Message from my idol

Capitulo dos - Doom Dada

Jlec

— Lo lamento, no pretendía despertarte — Menti, la verdad es que no creía ni pizca de que estuviera durmiendo, me había devuelto la llamada en segundos y además, ¿qué clase de persona le contesta a un desconocido a la mitad de la noche? —. Solo mi consciencia no me dejaba conciliar el sueño — confese.

— Entonces buscas perturbar el sueño de otros.

— De ninguna manera — me excuse.

— Ok, así que estas requiriendo mis servicios de acompañante — No me había detenido a prestar atención a su voz. Era tan... gruesa, tan...

—Nunca falla, las chicas siempre vuelven cariño.

Tan... varonil.

Me sentí derretir como una vela barata, esas que prenden con rapidez y se apagan en un segundo porqué, este chico sabe apagarte tan rápido como una vela de pastel.

— En tus sueños pastelito — Ja, había usado el apodo que surgió en mi cabeza — ¿Se te ha ocurrido que te estoy utilizando como un pasatiempo?

— ¿Y tú, acaso piensas que no es lo mismo contigo? Te responderé, en mi caso tú no eres un pasatiempo — ah las mariposas —. Eres el alivio que se presento en mi vida por ser la única jaqueca que tendré que soportar por tres meses — 'Idiota'  Ven lo que les digo...soy la maldita vela.

Puse los ojos en blanco.

— ¿Por qué elegiste este trabajo? Es obvio que no te gusta.

— Inteligente la señorita — murmuro con elegancia, con esa voz tan agradable y varonil que te daban ganas de morder tu labio. Esa especie de voz que forzosamente te hace pensar que es un hombre alto y guapo...tiene que ser muy guapo.

Me recordaba a "La dignidad de un caballero" con todos esos hombres guapos y elegantes o a Kim Woo Bin, tan hermoso y sexy que daban ganas de mirarlo todo el día.

— Es una obligación.

— ¿Qué?

— El trabajo que tengo aquí, no es que no lo quiera hacer — explico —,no era mi intención pertenecer a un proyecto como este y ... fui obligado a hacerlo.

— Eso  explica mas o menos... nada— conteste sarcásticamente y el rió, fue una risa suave y sincera. Y juro por todo lo que es hermoso en este mundo, que me gusto. Enserio este chico tenia que ser guapo.

— ¿Cómo eres? — pregunte interrumpiendo su risa.

— ¿Cómo dices?

— Me gustaría saber como eres — le confieso y no entiendo porque razón comencé a ruborizarme.

— Tú primero.

— Hey, fue mi pregunta.

— Entonces contesta rápido si quieres saber la respuesta.

— Tramposo

— No lo soy — murmuro

— Entonces dime tu nombre.

— Parece como si sintieras desventaja de saber que yo se tu nombre y tu no sabes nada de mi — dijo orgulloso. Fue mi turno de sonreír.

— Te equivocas — dije gustosa, saboreando el éxito que se aproximaba —. Tú no sabes mi nombre — Murmuré cada palabra con lentitud.

— Jlec — pronuncio con su voz seductora y desee que ese fuera mi nombre.

— No es mi nombre — aseguré con firmeza.