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Mi corazón late de una manera sobrenatural, mi respiración es dificultosa, y me encuentro muy asustada, no quiero volver a estar ahí otra vez, no de nuevo.

Estoy sentada en el suelo, con mis piernas contra mi estómago, mi cuerpo tiembla, demasiado, y temo a que me encuentre.

Escucho sus pasos resonar contra el suelo mientras se acerca a donde me encuentro. El pequeño arbusto que me cubre, no es de mucha ayuda. Le ruego al cielo que por favor me mantenga a salvo.

Sus pasos cesan, lo que significa que se aleja. Cuando estoy segura de que no halla nadie, suelto un largo suspiro que no me habia dado cuenta que sostenia. Me abrazo a mi misma para tratar de reconfortarme un poco, pero nada podría recuperarme, todo aqui es un desastre, pero prefiero morirme de frio o de hambre, antes de volver a ese lugar.

Deben de estarse preguntando a que me refiero, bueno, ese horrible lugar no es solo uno, son varios. Se trata de esclavitud, todo es así, todos los Nada ( que es como nos llamo ), somos regidos por los Todo ( que son los horripilantes dueños de esclavos ), ellos opinan por nosotros, deciden por nosotros, hacen con nosotros lo que quieran, por eso nos llamo Nada, porque que somos si nisiquiera podemos manejar nuestra vida?. Somos sus marionetas.

Huí hace mucho tiempo de mi dueño, como?, no tengo idea, solamente lo hice y ahora soy una fugitiva, buscada por todos los agentes, si llego a ser capturada, estoy jodida. Estas personas pueden hacer contigo lo que quieran cuando quieran, si te quieren golpear, lo hacen, si te quieren tener sexualmente, lo hacen, y si te opones... es mejor que ni lo intentes.

Mi nombre es Eleanor, Eleanor Thompson y tengo 18 años. No recuerdo muy bien que pasó conmigo, lo único que recuerdo es que cuando me capturaron, y al otro día o días ( porque no estoy segura cuanto estuve inconciente ) que desperté, ya estaba esclavizada. Tenía una familia, conformada por mi mamá, mi papá y mi hermano mayor, y no tengo ni idea que hicieron con ellos. La ciudad es una ruina, si quieres alimentarte, debes estar esclavizada, porque a las afueras es muy difícil conseguir alimento. Sobrevivo por mí misma, todos los días salgo en busca de alimento y nunca me eh topado con otro fugitivo. Unos porque no se atreven a hacerlo, y otras veces porque la seguridad es máxima. Muchas veces me eh tenido que aguantar todo un día con el estómago vacío, aunque eso no es lo peor, lo peor es tener que huir de los agentes, que están por todos lados.

A veces solo pienso en que momento ocurrió todo esto, qué fue lo que sucedió...
Aún puedo recordar la apariencia de mis papás y la de mi hermano. Tengo expectativas de que sigan con vida, pero en este mundo no puedes aferrarte a nada.

Después de volver a la realidad, miro por una última vez de que no haya nadie y todo está despejado. Salgo de ahí casi arrastrándome, porque aun mis músculos no funcionan del todo bien y siguen tensos.

Me dirijo a mi refugio en absoluto silencio, para no correr ningún peligro. Durante el camino encuentro una manzana tirada en el suelo con un poco de tierra, pero eso no es nada. Una sonrisa se forma en mis labios y oigo como mi estómago ruge ante la comida que tengo presente, además no había comido en todo el día. "Debió habérsele caído a un agente" pienso, pero me da igual.

A todo esta gente la odio, la odio con todas mis fuerzas, por haber dañado mi vida, por haberme separado de mi familia, por haberme arrebatado mi felicidad.

Al llegar a mi pequeño escondite, que está un poco lejos de la ciudad, encuentro aún al pequeño pajarito que se acurruca en la vieja y rota manta que tengo para los días de frío. Lo encontré lastimado una vez, y me dio mucha lastima, así que lo lleve al refugio y lo curé y cuidé con un gran esfuerzo, es mi compañero, es lo único que tengo.

Canto una pequeña melodía, y eso atrae su atencion para luego acercarse a mi volando mientras se acomoda en mi dedo índice que le extiendo. El responde con la misma melodía y eso me da un poco de felicidad, porque me recuerda a una melodía que mi mamá cantaba para mi hermano y a mí cuando eramos pequeños, la cantaba cuando estábamos asustados, era una melodía corta, como un silbido, pero con ritmo alegre y melodioso.

Me quito las unicas botas que tengo, y las dejo a un lado en el suelo. Me dejo la ropa intacta, pero me sacudo un poco para quitarle la nieve que tiene. Me dejo mi chaqueta y me acurruco en el suelo con la manta cubriéndome, mientras el pajarito se acurruca a un lado mio en una rama que entra por un agujero. La luz de la luna entra por diferentes espacios y ventanas de la pequeña cabaña abandonada donde me refugio.

Me siento agotada, pero no quiero dormir, nunca quiero hacerlo, porque temo a que me encuentren, a que este desprevenida y no pueda huir. El pajarito empieza a cantar y eso produce que mis párpados empiecen a cerrarse, pero me obligó a mantenerlos abiertos. Después de un rato el sueño gana la batalla y caigo dormida.

Abro mis ojos lentamente y observo a mi alrededor para darme cuenta en donde estoy, me tranquilizo cuando me doy cuenta que sigo en la cabaña. Miro hacia un lado para ver si el pajarito se encuentra aun dormido en la rama, pero no lo está. Lo busco entre la manta y no hay nada, lo busco en la habitación y tampoco. No se porque, pero pensar que el pajarito se ha ido me desconcierta.

Me coloco mis botas y salgo de la cabaña para asegurarme de que los alrededores están despejados. La luz del día molesta en mis ojos ya que aun no se han acostumbrado a la intensa luz, pero después de un rato, mis ojos ceden.

Escucho unos ruidos que provienen de la parte de atrás. Rebuscó entre los bolsillos de mi chaqueta y saco el arma para estar prevenida. La encontré hace mucho tiempo, la encontré al lado de un hombre muerto. Al principio me dio pavor cogerla pero luego pensé que era útil para sobrevivir, por suerte esta cargada y el hombre llevaba balas guardadas así que las cogi. No la uso sino es necesario, pero si en este preciso momento tengo que matar a alguien, lo haré.
Me dirijo a la parte de atrás a paso lento y silencioso. Cuando llego, bajo rápidamente el arma y suelto un suspiro... Es el pajarito. Esta rompiendo unas semillas y unos frutos "eso era lo que ocasionaba los ruidos" pienso, y me tranquilizo por un momento de que no se haya ido.

Me dirijo al árbol, y puedo ver que tiene una cantidad de frutos y semillas recogidas.

- buen trabajo- le digo con una diminuta sonrisa, aunque sepa que no me responderá.
El pajarito termina con unas semillas y después se posa en mi dedo. Yo estiro mi mano hacia la rama donde se encuentran las semillas y frutos para alcanzar algunos, los tomo y los coloco en mi boca. Distingo el dulce sabor de las moras y las crujientes nueces,es poco, pero aguanta para calmar un poco el hambre.

Me dirijo adentro de la cabaña para alistarme para salir en busca de comida. Dejo al pajarito en una rama mientras me acomodo. Guardo el arma en el bolsillo de la chaqueta. Tomo el pequeño saco que cargo para cuando voy en busca de comida. Al cogerlo me doy cuenta de que tiene algo dentro, introduzco la mano y de ahí saco la manzana que encontré ayer. "Por lo menos tendré algo que comer hoy" pienso, ya que ayer olvide comerla.

Antes de salir, le regalo una ultima mirada al pajarito que me mira curioso.
- nos vemos luego- digo y salgo de la cabaña.
Me adentro por un sendero que me conduce hacia la ciudad, donde por ahí no se encuentra ningún agente.

Cuando estoy a punto de entrar, un par de agentes pasan por en frente y yo me escondo rápidamente detrás de una pared. Al parecer no lograron verme porque no escuché ningún movimiento. Me asomo un poco y veo que no hay nadie. Me adentro, y observo a unos cuantos metros a 4 guardias parados charlando entre sí. Me coloco de cuclillas y empiezo a andar lentamente, y unos cuantos escombros me esconden. Alzo un poco mi cabeza, y me arrepiento de haberlo hecho.

Uno de ellos miraba hacia acá y logró verme. El agente le dice algo a los demás y ahora todos bien hacia mi. El primer impulso que tengo es correr, sin parar. Corro por las supuestas calles y entre los edificios destruidos, aun escucho los pasos de ellos detrás mio. No se porque no me han disparado, se suponen que tienen permitido hacerlo, pero por alguna razón no lo hacen.

Tengo un ritmo mas rápido de correr, así que les cojo ventaja. Cruzo calles y entro en edificios solo para distraerlos. Me escondo detrás de unos escombros y escucho como se dicen algo entre ellos. Oigo como se alejan de mi.

Me dejo caer en el suelo rendida y a la vez asustada. Tengo frío, mucho frío. Estoy a punto de levantarme cuando una mano se posa sobre mi hombro... Oh mierda.
No quiero voltear a ver a la persona que ha colocado su mano en mi hombro. Se que es un agente. Estoy jodida.

SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora