— Lia, ¿por qué no vamos a achucharnos a un rincón oscuro y sólito?
— Vete y achuchate tú solo, yo tengo cosas que hacer.
Sin mirarme, siguió caminando entre las estanterías de la biblioteca, buscando algún libro que solo ella conocía.
— Lia... vamos... la biblioteca me da urticaria...
Se metió en otro pasillo y con un suspiro la seguí. Estaba en la sección de hierbas mágicas, por lo que lo más seguro, es que estuviera buscando algún libro para pociones. Bufé. Eso solo podía significar horas y horas desperdiciadas en aquel lugar lúgubre, lleno de libros y carente de personas.
¿Por que estaba tan vacía la biblioteca? Fácil, por que hacia un día precioso fuera de los muros del castillo y cualquier persona con sentido común, estaba en los jardines o alrededores, disfrutando del sol.
¿Eso en que nos convertía a Lia y a mi? En dos extraterrestres. Al menos, Lia si lo es. Nadie en su sano juicio y con dos dedos de frente prefiere estar antes en la biblioteca que disfrutando de sol.
Suspire con resignación.
— Lia...
— Cállate, Potter.
Gruñí de indignación al verme relegado a un segundo plano por culpa de unos estúpidos, inservibles y pesados libros.
A veces creía que Lia quería mas a los libros que a mi. Justo como en aquellos momentos en el que me daba de lado.
— ¿Has leído Romeo y Julieta, James? — la pregunta me sorprendió. ¿A que venía eso ahora?
Me apoye en la estantería, dejando caer todo mi peso sobre esta mientras miraba el perfil de Lia. Seguía con los ojos fijos en los libros.
— ¿El que?
— Romeo y Julieta, ¿no sabes quienes son?
— No... ¿es un tipo de comida o algo así?
Sonrió y negó con la cabeza. Con cuidado, saco uno de los libros de la estantería, leyó el titulo y lo volvió a dejar en su lugar.
— Es un libro. Escrito por William Shakespeare. En serio, deberías pasar mas por la biblioteca de tu tía Hermione.
Me encogí de hombros. Cuando iba de visita a casa de mis tíos -Ron y Hermione Weasley-, lo ultimo en lo que pensaba era en visitar la biblioteca privada de mi tía Hermione.
Si no es un cómic de Marvel, no me interesa, gracias.
Lia estiro el brazo por encima de su cabeza, intentando coger uno de los libros que estaba en los alto de la estantería. La vi intentarlo durante unos minutos, y, con una sonrisa en los labios, me acerque a ella.
— ¿Cual es?
— El de color azul con letras doradas.
Asentí, estire mi brazo y cogí el libro que me había señalado. Se lo dí y, como recompensa por mi buena obra del día, me regalo la sonrisa mas grande y brillante que tenia.
Sentí como se me sonrojaban las mejillas, como mi boca se estiraba para sonreirle, y como todas mis neuronas se derretían hasta convertirse en gelatina.
Joder. Lia me tenia completamente cautivado.
°°°°°°°°
"Por que nunca hubo historia de amor mas triste, que la de Julieta y su Romeo."
Me desplomé sobre mi cama, con el libro a un lado y los ojos fijos en el dosel rojo de mi cama.
Después de que Lia me hablara sobre Romeo y Julieta, había escrito una carta a mi tía Hermione y un día mas tarde, mi lechuza -una preciosa lechuza parda, llamada Aphrodi- me trajo el libro en cuestión, con una carta de mi tía que me preguntaba que rara enfermedad tenia, que me empujaba a pedirle prestado un clásico de la literatura muggle.
Y las palabras son suyas, no mías.
Mi enfermedad, como le había escrito aquella misma mañana, se llamaba Amelia Browens.
Y era incurable y altamente peligrosa.
La sufriría toda la vida, de eso estaba seguro.
Por que lo quisiera o no, eramos como esos dos del libro.
Lia era mi Julieta y yo su Romeo.
°°°°°°°°°
— ¿Y bien? ¿Que te pareció el libro?Mire con sorpresa a Lia. ¿Como diablos sabia que me había leído el dichoso libro? Me había preocupado de que ninguno de mis compañeros de cuarto se diera cuenta de que lo tenía, sobre todo mi primo Fred. Me negaba a ser el objeto de sus burlas por el resto de mi vida.
La vi reírse y le fruncí el ceño.
— Tu tía Hermione me mando una carta preguntándome si sabia la razón de que le pidieras prestado el libro de Romeo y Julieta.
Por supuesto. Debería haber sabido que mi tía hiria corriendo a hablar con Lia. Aunque prefería eso a que hablara con Albus o peor, Lily. Un escalofrió me bajo por la espalda al pensarlo. Si lo hubiera hecho, seria el hazmereir de todos mis primos.
Brr. Escalofriante.
— Bueno... ¿y que te pareció?
Me encogí de hombros y me acomode mejor en el sillón de la sala común. No pensaba decirle que me había gustado la historia. A pesar del triste final.
— Creo que nos parecemos a ellos.
— ¿Ah, si? — la mire de reojo, sentada a mi lado, vestida con el uniforme y sonriendo.¿Por qué, Merlín, una chica tan hermosa como Lía tenía que tener una sonrisa tan encantadora y fascinante? — ¿Fingirías morir para evitar casarte y te suicidarías al verme muerto justo al lado de tu sepulcro?
Lia negó con la cabeza.
— Eso seria algo que harías tu. Yo me suicidaría al verte muerto, solo para tirarte de las orejas por ser tan irresponsable.
La vi ponerse de pie, coger sus libros y mirarme divertida.
— ¿Y bien? ¿Cuanto tiempo piensa Julieta vagabundear en el sofá?
— El tiempo que tarde Romeo en venir a por ella.
Le saque la lengua, me levante y puse un brazo sobre los femeninos hombros de Lia.
— ¿Biblioteca, Montesco?
— Usted lo ha dicho, Capuleto.
Tal parece que en vez de ser yo Romeo y ella Julieta, es Lia mi Romeo y yo soy su Julieta.
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Siento la demora, ha sido por falta de inspiracion. Bueno, si ven algun horror ortografico, no se preocupen, intentare corregirlo lo antes posible.Besos de Nocilla.
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10 Razones para Besarla
FanficJames Sirius Potter tiene el orgullo de presentar... espera, espera. ¡¿Orgullo?! ¡Nada de orgullo! ¡Me he visto obligado a hacer esto! ¡Y si lo hago es para demostrarle a cierta pelirroja -y sì, querida hermanita, hablo de tì- que no soy ningún mied...