Capítulo Uno - La ira de Osiris (Año: 1550 a.C)

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 Osiris, el dios de Egipto, reparó en que muchos mortales aprobaban el juicio, que evadían las preguntas con las respuestas correctas, actuaban según lo acordado y ningún alma se salía del camino que lo llevaba hasta el paraíso. Esta no era una conducta normal para los mortales, ellos no funcionaban así, todos los mortales caían ante el pecado, ante la adversidad, la maldad y cualquier otra cosa que los tentara a salirse de lo monótono y la benignidad. Los humanos son disturbios por naturaleza.

Como dios del juicio de los difuntos no le correspondía visitar a los vivos, pero no tenía elección, buscó el camino y atravesó el Duat hasta llegar al mundo de los vivos. Luego de días de investigar al pueblo de Egipto, descubrió la existencia de un libro, un libro que narraba cómo debían comportarse en vida y qué debían hacer luego de la muerte, dictaba con detalle qué hacer para superar su juicio, los pasajes del camino a través del Duat, los mortales lo llamaban "El Libro de los Muertos".

¿Cómo era posible? ¿Quién les facilitó la información? Era una falta de respeto a su persona; para redactarlo debieron tener ayuda divina, el dios que colaboró era un traidor. La atrocidad de este hecho hizo crecer una enorme cólera en el dios; ese libro no podía continuar existiendo, era un insulto contra su deber como dios.

Él, como entidad divina, no podía interferir con los mortales, los humanos y dioses debían mantener cierta distancia, por lo tanto no podía obstruir la existencia de aquel libro, no podía hacer nada, pero tampoco iba a quedarse observando como los mortales seguían las instrucciones de un libro que los ayudaba a ser buenas almas, la humanidad es caos y no debe alejarse de sus instintos.

Encontraría al culpable, lo harían pagar por sus pecados.

—Horus, hijo mío, necesito que me digas cuándo y cómo se creó El Libro de los Muertos —ordenó Osiris. Su presencia inundaba la infinita sala y no tardó el materializarse frente a sus ojos el dios Horus.

—¿El Libro de los Muertos? —interrogó.

—Ese libro hace ver mi juicio como un juego, me engañan con las palabras de ese libro y las vuelven en mi contra. El Ammit no ha probado un corazón en años, cada vez es más difícil de controlar, no voy a permitir que mi reino entre en caos solo por un libro —Su voz resonó en el lugar, Osiris no podía perder el control. El Duat debía crear el orden, los mortales debían crear el desorden, así funcionaba.

—Padre, "El Libro de los Muertos" o "Libro de la Salida al Día" ha cursado mucho para lograr ser lo que es hoy, para llegar a amenazar a un dios... Ha sido escrito en paredes, pergaminos, papiros, en cada rincón del mundo hubo una versión diferente, algunas muy lejos de la verdad, otras dirigiendo su atención a otros dioses, pero luego de mucha lucha, los humanos lograron crear un camino casi impecable para que sus almas fueran perdonadas. Su infame escritor es la experiencia de millones de humanos, ¿lo deseas destruir? —cuestionó el dios con cabeza de halcón, la representación del avance y la civilización.

—Sí, esa es mi resolución.

—Pues el libro es relativamente joven, cada texto que contiene recrea una imagen del Duat y de los dioses, del temido juicio de Osiris e indica la actitud recta que se debe seguir para no ser el aperitivo del Ammit. No será difícil de olvidar —Culminó su explicación y miró a su padre—. ¿Deseas algo más? ¿Aparte de devastar lo más inteligente que han creado los humanos en los últimos milenios? Hubo muchos autores y sacrificios para tan pocos años de retribución a su especie.

La nueva misión de Osiris seria destruir ese libro a toda costa. El Dios se retiró sin exhalar ninguna otra palabra y abandonó a Horus en medio de las palabras flotantes que eran la historia del universo.



La Resurrección del Faraón TutankhamonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora