Kaleb 15

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Los primeros tres días en Paris fueron increíbles. Se sentía tan bien no estar pendiente de los fotógrafos o la prensa, usar jeans y zapatillas era algo a lo que podía acostumbrarme. 

Jane era simplemente increíble. Me contaba historias de cada lugar que visitábamos y había memorizado el mapa de Paris así que ni si quiera nos perdíamos en el intrincado metro. 

En el museo del Louvre corrigió datos del guía varias veces  hasta que el hombre la miraba con cara suplicante para que se callara y al final del paseo la gente solo escuchaba lo que contaba Jane.

Trate de mantenerme serio y contenerme pero era imposible no reírme. Su cercanía me encendía y cuando estábamos juntos el suave olor a vainilla que despedía su pelo  era como un bálsamo calmante para mi mente.

Trate de no tentarme pero para el miércoles todo mi control se perdió. habíamos llegado de dar un paseo cuando nos encontramos con el gerente del hotel. Esa noche se celebraba una cena en honor al centenario de la inauguración y nos invito. Nos aseguro que seria una gala muy intima y que solo habría pocas personas relacionadas con los fundadores.

Me di un baño y me puse mi mejor traje. Me serví un trago  mientras la esperaba y entonces Jane apareció en la puerta de su cuarto. Me quede sin aliento. Llevaba el cabello recogido en un moño elegante y con algunos mechones sueltos. un maquillaje  suave resaltaba sus ojos. Llevaba el vestido  que tanto me había gustado meses atrás y que nunca había usado y unos zapatos del mismo color. Una sonrisa floreció en mi boca mientras mis pantalones comenzaban a ajustar y di gracias porque el saco tapara mi erección.



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