06-04-15

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(Como estoy aburrida, y quiero ponerme al día con "Recortando pensamientos" me puse a buscar escritos míos en mis carpetas de la facultas y ¡Bingo! Encontré esto... breve y conciso. Bastante superficial y a la vez reflexivo, y todas esas tonterías. Tengo que llenar con algo estos capítulos ¿no?)

Mientras buscaba el aula del día, con una compañera, ella me dijo: "me siento perdida" y yo, inconscientemente, la corregí diciéndole "ESTAMOS perdidas". Y, en efecto, lo estábamos porque luego de unos cinco minutos pudimos llegar al aula y, vale aclarar, que fue pura casualidad.

Y, en estos instantes, me encuentro sentada al fondo del salón con mi mente divagando y no porque la materia no me agrade o no la entienda sino que esta "tonta" corrección me dejo pensativa, buscando el porqué de lo que dije, pero no es tan sencillo como parece ya que estoy condicionada por mi miedo a aceptar la realidad.

Ahora, busco ser valiente.

Cuando pienso en el verbo "estar" lo relaciono con algo físico, es decir, uno está perdido cuando por ejemplo no sabe en qué calle esta y como llegar a determinado lugar, cuando en el boliche dejamos de ver a nuestros amigos y nos damos cuenta de que "estamos perdidos". No sabemos dónde estamos, como llegamos a ese punto y, mucho menos, tenemos idea de cómo salir o como encontrar algo que nos indique donde queda lo conocido.

Mientras que, para mí, sentirse perdida es algo similar pero, a su vez, diferente. Sentirse perdido es buscarse, buscarse y buscarse sin lograr encontrarse. Sentir que no hay camino y, por ende, no hay salida. No hay un farol siquiera. No hay nada más que miedo y desesperación y cuando la posibilidad de encontrar algo conocido se va desvaneciendo cuando la paciencia y la esperanza nos dejan caer y la soledad nos atrapa, empezamos a estar bien sintiéndonos sin rumbo.

Recortando pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora