Una vida pasada- Eureka, un mundo en guerra

Black Demons

Tras estar toda la siguiente mañana fuera, me enteré de que habían cambiado al recaudador de impuestos, y que ya habían quemado otros dos pueblos, y ahora se dirigían hacia Resenwood. Me tendría que dar prisa para llegar allí antes que ellos, aunque estaba bastante lejos. Pero antes de nada tuve que volver a la academia, y entregarle a la chica que me dio su calza lo que había comprado. Aunque ahora no sabía donde estaba, así que entre a la academia, y pregunté a los alumnos, pero nadie sabía donde estaba. Finalmente la vi, junto a Nathan, que asco.

-Buenos días.

-¿Qué quieres, hombre de la jungla?- me preguntó Nathan con aire de superioridad.

-Toma.- le dí a la chica el regalo, aunque ella no se lo esperaba.

-¿Para mí?- peguntó sorprendida.

-Sí, ya que tu me distes ayer una de tus calzas favoritas, pensé en devolverte el favor.

-Quita estúpido, no necesita regalos baratos.- sin prestar atención a Nathan, seguí observando a la chica, y vi como iba sorprendiéndose cada vez más al ver lo que le había dado.

-Pero, ¿cómo lo supiste? ¿Cómo sabías que eran mis favoritas? Además, te tienen que haber costado bastante, ¿Cómo conseguiste las 20 monedas de plata?

-Respondiendo a lo primero, me tendría que disculpar, tengo un gran oído, y ayer cuando me iba de vuelta al bosque, escuché lo que te decía tu amiga. Y en cuanto a lo segundo, solo tuve que hacer dos misiones en el pueblo para conseguirlas, si queréis comprobarlo, solo tendréis que ir y hablar con Derrick, el os dará los detalles.

-¿Por eso has estado toda la mañana fuera?

-Sí.- la verdad es que había estado dos horas hasta que escuché lo de los pueblos quemados, y sobre que ahora buscaban a Samaeru.

-Nadie pagaría 20 monedas de plata por dos misiones.

-Pues ves y compruébalo tu mismo. ¿o te tengo que acompañar para que no te pierdas? Bueno me voy, tengo cosas que hacer.

-Espera. Gracias, mi nombre es Helen Gaynesford.

-Encantado, yo me llamo Héctor.

-Héctor, ¿te vas a volver a saltar las clases?

-Helen, yo he venido aquí para ver como vencer a los magos, solo vendré cuando empecéis a dar clases prácticas, entonces podré aprender como destruir, esquivar o desviar esos ataques. Acuérdate, el porque del que yo este aquí es diferente al tuyo. Adiós.- esta vez sí que me fui.

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Ya era por la tarde, Helen, Nathan y unos amigos y amigas fueron al pueblo a verificar lo que había dicho Héctor.

-Hola, queremos saber si un joven vino aquí esta mañana. Responda inmediatamente.

-Nathan, no seas tan grosero. Buenas tardes, el chico sería de nuestra altura, con pelo largo y una herida en el brazo izquierdo. Dice que hizo dos misiones por las cuáles le dieron 20 monedas de plata. ¿Es cierto?

-Dejé que recuerde. Mmm, sí, estuvo aquí y me dijo que le diera las dos misiones mejores pagadas que tuviéramos, así que le ofrecí dos misiones que había puesto el carnicero esta misma mañana, ambas se pagaban a 8 monedas de plata, pero se apostó, que si las conseguía hacer antes de la hora de comer, no le cobraríamos intereses y le daríamos a él 22 monedas de plata, pero si por el contrario no lo conseguía antes del mediodía, las 16 monedas de plata serían para nosotros. Era una apuesta casi imposible, ya que una de las misiones era matar a cinco monos creghy blancos, y traerlos ya despellejados, y la otra misión era traer ocho monos creghy negros, con la cola cortada.- hizo una pausa para tomar aire.- Por desgracia lo consiguió, los monos creghy negros estaban inconscientes y sin cola. Así que según la apuesta le dimos las 22 monedas de plata y se fue. Solo tardó dos horas él solo, cuando normalmente se necesitan tres cazadores veteranos, y tardan como mínimo medio día. Cuando le pregunté como lo había hecho me respondió, es normal que lo consiga si quiero derrotar a los mejores magos, guerreros, mercenarios y a las bestias de mayor rango.