Capítulo 4: Me caes bien

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Quiero dedicarle éste capítulo a @a7-fullbuster , una gran amiga y gran escritora. Pasaros por su novela "Miedos congelados (Gray y tú)" ♥

Miro a Lucy, y después los vuelvo a mirar. Lucy es la primera en decir algo.

-Rogue, sabes que éste es el lavabo de chicas, ¿no? -dice sonriendo, como si le hiciera gracia la situación.

La mira un momento, y luego me mira a mí.

-Soy consciente de ello -dice en voz baja, y se va, sin decir nada más.

Yukino está muy, muy nerviosa.

-A-Adios, chicas -dice ella. -Lucy, muchas gracias, encontré mi llave -le sonríe, y se va.

-¿Qué acaba de pasar? -le pregunto a Lucy, impactada. ¿Qué hacía ese cabrón aquí?

-Bueno... -Lucy se rasca la nuca. Espero que no tenga piojos. -Yukino me preguntó si había visto su llave de Piscis, que la había perdido, y le pregunté los sitios en los que había estado. Ella hizo un resumen y llegué a la conclusión de que podría estar en este baño, ya que había comido aquí -hace una pausa, cómo si estuviera recordando algo gracioso. -Cuándo me preguntabas sobre Natsu, intentaba aguantarme la risa porque había visto como Rogue y Yukino entraban en el baño mientras ella me guiñaba el ojo. Escuchaba los susurros de Rogue totalmente alarmado porque alguien había entrado.

Parece coherente.

-Tiene sentido -afirmo. - Entonces, ¿no estaban haciendo nada raro? Sus caras los delataban... -digo, confusa.

-Los acaban de ver saliendo del mismo cubículo, por el amor de dios -dice Lucy. -Creo que ahora te voy a llamar "La Pervertida", por pensar mal de ello.

¿Cómo?

-Disculpa, rubita, cualquiera pensaría mal ante esta situación -me defiendl

Ella se rie y acabamos riendonos como locas por esta situación tan heavy que nos estaba tocando vivir.

Lucy me mira raro, y yo la miro todavía más raro.

-Admítelo -me dice. No entiendo una mierda.

-¿Que admita el qué, Einstein? -le digo, poniendo los ojos en blanco.

-Que te has puesto celosa, hadita -me dice, guiñándome un ojo.

-¿Eh? Que va, ese tío es un siniestro y un borde -lo critico. -Además, me ha amenazado -de repente, me enfado. -¡Me ha amenazado! -exclamo.

Salgo del cuarto de baño y voy tras él.
Veo que está sentado, mirando el cielo. Por un momento, no quiero molestarlo. Sus facciones están relajadas, y puedo oír su respiración profunda, incluso estando a 10 metros de distancia. Pero después pienso en sus palabras, y vuelvo a cabrearme.

Corro hacia él, y me pongo delante de él. Deja de mirar a la Luna para mirarme a mí.

-¿Qué quieres? -me dice, sin expresión alguna. Se ha hecho una coleta que lo hace increíblemente atractivo.

Ady, concéntrate.

- ¿De qué vas? -le digo, enfadada.

-¿Disculpa? -me dice, sin entender nada.

- ¿Por qué me amenazas y te vas como si nada, imbécil? -le digo, acercándome más. Él se levanta, provocándome, y se acerca más.

- ¿En qué momento te he amenazado, desquiciada? -me ataca. Su coleta volaba por el viento, y aquél viento hizo que se me erizara la piel. Que frío.

-En el momento en el que me dices que me harás llorar, ¿Quizás? -le acuso, dándole golpecitos en el pecho con el puño.

Escucho su risa, una dulce risa, y lo miro a los ojos.

- ¿Es ése el problema? -me dice, como si estuviera diciendo un chiste o algo parecido.

- ¿No es obvio? -le susurro. Se aproxima más.

-Era una broma, tonta -me dice, y me aproximo más. Estamos muy cerca.

-Ni se te ocurra insul... -comienzo a decirle, pero sus labios me interrumpen.

Eh, pero no de la manera que pensáis, eso sería muy bizarra.

- ¡Frosch! -exclama Rogue, agachándose, abriendo sus brazos.

Un gatito verde, con disfraz de rana rosa, corre hacia él. Ay va, ¿un exceed que parece una rana? Que adorable. Aunque va y viene en un momento muy oportuno.

- ¡Rogue! Frosch te ha echado de menos -dice el gatito, abrazándolo. Se gira y me mira. Me saluda con una de sus patitas. -Hola, ¿Quién eres?

-Me llamo Ady, Frosch -le doy una mano, y él me la estrecha con su patita. -Encantada.

-Frosch piensa lo mismo -me dice. Me sonrojo de lo adorable que es el minino.

-Le has caído bien -me susurra Rogue. Yo asiento. No quiero más peleas.

-Rogue -le llamo. Él me mira, y le brillan los ojos. -Simplemente, empecemos de cero, ¿vale? Sé que va a haber rivalidad, pero que esto no nos afecte en la arena, ¿de acuerdo? -le ofrezco mi mano.

-De acuerdo -me sonríe y estrecha mi mano. Nos quedamos unos segundos así, con Frosch mirándonos con una sonrisa de embobado.

-Por cierto, soy Adara -le digo.

-Lo sé, te he visto en la Sorcerer -me comenta. -Sales muy guapa en bikini -me alaga.

-Eh... ¿gracias? -le agradezco.

-Frosch piensa lo mismo -dice el gatito.

-A tí también te he visto en la Sorcerer, Frosch -le acaricio. -Estás en el puesto número uno de los Exceeds más adorables, enhorabuena -le sonrío.

- ¡Ese es mi Frosch! -dice Rogue, emocionado. Me parece adorable.

Y dale, Ady, es competencia.

-Bueno, Rogue, Frosch, me tengo que ir ya. Suerte mañana -les digo, saludándolos con la mano.

-No la necesitaremos -me dice Rogue, muy seguro de sí mismo, guiñándome un ojo.

Yo sólo sonrío y me alejo.

-Me caes bien -me grita, pero lo escucho cómo el suspiro del viento, ya que estamos muy lejos el uno del otro.

- Tu a mí también -susurro, y por alguna razón, sé que me ha escuchado.

Rogue...

La luz que ilumina las sombras [Rogue y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora