha.
Me quedé ahí unos minutos y luego volví a mi misma, me di la vuelta y abrí la puerta de mi casa, entre y dejé las llaves en la mesa de noche, caminé por el pasillo y abrí la puerta de mi cuarto, me miré en el espejo y entonces la vi, ahí estaba, aquella sonrisa traicionera que aparecía cada tanto y me tomaba desprevenida siempre, mi reflejo me miró desde el espejo, me observó con una mirada acusadora, ella lo sabía, yo estaba perdida, no había a donde correr, no tenía donde esconderme, era cuestión de tiempo para que la incertidumbre me consumiera y la intriga se apoderara de mi cuerpo, y lo peor de todo es que aquella sensación de ansiedad, de duda y misterio... Me encantaba.

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Primer acercamiento
RomanceDecir que es una novela romántico seria alimentar una alta expectativa que tal vez esta historia no pueda cumplir. Recuerdos y presente, un intento por entender la mente de un hombre callado y profundo, interés y atracción en las que no hay lugar p...