5

42 7 1
                                    

Me encuentro caminando junto con Virginia para ver si encontramos alguna salida, pero en todo este rato, no vemos nada.

- crees que haya algo afuera?- pregunta Virginia
- no lo sé, pero si este muro se encuentra aquí, debe ser que no quieren que nos enteremos de algo- digo, pero ella no me responde

Concreto y más concreto. Es lo único que se ve mientras seguimos el muro para ver hasta donde llega.

No se ve nada, ni nadie, todo está vacío, no se ve ningún animal, ningún agente, nada, y esto no me trae buena espina.

Empiezo a patear la nieve con mis botas mientras seguimos caminando, estoy muy aburrida, hemos caminado bastante tiempo y esto es agotador.

La mano de Virginia se posiciona sobre mi boca cubriéndola y jala de mi brazo mientras nos esconde detrás de unos arbustos.

- qué te pa-?- digo pero ella coloca su dedo índice sobre sus labios mientras dice silencio en un sutil susurro.
Su dedo índice señala algún lugar y yo me giro a ver que es.

Hay muchos agentes circulando el lugar y hay una torre también.

- crees que halla una puerta?- pregunta Virginia en un susurro
- no lo sé, pero no es el mejor momento para averiguarlo, hay demasiados agentes y nosotras no estamos tan bien armadas como ellos, tendremos que volver cuando estemos listas, entendido?- digo y ella asiente.

La verdad es que eso no me importa, más así que por mí en este mismo instante sacaría mi arma y le dispararía a todos estos imbéciles, pero no me siento capaz de eso, no ahora. Realmente me llena de ira cuando me sienti asustada por algo como él. Le temo mucho a él, a mi anterior dueño. En ese lugar se me hacía imposible no llorar todas las noches, se me hacía imposible no sentir asco de mí misma. Me sentía indefensa cuando me obligaba a estar con él, cuando me golpeaba, todo era un maldito desastre.

Nos colocamos de cuclillas y empezamos a avanzar por la gruesa nieve, tratando de no pisar alguna rama o un objeto que haga ruido para no llamar nuestra atención.

Cuando estamos completamente seguras de que no estamos al alcance de sus campos de visión, nos colocamos de pie y seguimos andando.

El pajarito empieza a volar alrededor de nosotras mientras alcanza nuestro paso y canta la melodía que yo le eh enseñado.

- que hermosa melodía, tú se la enseñaste?- me pregunta Virginia
- Si, yo se la enseñé. Es como una comunicación entre él y yo- digo y ella sonríe
- es muy linda, de dónde la sacaste?- esa pregunta me coge desprevenida. No me ah gustado mucho recordar a cerca de mi familia, eso me hace sentir deprimida, pero tengo que aceptarlo de una vez, ellos deben de estar muertos.
- mi mamá. Ella la cantaba para mí y decidí usarla- digo y ella solo asiente. Virginia debe saber lo duro que debe ser hablar de nuestros seres queridos, ya que no están a nuestro lado. Es difícil enfrentar la realidad, y la dura realidad en este caso, es que no hay probabilidades de que estén con vida, en este mundo nada es probable, ni si quiera nuestra vida o nuestra libertad.

- conozco un lugar donde podemos refugiarnos- dice Virginia

- Enserio?, y en dónde es?- pregunto

- queda cerca de aquí, prácticamente es una cabaña abandonada. Hace mucho tiempo la había visto cuando salía de caza, así que la dejé como una opción de refugio cuando necesitara escapar- dice ella

- y cómo sabes de que ahí no se hospedan agentes?- digo. Es muy probable, tal vez no vayan siempre, pero puede que a veces descansen ahí, al igual, no me gustaría arriesgarme, no ahora.

SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora