0.11.

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Marlene se quedó estática en su lugar, y sus ojos se posaron en los de Calum.
- S-sí- susurró.
Calum extendió la mano y sus dedos se rozaron.
Al comprobar que Marlene temblaba demasiado como para lograr encender el mechero, Calum se inclinó hasta quedar a su altura y poder prenderlo.
Ambos se sentaron en sus respectivas sillas mientras se observaban.

kittens; c.t.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora