Capitulo 21

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-R con r guitarra, r con r carril, mira que rápido ruedran las ruedas del ferrocarril.

Niall no lograba decir ese trabalenguas, el cual iba diciendo en el auto de Louis, en el iban el rubio, Jace, Harry y el dueño.

-Niall, ¿podrías hacer silencio un rato? -hablo Harry dándose vuelta a los asientos traseros pero sonriendo con confianza.

-Intenta decirlo rápido -se cruzo de brazos Niall retándolo.

-R con r guitarra, r con r carril, mira que rápido ruedan las ruedas del ferrocarril -lo dijo perfectamente el rizado.

-Bien me rindo, no lo puedo decir -Jace se acercó y beso la mejilla de Niall.

-No te preocupes amor -tenían las manos entrelazadas y estaban en el regazo de Jace.

-No me sale algo tan simple -bufó.

Niall se recostó en el regazo de Jace y se quedó allí mientras que el colorado le acariciaba el cabello.

-¿Cuanto falta? -preguntó Harry a Louis.

-Contando que vamos manejando 10 minutos, nos faltan 20 -respondió poniendo una mano en la rodilla de Harry.

-Ambas manos en el volante, conductor -hablo divertido Harry.

-Oh vamos, sabemos que quieres que deje su mano ahí -hablo Niall desde el asiento trasero.

Louis giró la cabeza y le guiñó un ojo al ruloso, este rodo los ojos, algo muy común en el.

Siguieron conduciendo en silencio, y la música reinaba en el auto.

-Primera parada, casa de Niall -hablo Louis cuando paro en frente de una bonita casa de una sola planta.

-Yo también me bajo aquí -dijo Jace bajándose con Niall.

-Gracias por estos días amigo, un gusto conocerte Harry -agradeció y saludo asomándose por la venta del copiloto. Harry vio a la pareja caminar con sus bolsos en mano, y cuando entraron el auto partió para la casa del menor.

-Gracias por todo, Lou -sonrío agradecido cuando bajaron todo del auto y llegaron a la puerta de la casa del rizado.

-Me encanta estar contigo, no tienes que darme las gracias -tomo las manos de Harry.

-Envíame un mensaje cuando llegues a tu casa -saco las llaves de su bolsillo.

-Si, claro. Pero quiero mi beso, no te veré hasta el lunes.

-¿El lunes? Faltan dos días para eso -frunció el ceño confundido.

-Pasare a buscarte por la universidad -hablo sonriente- mi beso.

Harry se acercó y puso las manos en la cintura del mayor. Choco sus labios contra los de el y se movieron de manera sincronizada por unos segundos. Luego hablo sin separarse demaciado.

-Esta bien, el lunes te espero -choco por ultima vez los labios de el contra los del mayor y al separarse se escucho un chasquido, sacó sus manos de la cintura de Louis y entro sin decir mas, sonriendo.

El ojiazul se quedo en la entrada de la casa sonriendo y luego de reaccionar fue hacia su auto, para dirijirse a su casa, feliz.

-¿Un amigo? -la madre del rizado apareció bajando las escaleras sonriendo.

-Si, mama ¿que hacías espiando? -preguntó aunque sabía que su madre era así de chismosa.

-Te has besado con un chico -aplaudió emocionada y abrazándolo.

Harry tomo su cintura y le devolvió el abrazo.

-Se puede decir que nos gustamos -se encogió de hombros luego de separarse. Le llevaba una cabeza a su madre, así que tenía que hacer puntas de pie para abrazarlo, como Louis.

-Se nota mucho -lo señalo.

-¿Que se nota mucho? -su hermana Gemma bajo por las escaleras.

-Nada -dijo al instante Harry. Su hermana solía ser muy pesada con respecto a su vida amorosa.

-Tu hermano se beso con un muchacho, recién.

Gemma se cubrió la boca con las manos y bajo mas rápido las escaleras. Se paro frente a el y comenzó a dar saltitos en su lugar, lanzando chillidos.

-Tengo un cuñado -sonrío a mas no poder.

-No somos novios -rodo los ojos.

-En todo caso, tengo un futuro cuñado -le guiñó un ojo.

En relación al aspecto, Gemma era muy parecida a Harry, misma sonrisa y sus facciones eran parecidas. El ojiverde era el más alto, pero su madre y Gemma también eran altas. Ahora la muchacha, mayor que Harry, tenía el pelo teñido de un gris claro. Ambos eran muy unidos.

-Si, lo que digas enana -Gemma frunció el ceño.

-Edificio.

-Enano de blancanieves.

-Rascacielos.

Harry iba a responder pero su madre los interrumpió.

-Bien bien, actúen como gente madura por favor -los miro a ambos y rodo los ojos cansada.

-Nunca lograremos eso -la mayor rodo los ojos.

-No lo lograremos gracias a ella -el rizado señaló a su hermana.

Gemma se puso un dedo en el pecho y abrio la boca indignada.

-Que molesto eres -bufó.

-Lo aprendi de ti -guiño un ojo.

La chica lanzó un grito frustrada- mama, dile que deje de molestar -busco a su madre por todo el comedor pero no estaba.

-Por tu culpa se fue -la señalo Harry, logrando frustrarla mas.

Gemma lo miro y si los ojos lanzarán cuchillos, el ojiverde estaría tres metros bajo tierra. Luego de eso subio las escaleras pisando fuerte los escalones, logrando que Harry soltara una carcajada. Le encantaba molestar a su hermana mayor.

Cafe con leche | l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora