Misty, Red, Brock y Blaine estaban en la cafetería conversando.
-Espero que a Érika le guste mucho mi regalo de cumpleaños-exclamó Misty sacando una pequeña caja de su maletín.
-¿Qué le compraste a Érika?-preguntó Red.
-Este hermoso brazalete de diamantes, hará juego con su anillo de cumpleaños.
-Vaya, yo no creo darle un regalo tan caro-suspiró el chico de cabello oscuro.
-No te preocupes Red-intervino Brock-de seguro a Érika eso no le importa.
-Por cierto ¿qué le darás tu Blaine?
-¿Cómo? Esto bueno...yo no he pensado aun en eso-se sonrojó el joven científico.
-Si a mí me gustara un chico estaría a la expectativa de su regalo-suspiró la chica.
-Misty, por favor, lo estás incomodando-dijo Brock.
-No se preocupen-sonrió-además, ya compré parte del regalo para ella.
-¿En serio? Yo lo quiero ver-gritó Misty emocionada.
-No seas tonta-interrumpió Brock-el regalo es para Érika, no para ti.
-Yo solo lo quiero ver un momento, es todo-refunfuñó.
-Déjalo en paz-dijo Red-Blaine, amigo, ven conmigo-lo tomó del brazo.
-¿Qué te sucede?
-Tranquilo, yo te ayudaré a elegir un buen complemento para el regalo de Érika, andando.
-¿En serio? Muchas gracias-hizo una reverencia.
Los dos chicos se fueron al centro Comercial de Azafrán para poder encontrar el regalo perfecto para la chica. La primera parada fue en la tienda de electrodomésticos.
-Sabes Red...no estoy seguro de que a Érika le guste este regalo.
-¿Y por qué no? Una licuadora es el sueño de toda chica, al menos de las que se van a casar.
-Ejem-tosió incómodo Blaine-mejor busquemos otra cosa.
-Muy bien, como quieras, vamos a esa tienda de belleza...
En la tienda de belleza...
-Red, no estoy muy seguro...
-A las chicas les encanta verse bien ¿qué mejor regalo que seis tarros de estas malteadas adelgazantes.
-No creo que ella las necesite, yo...-se sonrojó-creo que ella ya tiene muy buena figura.
-Eres bastante complicado, vamos a la dulcería.
En la dulcería...
-Red-lo miró irritado el científico-Érika detesta los caramelos ácidos.
-No lo entiendo-dijo comiendo unos cuantos-a todos les gustan.
-Creo que solo me trajiste a este sitio para que te comprara de esos caramelos-los señaló.
-Claro que no, solo estoy ayudando-respondió indignado.
-Lo siento, es que me desespera un poco no saber qué regalo darle a ella.
-Tranquilo-guiñó su ojo tragando los últimos caramelos-andando, a la tienda cosmética.
En la tienda cosmética...
-¿Acaso estás queriendo decir que Érika es una anciana?
-Claro que no, ella se ve muy bien...pero ese rostro se arrugará en algún momento.
-¿Qué dijiste cabeza hueca?-lo golpeó en la cabeza.
-Nada, que mejor vayamos a la boutique de ropa femenina.
En la boutique...
-Red, creo que estoy algo incómodo-se tapó el rostro bastante sonrojado.
-No te preocupes, esto solo es una prueba, la gente lo entenderá.
-Si la gente lo entiende entonces ¿por qué no nos quitan los ojos de encima?-gritó histérico.
-No seas escandaloso Blaine, ahora ayúdame con estos tacones.
-Está bien ¿seguro que eres de la misma talla que ella?
-Por supuesto, no sabes el gran sacrificio que estoy haciendo con esto, pásame el maquillaje.
-¿Quuué?
-Que me pases el maquillaje, no soy una mujer vulgar-hizo un ademán delicado.
-¿Red? ¿Blaine?-llegó Green de la nada.
-Gre..Green-dijo exaltado el científico.
-¿Qué se supone que hacen?-preguntó desconcertado-¿por qué Red tiene un vestido de mujer?
-¿Te gusta?-sonrió coquetamente el chico.
-¿Qué? Claro que no, tonto-se sonrojó-mejor los dejo con sus cosas raras-salió corriendo.
-Green...espera-gritó el jovencito sin darse cuenta que pisó su vestido y lo rompió por un lado.
-Ustedes-gritó la vendedora del almacén-han arruinado una pieza única, los mataré-los correteaba a ambos.
-Mejor corramos Red-sugirió Blaine moviendo sus piernas rapidamente.
-Muy bien, aunque no creo que pueda con estos tacones.
-Solo quítatelos-lo agarró del cuello del vestido.
-Si eso quieres...
Terminando la tarde ambos chicos se encontraban comiendo un helado en el parque.
-Red...tu...¿crees que Érika se case con ese sujeto?
-No lo se...supongo que ella sabrá lo que hace, si sus sentimientos son sinceros hay que aceptarlo, de lo contrario puedes confiar que tomará la mejor decisión, ella es alguien muy especial e inteligente.
-Red-se quedó mirándolo sorprendido, luego sonrió francamente-tienes razón, no todo está perdido.
-Es cierto-susurró el chico contemplando el atardecer-por cierto...quiero otro helado.
-Red...es el tercero que te comes.
-Lo se, pero son deliciosos-arrojó una sonrisa pícara.
En la noche todos alistaban sus regalos.
-Muy bien-dijo Misty emocionada-es hora de alistar nuestros presentes, por cierto...Red ¿qué le darás a Érika?
-Le hice este retrato de ella-mostró un dibujo que parecía hecho por un niño de 6 años.
-Esto...-estuvo a punto de reírse-yo creo que está...muy lindo-respondió la chica.
-Lo se, será difícil que me igualen-sonrió confiado.
-¿Y tu Brock?
-Le he comprado esta promoción de seis malteadas adelgazantes.
-Esto no puede ser-susurró-Blaine...y tu ¿qué le regalarás?
-Bueno, mi regalo no es tan bueno, pero decidí darle algo único, luego de tanto pensarlo.
-¿Qué es?
-Es una carta que le escribí...expresándole todo lo que siento por ella.
-Eso...es muy tierno de tu parte.
-Si, y una crema para las arrugas.
-¿Qué?-la chica se cayó por la reacción-supongo que pensé demasiado pronto que estos hombres darían algo que valiera la pena-respiró resignada.
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High Pokemon School
FanfictionRed y Green se conocen desde niños, por ciertas razones se separan, pero el mismo destino después de varios años los vuelve a reunir, Red no ha dejado de pensar un solo día en su amigo, el reencuentro depara muchas sorpresas.