Kaleb 24

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Me sentí un idiota por haberle hecho esto a Jane, ella no se merecía que fuera un bastardo después de los maravillosos momentos que me dio en esa cama y en Paris . Sabia que lo que había pasado entre nosotros había sido mucho mas que sexo intenso pero me sentí cobardemente asustado y me obligue a mi mismo a dejar de pensar que había sido algo mas. Sabia muy bien lo que Jane quería para su vida y yo no podía dárselo. No sabia como.

Ella no dijo nada, no me reclamo, ni si quiera la note molesta. No me contesto mal en ningún momento. Ni si quiera cuando llegamos a la mansión y delante de ella llame a Lisa para ir a cenar. Solo se despidió con cortesía, tomo sus bolsos y subió a su cuarto.

Trate de disfrutar la noche con Lisa para poder quitarme a Jane de la cabeza y del cuerpo. No tuvo sentido. No cuando fuimos a su apartamento, La desnude y pensé en Jane. Cuando se arrodillo delante mío y chupo mi polla como una profesional, pensé en Jane. Cuando me enfundo en un preservativo y me monto como si su vida dependiera de ello pensé en Jane. Y esa fue la única forma de venirme, pensar en Jane en esa mañana entregándome su cuerpo y viniéndose por mi.

Cuando volví a la mansión me pare en su puerta entreabierta. Ella dormía, bella, pacifica, única.

Nunca me sentí mas canalla en toda mi vida.

SALVAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora