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Unos años mas tarde

-Papá, ire a pasear un rato- decía un pequeño erizo color azul.
-Esta bien hijo, ten cuidado y no vengas muy tarde- hablaba amable pero con autoridad un gato gris un poco mayor.
-Claro-

Terminada su respuesta el erizo salió a una gran velocidad de su casa, era una rutina el salir dar un par de vueltas a unos doce o diez metros de distancia de su hogar, pero esta vez quería ver mas cosas, se alejó unos metros mas, pero rápidamente se arrepintió, el lugar para el pequeño era enorme y desconocido, retrocedió chocando con alguien detrás suyo que obligo a ambos a caer al pasto.
-ouch- escucho el erizo alertandoló de inmediato.
-P-perdoneme- se puso de pie, pidiendo mas disculpas con sus pequeños ojos cerrados, entro coraje a su ser al no escuchar respuesta procediendo a abrir sus ojos.-Es un pequeño zorrito, ¿estas bien? Perdona si te lastime.
-N-no se preocupe señor, no fue nada- contesto el zorro con pelaje dorado
-¿Donde esta tu familia amiguito? Te puedo acompañar.
-La verdad es que no tengo una familia- respondió apenado el de pelaje dorado-Perdone por interrumpirlo- el pequeño se aleja apenado.
-espera, creo que tal vez puedes quedarte conmigo- apenado detenía al zorro
-¿Enserio?- los ojos del pequeño se iluminaban al escuchar eso
-Si, si ¡Claro! ¿Como te llamas zorrito?- preguntaba el erizo mas confiado.
-Mi nombre es Miles Prower, pero no me gusta, mejor digame zorrito, por favor- el pequeño tenia su mirada decepcionada.
-Oye, no te desanimes, tu nombre es muy lindo. Bien Miles ¿Que puedes hacer?- levantaba con confianza la cara de su pequeño amigo
-Y-yo puedo v-volar, s-señor, señor- se alejo al terminar su oración, como si estuviera a punto de correr.
-¿E-enserio?- se sorprendió el erizo
-P-perdone- el zorro corrió apenado y asustado a la vez.
-¡E-espera!- lo siguió a su paso, lo sostuvo de su pequeño brazo, el zorro dejo ver sus dos colas, agachándose, haciendose bolita con su propio cuerpo, al parecer el maltrato era muy común hacia él.
-Miles, tienes una habilidad increíble, no dejes que jamás digan lo contrario, y no tienes por que esconder tu segunda cola, eres especial y la gente debería de estar mas orgullosa de eso- el zorrito solo temblaba, se podían escuchar unos pequeños sollozos.- "Tails" ¿Que te parece?- el erizo soltó al dorado, retrocediendo con respeto hacia el pequeño.
-¿Q-que?- el zorro saco un poco el rostro de sus dos colas.
-Si no te gusta Miles entonces serás "Tails" mi pequeño hermano "Tails"-
El erizo estiro su mano al pequeño, el zorrito estaba llorando pero no de miedo si no de felicidad, alguien por primera vez no le pego o lo insulto, el pequeño estiro su brazo para corresponderle al erizo.

Poco después de ese acto de bondad ambos se dirigían hacia la casa del azulado, conversando los dos como si se conocieran de toda la vida. El zorrito iba sonriente y sin miedo alguno.

-Mamá, Papá, llegue a casa- el erizo hizo un gesto para que el pequeño zorro entrara a su casa.
-¡Que bien hijo! Siéntate la cena está casi lista- se escucho la voz de una mujer provenir de la cocina.
-Hijo, ya es tarde te dije que..- el papá observo al pequeño y parece que no estaba solo, poda observar una silueta.-¿Quien está detrás?- la sombra se sobresalto y se escondió detrás del erizo.
-Bueno, él es Tails-
-¿Es un amigo tuyo?-
-De hecho, si y no- los padres estaban extrañados, la coneja puso los platillos para cenar, regresando a la cocina por uno extra.- Él me dijo que no tenia familia y quería saber ¿si podía vivir aquí?-
-¡¿Que?!- exclamaron los adultos.
-Tails, cariño ¿Que edad tienes?- pregunto la coneja dulcemente
-T-tres-
-Habla muy fluido para ser tan pequeño, ¿recuerdas algo mas que tu nombre Tails?- decía el gato algo preocupado por el zorro
-N-no, solo que e vivido en el bosque toda mi vida, y las aves me tiraban de sus nidos, p-por..- el pequeño agacho la cabeza, sus ojos no tenia brillo, al parecer no le gustaba ese recuerdo.
-Tails, calma, aqui nadie te hará daño puedes estar seguro- calmó el pequeño erizo a su contrario.
-P-por que tengo dos colas, y-yo puedo volar con ellas- terminada su frase se abalanzó sobre el azulado asustado, pidiendo auxilio.
Los papás estaban atónitos por la situación, entendieron rápido que el zorro era distinto, tal vez por eso no abandonaron, sufría de maltratos tal vez por eso él huyó, no tenian claro la situación, pero comprendían el sentimiento.

-No temas pequeño, si gustas puedes pasar el tiempo que gustes en nuestra casa-
-S-se los agradezco- el zorrito no sabia que hacer o como comportarse, es la primera vez desde que él recuerda que lo han tratado con gentileza, sin golpes, sin insultos.
-Puedes dormir hoy en el sofá, mañana prepararemos tu cuarto- dijo el gato gentil.
-Papá ¿puede dormir en mi cuarto? ¿Como una pijamada?-
-Claro Sonic, pero recuerden ambos que mañana los levantaré temprano, para el cuarto-
-Si papá, gracias, ven Tails te enseñaré todo- los niños corrían de un lado a otro, inspeccionando la casa.
-Cariño, no tenemos muchos recursos para ambos niños- decía preocupado el gato grisáceo
-Lo se, pero tampoco podíamos dejarlo a su suerte, no podrá vivir mas tiempo afuera- respondía la coneja
-Esta bien, tu ganas, pero tendremos que hacer algunos cambios, sabes estilo de vida-
-entiendo querido, esta bien comenzaremos mañana, en cuanto a ustedes pequeños..- un silencio se hizo presente. -¿Y los niños?- pregunto preocupada la coneja, hace unos minutos se escuchaban sus pasos y risas.
El matrimonio, abrió la puerta del cuarto de Sonic, percatándose que efectivamente allí estaban ambos, dormidos en la cama.
-Niños- salió una pequeña risa de la coneja- cuando uno se va a dormir tiene que abrigarse con las sábanas , no están de adorno- cargo suavemente al zorrito mientras su marido le ayudaba con el erizo, acomodó las sábanas y a los niños de forma que estuvieran debajo para calentarse de la noche fría que hacía.
-Descansen pequeños- se escucho al unísono antes de cerrar la puerta.

Sacrifice Tails [incompleta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora