Viaje En El Tiempo (John Titor)

Mi otro yo

Todo estaba tan confuso qué no podía distinguir entre lo real e irreal no podia creer lo que estaba viendo, pensé que todo era efecto de lo que sea que me haya dado Will.

Detrás de aquella puerta se encontraba ese falso carcelero, quien me habia liberado.

Vestía una camisa blanca, jeans oscuros, zapatos de correr negros y una gorra de guardia carcel que no me dejaba ver su rostro.

-Hola, soy.. -comenzó a hablar observando el suelo. El único que sabe que estás aquí, afuera ya te están buscando, tienes pedido de captura internacional, mira lo primero que haremos será cambiarte el nombre y disfrazarte por un tiempo hasta que la situación se calme un poco.

Luego de unos instantes quedó en silencio, seguía observando el suelo. La única cosa que quería saber en ese momento..

-¿Quién eres y por qué lo hiciste? ¿Por qué me liberaste de aquel tormento? -Suspire y decidí rendirme, ya no quería saber mas nada.

-Todo lleva su tiempo, aunque tenemos toda la noche para hablarlo, no queremos volverte loco.. Más de lo que ya estás.

Will camino hasta mi con otro vaso de agua.

-¿¡Me vas a volver a empastillar!? -Aunque la verdad si lo necesitaba para poder aliviar mi mente.

-No, esto es solo agua, vas a caer rendido por el cansancio -lo dijo en un tono preocupado, mientras soltaba una de mis manos.

Sostuve el vaso con mi mano dercha, casi se resbala, no podia sentirlo bien. Tomé el agua y me di cuenta que will tenia razón, iba a ser abatido por el cansancio.

Me desató de la silla, traté de pararme pero aún tenía las piernas dormidas al igual que los brazos.

-Mañana te dolera todo, así que descansa-decía ese "guardia" por asi decirlo.

Me levantó de la silla junto con Will llevandome de los brazos hasta una habitación.

-Aqui dormiras, está es mi habitación, pero por hoy te la presto, cuando era chico me enseñaron a compartir -Dijo Will tratando de hacerse el gracioso.

Me dejaron sentado en la cama, me quedé observandolos a ambos como se iban hasta que me anime a preguntar una última cosa.

-¡Hey guardia! -se quedó parado mirando hacia delante dándome la espalda. No me has dicho como te llamas.

Comenzó a reírse y prosiguió caminando lentamente.

-Igual que tú.