Una visita a los Abuelos II.(La visión de Niel)

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Tras pasar una hora golpeando la puerta, para que alguien le abriera, Niel ya se había rendido tenía miedo y sueño.
Miedo a quedarse hasta la noche para tener que ver visiones quizá cosas que no existen pero que para ella eran muy reales y sueño más bien cansancio pero no sólo era físico si no también emocional.
-Un pequeño pensamiento-
¿Qué te puede cansar más: El corazón herido ó Caminar por horas?.
-Sinceramente creo que en ese momento a Niel la golpeaba más el dolor del cansancio de un corazón herido.-
Tras unos minutos de luchar contra el cansancio esta vez físico Niel se quedo profundamente dormida a un costado de la puerta que le impedía saborear una linda tarde con sus abuelos y claro también la nieve.
Niel no se dio cuenta de que estaba dormida ya que todo lo que soñaba lo sentía muy real...
Una sillita en medio de un campo verde, lleno de flores de todos los colores, llevaba un vestido color Verde oscuro, unos zapatos cafés que la hacían sentirse una princesa, ella volaba en aquel campo. Entre más tiempo estaba dormida y más avanzaba en el sueño las flores hermosas se comenzaban a marchitar el campo verde ya no era si no un campo oscuro cubierto de neblina y aunque el vestido seguía siendo el mismo ya no se sentía una princesa,ni mucho menos volaba. Todo se volvía gris, con un ambiente triste al igual que tétrico. En medio del campo gris escucho una voz. Una voz que sin duda conocía era la voz de su padre, el la llamaba para que volvieran juntos a casa, Niel comenzo a buscarlo y por más que le gritaba nunca se encontraron. Ella seguía escuchando entre susurros la voz de su padre pero, entre más cerca se escuchaba, más lejos lo sentía. Consiguió llegar a la sillita y en cuanto se sento, Niel se desperto de golpe tras caer a los pies de su abuelo.
-¿Por qué te encerraste aquí Niel?.- Le preguntaba su abuelo con una voz tierna.
-Lo siento me he quedado dormida.-Dijo Niel sin mencionar a su hermano.
Niel no tenía ganas de explicarlo y mucho menos de pelear con su hermano después de que lo retaran, por eso sólo se limitó a decir que se le había cerrado la puerta tras curiosear un poco.

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