Life is Strange - Larry Stylinson

Capítulo 1 {Crisálida}

Un trueno. Dos. Tres.

Abro los ojos, la tormenta me ha despertado, y me levanto para mirar el lugar.

¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando?

La lluvia no para de caer y puedo sentir como la ropa se me pega al cuerpo.

Estoy en una especie de bosque, solo puedo ver árboles y un camino donde ahora mismo estoy.

¿Estoy atrapado en una tormenta? ¿Cómo he llegado aquí? ¿Qué es este lugar?

No entiendo nada de lo que está pasando. Es todo tan confuso.

Levanto mi cabeza y veo un faro. Si llego hasta allí estaré a salvo.

Tengo que llegar hasta el faro.

Camino con un brazo por encima de mis ojos, intentando protegerme del viento. Andar, ahora mismo, es una tarea difícil.

Subo por un camino de escaleras y cuando estoy arriba, me acerco más al borde del acantilado.

Jo-der

Hay un tornado justo en frente mía.

¿Cómo ha ocurrido esto?

¿Por qué tengo tantas preguntas?

No, ¿por qué esta pasando esto y cómo he llegado aquí?

Un barco sale disparado del tornado y va directo al faro.

¿Qué? ¡No!

Me levanto de la mesa.

¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?

Eso fue demasiado surrealista.

Estoy en clase y la profesora está hablando de Alfred Hitchcock. Los segundos siguen avanzando como siempre lo hacen.

Bien, todo está bien. Yo estoy bien.

La profesora habla de algún tema, seguramente interesante, pero ahora mismo no puedo atender.

Veo como Jack –un chico rubio, superficial e irrelevante- le tira una bola de papel a Ed –un chico pelirrojo, ojos claros que se sienta siempre pegado a la ventana para poder verla toda la clase-.

¿Qué le pasa a Ed? Está más callado de lo normal. Pero la cosa es, por qué le ha tirado la bola Jack.

Tantas preguntas sin respuesta.

El teléfono de Liam suena. Liam es del grupo de Jack, los superficiales irrelevantes que se creen relevantes, tiene el pelo castaño y los ojos marrones, es un poco más bajo que yo y viste con ropa de marca, se nota que tiene dinero.

No los soporto.

Sigo pensando en lo del faro, siento como si fuera un sueño. Es tan raro...

Miro la fotografía que tengo en la mesa, la hice el otro día y no me gusta. Es una mierda, no se la puedo mostrar a la Srta. Jefferson, mi profesora. Si se la enseño, toda la clase se reirá de mí.

Tengo un gran número de cosas en la mesa, mi diario -el cual no he estado trabajando en el tanto como debería-, apuntes, un estuche viejo y mi cámara.

Cojo la cámara y me hago la selfie del día, cada día tengo que hacerme una.

—Shh —oigo decir a la Srta. Jefferson —, creo que Harry ha tomado lo que ahora llamáis "selfie"... que por cierto, es una palabra algo tonta para una maravillosa tradición fotográfica.