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- Eleanor...- oigo que pronuncian mi nombre, pero mis párpados no tienen fuerza como para abrirse.
- Eleanor...- esta vez sacuden mis hombros con un intento de despertarme, pero falla.
- Eleanor, vamos, despiértate- dice y reconozco la voz. Es Virginia. Hago un intento de abrir mis ojos, pero están muy aperezados.

De nuevo vuelven a sacudir mis hombros y me canso de intentar seguir durmiendo, así que abro mis ojos.

Virginia se encuentra en frente mío, con un cuenco lleno de agua, y este me lo ofrece y yo lo tomo.

- te encuentras bien...? Se supone que estabas adentro- pregunta sentándose a un lado mío.
- si, estoy bien- digo con una sonrisa fingida, pero ella parece no notarlo.

No quiero preocuparla, no por un problema que ni siquiera ella tiene, es mi problema, mi temor, y yo debo solucionarlo.

Virginia se levanta igual que yo y nos dirigimos adentro de la cabaña. Lo primero que hago al entrar a la cabaña es colocar me mis botas.

- oye Eleanor...- dice Virginia llamando mi atención
- si?- digo mirándola
- mientras estabas dormida... Yo fui a ver por los alrededores...- dice dudando de sus palabras, para ver como reacciono, pero solo me limito a fruncir el ceño- y... Encontré algo...- dice
- algo como que?...- digo y ella me mantiene la mirada
- no lo veo como algo malo... No se tu- dice
- Virginia llega al punto quieres, no me voy a aguantar tus estupideces- digo enfadada.
- un camión
- que?...
- si un camión, como lo escuchaste, pero este es diferente, no es cualquier cosa, este lleva cargas de alimentos a cada sector de los dueños de esclavos, al parecer estos se encargan de repartirles su alimento, y por lo que veo, este invierno no esta dejando encontrar fácilmente la comida acá en el bosque- dice y su idea me aterra
- a que te refieres?...
- creo que deberíamos sacar, bueno robar algunas cosas de ahí- dice y yo la quedo mirando- pero hay demasiados agentes ahí, debemos tener cuidado para no ser capturadas, además no es para tan-

No puedo seguir escuchando así que me levanto y salgo de ahí en grandes zancadas. Me interno en el helado bosque y el viento golpea mi rostro con fuerza. No paro de caminar, no quiero detenerme. Me ubico debajo de un enorme árbol, y me hago un ovillo mientras me abrazo a mi misma.

"Eleanor recuerda de que tu eres... Mía, solo mía" sus palabras resuenan en mi cabeza y mi cuerpo empieza a temblar con fuerza mientras mis ojos se llenan de lágrimas, pero las retengo.

Escondo mi cabeza entre mis piernas, y tengo mucho frío, pero eso en este preciso momento no me importa.

Siento como algo me picotea el oído, pero con una mano intento alejarlo. Me volteo para ver que es... El pajarito. Me seco las lágrimas en mis ojos con mi mano y le extiendo un dedo al pajarito para que se coloque ahí.

El pajarito empieza a cantar una canción bellisima, una que nunca le había escuchado cantar. Me quedo observándolo.

- gracias...- susurro, porque su canto meta hecho tranquilizrme un poco.

No se en que momento empecé a temerle tanto a algo, nunca me permití temerle a nada, el miedo puede destruirte hasta lo mas profundo de tu ser, puede destruir hasta tu dignidad, puede acabar con tu autoestima, temerle a algo o mejor dicho en mi caso a alguien, es lo peor que puede pasarte. Vivo con miedo en todo momento, le temo a todo lo que tenga que ver con adueñarse de nosotros, no quiero volver a caer en sus manos, no quiero volver a sufrir, no quiero volver a llorar, no quiero que vuelva a tocarme, nunca...

Siempre me he hecho la pregunta de... ¿en que momento sucedió todo?... Todo ha pasado muy rápido, ni siquiera se como huí, para mi eso fue solo suerte, una suerte que sino aprovecho podría perderla, aprovechar a que soy libre y que nada malo me puede pasar... o eso creo...

Me levanto del suelo donde me encuentro, y estiro mis piernas para que puedan moverse ya que están entumecidas de frío y eso mismo lo hago con mis manos... en este momento como deseo unos guantes.

Coloco mis brazos alrededor mio de una manera como si me estuviese abrazando para calmar mi frío, pero es inútil.

Mis pasos son lentos y cada vez más me siento peor, cada vez más me siento sin menos energías ni fuerzas, es como si el frío se estuviese apoderando de mí.

Cuando por fin logro ver la cabaña, hago todos mis esfuerzos por entrar rápido, pero para nada soy rápida. Cuando por fin logro entrar, veo como el rostro de Virginia está lleno de preocupación y ella ve que ya me encuentro ahí.

- es que acaso estás loca Eleanor?!, está congelando afuera, acaso quieres morirte de Hipotermia?!- dice preocupada, colocándome en el suelo mientras me cubre con la manta hasta la barbilla. Virginia dice que logró traer unas plantas que sirven para hacer un té, así que lo único que hace es colocar el cuenco lleno de agua con las plantas dentro sobre el fuego de la fogata.

Nadie se atreve a hablar, nadie dice nada, es un silencio que abarca el lugar, un silencio que no quiero que sea destruido.

El sol empieza a esconderse, y no se en que momento las horas han pasado tan rápido. Las estrellas empiezan a llenar el hermoso cielo, mientras un hermoso atardecer se refleja en el. Le digo a Virginia de que esta vez yo haré guardia y ella asiente.

No quiero dormir, no quiero volver a tener una pesadilla que se que me hará tener mas miedo de lo que tengo, así que decido sentarme en una esquina en el fondo de la cabaña, mientras recuesto mi cabeza sobre el grueso muro de madera.

Cada día más que sigo en vida siento como que cada vez olvido mas a mi familia, olvidé sus nombres, estoy olvidando un poco sus apariencias físicas y casi no se nada de ellos, y eso es muy triste.

Un fuerte ruido hace que me sobresalta y hace que me levante rápido. Me dirijo rápido hacia la puerta de la cabaña,pero no salgo completa, solo asomo un poco mi cabeza.

Hay un gran camión justo a unos cuantos metros de la cabaña, pero son los suficientes como para que no puedan verme.

Solo logro ver la parte trasera del vehículo y una puerta se abre, dejando ver que es lo que tiene en su interior. Comida, armas, vestimenta y mas comida... hoy tuve que acostarme con el estómago vacío, ya que le insistí a Virginia que comiera el ultimo pavo, ya que esta estaba muriendose de hambre.

"Ese es!"Pienso, ese debe ser el camión del que hablo Virginia y tiene razón, nos puede ser muy útil.

En esta ocasión, no me importa lo que suceda, dejare mis temores a un lado y haré todo lo posible por sobrevivir...




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