Volví con un poco más de cursileria, lo iba a publicar ayer pero antes tenia que retocarle algunos detalles y bueno, basándome en la opinión de un amigo (Gracias Nico, aunque no vayas a leerlo acá, por releerlo y revisarlo como 200 veces) decidí darlo por terminado.
Esa agonía de andar perdido, sin rumbo fijo, sin compromisos y de golpe divisarlo. Saber que ese va a ser tú hogar, que allí te vas a quedar aunque ya por fuera se ve, que dentro no hay más que ruinas. Y te acercas, no te importa que las cicatrices se noten por la ventana, que la tristeza, de no ser el primero, inunde tu alma cada vez que avanzas hacia su entrada ya desgastada por su uso. Y sonríes como si nada, sospechas que va a ser un hogar temporal, sabes que va a doler, que vas a arder como un ave fénix, para luego renacer, sabes que esa historia no tiene buen final pero eres necio y hasta no chocarte la puerta cerrada no pararás.
Y todo te advierte que nada bueno sucederá, pero ya te has encaprichado y no desistirás. Entras y el olor del pasado te golpea una vez más, un pasado que desconoces, que no es tuyo pero que insistes en poseerlo sin importar si quiere ser compartido contigo. Y cada vez que intentas ver quien paso por ahí destruyéndolo todo, las cenizas se alzan y se alejan de ti porque, ese lugar al que te empeñas en llamarlo hogar, tiene secretos que nunca conocerás.
Y llega un día en que la desesperación te consume, estar entre recuerdos muertos te asusta; temes quedar enterrado, sin salida, sin ser recordado. Comprendes que hay lugares que solo se prenden fuego una vez, que sus cenizas no se vuelven a encender, que alguien ya ha estado y que no podrás reemplazarlo. Y entiendes que las personas solo ardemos una vez en manos de otras, que los siguiente son solo intrusos de ruinas con dueños. Y aprendes, también, que el destiempo mata, te deja sin hogar porque has llegado tarde otra vez y eso que tanto anhelabas que sea tu refugio contra todo, jamás lo será. Ya fue de alguien, le pertenece a alguien. Ya ardió con alguien y se destruyo con alguien. Ya sufrió golpes con alguien y tiene recuerdos de alguien. Y por muy cruel que suene, solo con ese alguien volverá a calentar, a proteger, a recordar, a querer, a vivir.
Entonces, no queda más que juntar lo poco que tienes, evitando la tentación de llevarte recuerdos que no te pertenecen, armar valija, y comenzar a andar nuevamente sin compromisos, sin rumbo fijo, perdido, pidiendo al las estrellas que iluminen algún refugio que desee ser ocupado. En agonía, con frío, con melancolía, con miedo, abrazando fuertemente lo poco que posees. Caminar y caminar, siempre tratando de encontrar alguien que desee ser tu hogar, que desee ser incendiado y transformado en escombros por ti o que simplemente desee que de las ruinas, producto del descuido de alguien, construyas un hogar en el que las llamas calienten pero no quemen, las maderas torcidas por los golpes del destino, recobren una postura rígida capaz de tolerar cualquier viento. Donde se acumulen sonrisas en lugar de polvo. Donde puedas gritar que ese es tu hogar sin que sientas el frío de la soledad. Donde, simplemente, puedas volver a amar.
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Recortando pensamientos
RandomNo es un libro, no es una novela, no es una historia es solo un espacio que me cree, siendo egoísta, para escribir mis pensamientos, los recortes que hago a mi realidad, a mis emociones, a la sociedad. Pueden tener sentido, puede que no, todo aquí...