Alicia y Jordan van caminando delante mía.
- ¿Dónde hemos quedado? -dice Alicia con voz "sexy", si a eso se le puede llamar sexy.
- En el pub que hay cerca de la plaza Santa Cristina, al que fuimos el mes pasado.
- Aah. -responde Alicia restregando el brazo de Jordan contra sus pechos.
Los momentos de silencio me matan, y más si es con esta tía aquí. ¿Querrá hacerme algo después de tantos años? Solo recuerdo la pelea...
- Eres tonta del culo, nadie te quiere y por eso eres tonta del culo, ¿a qué es tonta del culo? -decía Alicia.
- ¡Sí! Es una tonta del culo y nadie la quiere, por eso es la más tonta del culo. -decía la gente.
Alicia me dirige una mirada y camina hacia mí, levanta su puño y me pega un puñetazo en el pómulo izquierdo. Lloro, desconsolada por lo que acaba de pasar; veo a lo lejos venir corriendo a un profesor que está de guardia en el recreo para intervenir en la pelea. Empieza a gritarle a Alicia y de momento aparecen tres profesores más, uno para llevarse a Alicia seguramente al despacho del director y dos para ayudarme.
Me levanto con un terrible dolor en el pómulo, ¿cómo una niña de 9 años puede tener tanta fuerza? Me preguntaba a mí misma mientras me ponían hielo en el hinchado pómulo y llamaban a mi casa.- ¡Hola chicos! -Alicia interrumpe mis pensamientos con esa horrible vocecita.
- Hola Alicia, hola Jordan y hola... -dice un chaval que parece bastante majo.
- Sam, soy Sam. -digo un poco tímida.
- Vale, Sam. -suelta una risa cortés. Tiene el pelo rubio y alborotado, es guapo y tiene una sonrisa que podría resucitar a un gatito.- Yo soy Alex.
En seguida se acercan otros tres chicos a saludar; detrás de ellos, apoyada en una pared hay una chica que parece que está en la misma situación que yo.
- Hola, soy Christian pero puedes llamarme Chris si quieres. -dice lanzándome un guiño. Christian tiene unos ojos de escándalo.
-Yo soy Sam. -le dirijo una sonrisa.
- Anda, a ti no te había visto nunca, ¿eres una espía del FBI? Porque la droga no la vendo yo, eh. Es broma, me llamo Luis. -dice riéndose. Luis es bastante feo pero muy divertido.
- Yo soy Sam. -le dirijo la misma sonrisa que a Chris.
- Em, hola soy Pablo. -dice pasándose la mano por el pelo rizado. Pablo... Pablo es diferente a todos, no se le puede describir a simple vista, tiene tatuajes en el cuello y supongo que en alguna parte más del cuerpo; es una rosa con un nombre escrito que no consigo ver bien.
- Yo soy Sam. -le dirijo la misma sonrisa que a Luis y Chris.
- Bueno, ¿entramos o qué? -dice casi gritando Jordan.
Entramos todos al pub, hay mucho ambiente y huele a madera, hay bufandas de equipos colgadas en la pared y una tele enorme, supongo que para ver el fútbol. Afortunadamente, hoy no hay ningún partido.
Nos sentamos en una mesa redonda con sillas bastante cómodas para ser de madera. Me siento al lado de Jordan, a su otro lado está Alicia y al lado de Alicia la chica que todavía no sé como se llama, realmente no me importa, cada vez que tenía una amistad femenina se iba todo al garete.
Alex se sienta a mi lado y me pasa el brazo alrededor de los hombros y me aprieta, seguidamente lo quita, ¿que obsesión tiene la gente con apretarme?
Todos piden cerveza, Jordan pide por mí una cerveza irlandesa o algo por el estilo, no me he enterado bien, sinceramente.Llega la camarera con las cervezas y unos pechos que echan para atrás.
- Aquí tenéis caballeros y damiselas. -dice con entusiasmo.
Brindamos por algo indefinido y beben un buche bastante grande, yo bebo un sorbo pequeño, lo suficiente para pasar la noche.
Empiezan a hablar cada uno de algo y me doy cuenta de un cambio repentino, la chica que cuyo nombre no conozco se levanta y se cambia por Pablo, de esa forma Pablo queda al lado de Alicia.
- Oye, ¿tú cuántos años tienes? -dice Alex, asustándome por tan repentina pregunta.
- Tengo 17, ¿por qué lo preguntas?
- ¡Genial! Yo tengo 17 y medio. -dice riéndose. Me pasa el brazo por los hombros y lo deja ahí.- ¿A ti qué te gusta en una cita?
- Em, yo... no sabría... -me interrumpe.
- Bueno, tú te vienes conmigo mañana, que te lo vas a pasar bien, dame tu número anda. -dice ofreciéndome el móvil para que le escriba el número.
¿¡Una cita!? Estoy confusa, para la gente soy una "rarita"... ¿y me pide una cita?
Me percato de otro movimiento, Alicia está sobre Pablo, se está enrollando con él como sí no hubiera final, decido quitar la vista ya que no es nada agradable. ¿Donde estará Jordan? Hace rato que no sé nada de él.- Perdona, Alex.
- Dime. -dice atento a mis palabras.
- ¿Tienes un cigarro por ahí?
- Claro, toma. -saca un cigarro de un paquete de Pall Mall.
Salgo fuera del pub y me enciendo el cigarro. Miro hacia los lados buscando a Jordan pero no está, ¿dónde se habrá metido? Decido mandarle un mensaje, pero en cuanto saco el móvil aparece por la puerta con un cigarro ya en la boca sin encender.
- ¿Dónde estabas? Te he estado buscando por todos lados. -dice un poco enfadado.
- Eso tendría que preguntarte yo a ti, el pub no es tan grande...
- Es igual, ¿tienes fuego? -le ofrezco el mechero azul que coge en seguida.- Qué bien sienta esto ahora.
- Oye, Alex me ha pedido una cita, ¿es muy normal en él pedirle citas a las chicas que acaba de conocer?
- ¿Alex te ha pedido una cita? -dice asombrado, atónito.- ¿Es en serio? Alex nunca pide citas, no creo que haya salido con nadie en mucho tiempo, siempre intenta olvidar a su ex novia y todas le recuerdan a ella. ¡Eres una excepción!
No sé si reír o llorar, así que me decanto por reír. Decido despedirme de todos, es la una de la mañana y no me apetece quedarme más.
- Adiós chicos, me lo he pasado muy bien. -digo con una sonrisa.
- Espera, yo también me voy ya, ¿quieres que te lleve en el coche? -dice Chris.
- Si no es mucha molestia, me sería más rápido.
Nos despedimos de todos y nos dirigimos a su coche, es un Seat Ibiza negro un poco antiguo. Nos sentamos en el coche y arranca el motor.
ESTÁS LEYENDO
Help me to live
Teen FictionSamanta Rodríguez es una chica más del montón, no tiene ninguna cualidad, no hace ningún deporte y tampoco tiene amigas populares. Un día empieza a salir con un grupo de gente; Sam cambia repentinamente, haciendo de su mundo un caos. ¿Te atreves a a...