13-05-15

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Este es uno de mis favorito, lo escribí una tarde de lluvia justo antes de dormirme. Lo amé y no creo que haya escrito nada mejor. Lo presente en el taller de literatura al que concurro y les gusto mucho, así que doble orgullo. Por eso lo comparto con ustedes, espero les guste a pesar de ser tan simple y corto.

No éramos nada pero cuando estábamos abrazados como si el mundo acababa, lo éramos todo.

No éramos nada, pero cuando nuestros dedos se entrelazaban y nuestras manos danzaban al compás de nuestro andar, lo éramos todo.

No éramos nada pero cada vez qué nuestros ojos se observaban fijamente abriendo las puerta a nuestros secretos, lo éramos todo.

No éramos nada pero al sonreírnos mutuamente para luego fundir nuestros labios en un beso apasionado, lo éramos todo.

No éramos nada pero cuando pasábamos noches bajo las estrellas hablando del pasado, del presente y del futuro, lo éramos todo.

No éramos nada, pero la emoción de tu rostro y el brillo del café de tus ojos al verme mostraban qué lo éramos todo.

No éramos nada pero mi corazón acelerado al escuchar la melodía de tu voz me recordaba qué lo éramos todo.

Lo éramos todo y no había cosa más perfecta qué tenerte a mi lado, conquistábamos el mundo, florecíamos en pleno abril, brillábamos mas qué el sol de verano, pero, para ti, no éramos nada.


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Y... se lo dedicó a mi mejor amiga que taanto quería que yo lo publique, así que bueno, acá esta !

Recortando pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora