Una vida pasada- Eureka, un mundo en guerra

¿Fin del aburrimiento?

-Buenos días a todos, me voy a presentar, me llamo Yokisume, y soy un directivo de la empresa desarrolladora de este invento que revolucionará los videojuegos. Qué digo los videojuegos, el mundo entero. Y conmigo está el profesor Ming y su equipo, que evaluará vuestros niveles de actividad cerebral y podrá controlar todo, para que si por algún casual ocurre algo, os puedan ayudar. Bueno, algunos de vosotros jugareis a nuestros juegos, y quién consiga más puntos, ganará una de las máquinas y un código para ser un beta-tester del primer juego que sacaran a la venta, a parte de la oportunidad de enfrentarse al mejor jugador de Japón y un vale por el primer videojuego. Ahora voy a ceder mi palabra al profesor Ming.
-Gracias Yokisume, ejem, haber, antes de nada, debo advertiros que aquellos que jueguen serán expuestos a juegos que pueden acabar de una manera muy sangrienta, así que aquellos que no puedan soportar la sangre, que no participen. Otra cosa, en las batallas, si salís heridos, hay posibilidades de que en esa zona ocurra algo, como que te salga un corte de verdad, o que empieces a notar dolor aunque no tengas herida, pero para evitar eso, transmitiremos en vídeo a tiempo real, en pantallas lo que estáis haciendo, por si es necesario desconectaros. Ahora voy a pedir tres voluntarios, a los cuales les haré varias preguntas, y solo uno de ellos tendrá el puesto asegurado, el resto de participantes serán de manera aleatoria.
Nada más decirlo, levanté el brazo, ya que quería conocer las sensaciones, lo que era tener miedo, sufrir de dolor, o comprobar si tengo o no compasión. A parte de mi, fueron elegidos otros dos alumnos, James y Víctor. Nos hicieron salir, y después fuimos llamados uno a uno al estrado que había en la sala de conferencias del colegio, enfrente del resto del curso. Primero entró James, no pasó nada, después entró Víctor, tampoco pasó nada, y finalmente me tocó a mí. Cuando una chica me llamó entré, y me senté al lado del profesor Ming.
-Bueno Héctor, ¿tú ves anime?
-Sí.
-De acuerdo.- mientras hablaba iba escribiendo algo en una libreta.- Segunda pregunta, ¿Qué géneros te gustan? ¿Y me podrías dar un ejemplo de cada uno?
-Me gusta sobre todo el shonen, como dragon ball, los harem, como monster musume, high school dxd o rosario+vampire y algo de gore, aunque muy gore no conozco ninguno, algo podría ser Tokyo Ghoul, aunque hay censura.
-Bien, bien.- volvió a anotar algo.- ¿Juegas shooters?
-En el ordenador jugué, la verdad es que ahora no tengo mucho tiempo libre.
-Pues ya está, gracias por todo.
-...- me levanté y me senté donde estaba antes de salir.
-Bien, vosotros ya habéis oído las preguntas y las respuestas, y he decidido que el participante será Héctor.
Nadie habló, todo el mundo se quedó en silencio, sorprendidos por la declaración del sabio profesor, un silencio que dio paso a un estallido de carcajadas. Unas risas que sorprendieron al tranquilo profesor.
-Héctor no va a conseguir nada, no tiene físico.
-Si es por eso por lo que os reís, debo deciros que la fuerza o cualquier otra cualidad física no sirven de nada dentro del videojuego, ya que saca la fuerza del alma, no de los músculos.
Después de eso se fueron callando y se jugó la ruleta, hubieron nueve personas más a parte de mí que se introducirían en esos mundos. María, Laura, Andrea, Alex, David, Jorge, Lucía, Salvador y Pau. Los chicos que habían salido tenían muy buen físico, y conocían técnicas en equipo cuerpo a cuerpo.
'Da igual, que hagan lo que quieran'
-Bueno, mientras montamos todos los equipos  ya podéis iros.
Más tarde nos encontrábamos en el patio del colegio, todos estaban animando a aquellos que habían sido elegidos por la ruleta, excepto a mí. Cerré los ojos, me senté en el banco de piedra y eché la cabeza hacia atrás, y pensé. 'Da igual los mundos que pongan, si puedo ir solo, iré solo. No me vencerán, son unos idiotas si piensan eso. No saben de todo el odio y rencor que llevo acumulado hacia ellos. Van a sufrir.' En ese instante alguien me habló, por primera vez en dos años en el colegio.
-Hola, fe...felicidades por haber sido escogido.
-Gracias.- dije con voz fría y cortante.
-¿Por qué estás solo? ¿Acaso no intentas tener amigos?
-Es mejor que te vayas.
-Qu...
-¡Largo!- después de eso se dio la vuelta y se fue andando mirándome de vez en cuando de reojo.