Ve por ella

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Hans mientras tramaba una estrategia para bajar de la barda podía ver a una pelirroja jugando con un dragón lo que lo hizo reír pero al dirigir su mirada más a la derecha podía ver cómo una pareja de novios vikingos se abrazaban como si fuera la última vez, como una verdadera pareja y sin que lo pudiera evitar o notar su sonrisa desapareció y el enojo lo consumió tanto que de un precipitado salto cayo de la barda al césped recibiendo un golpe y quedando inconsciente

En ese momento Mérida jugaba con Chimuelo y reía a carcajadas sin  parar,Chimuelo y ella eran el conjunto perfecto y en poco tiempo se volvieron grandes amigos, sin embargo Mérida dirigió su mirada hacia atrás para encontrarse con Hipo y Astrid abrazados de una manera en la que cualquiera hubiera jurado a una pareja de enamorados, la sonrisa de Mérida se borró y dejó de jugar con Chimuelo este miro a su misma dirección y comprendió el pesar de Mérida con gestos y señas le indicó que fuera hacia ellos

-No...Chimuelo...No tiene caso...ellos son felices...no tengo por que intervenir- Mérida dirigió su mirada al frente y empezó a caminar acompañada de Chimuelo cuando sin darse cuenta aumentaba la velocidad hasta empezar a correr, Chimuelo la subió a su espalda y empezaron a volar, Mérida savia conducirlo al mirar como Hipo lo hacía, volaban y volaban, Mérida escuchaba gritos desde abajo pero no hizo caso hasta que escuchó. aquellos más cerca

-¡¡¡¡Merida!!!!-

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Mientras se abrazaban Astrid miro como Mérida se alejaba acompañada de Chimuelo

-Mira- dijo Astrid para soltar a Hipo y voltearlo a ver la escena de cómo Mérida corría

-¡Mérida!- gritó Hipo extendiendo una mano al frente para intentar detenerla pero estaba tan lejos que sería imposible que lo escuchará

-La quieres...- dijo Astrid afirmandolo

-Yo...- intentó responder Hipo

-Ve por ella- dijo Astrid sonriendo

-Pero Astrid...tú...-

-No te preocupes por mi...ve en Tormenta...porqué Mérida se subió a Chimuelo

Hipo volteó y efectivamente Mérida ya se encontraba volando encima de Chimuelo

-Es increíble- susurro Hipo para si mismo asegurandose de que Astrid no pudiera oírlo

-¡Tormenta!- gritó Astrid y Tomenta apareció volando y parandose a su lado -Llevalo con Chimuelo-

-¿Estarás bien?- pregunto Hipo subiendo a Tormenta

-Tranquilo estaré bien iré con alguien...-

-¿Enserio Hans?- pregunto Hipo

-¿Como supiste?-

-Te conozco jajaja de algo sirvió este tiempo-

-Ve por ella-

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Una lágrima corrio en la mejilla de Elsa pero ahora no por la tristeza del pasado de Jack, sino por las grandes aventuras que hacían que no parará de reír

-Entonces me levante y corrí en busca de venganza- terminó Jack

-Vaya si que eres una mezcla de historia triste y la más divertida-

-No tienes idea-

Al pasar las horas el atardecer se remplazaba por la noche

-Es tarde Jack hay que irnos...gracias-

-¿por qué?-

-Por hacer este día el más feliz-

Jack sonrió haciendo que ambos se pusieran rojos y en sus pieles blancas el sonrojarse era más notable a una milla de distancia

Ambos se levantaron de sus asientos para irse pero al hacerlo quedaron más que juntos pegando sus narices y entrelazando sus respiraciones

Elsa miro al piso y lentamente sus ojos se elevaban mirando desde sus pies a sus rodillas, sus piernas, su torso, sus brazos, sus manos, su cuello, su barbilla, sus labios en los cuales se detuvo un poco más de tiempo y prosiguió, su nariz,  sus orejas, sus mejillas y por último sus ojos

Esos ojos que desde el primer día la cautivaron ojos en los cuales se reflejaba ella misma ojos azules en los que cualquiera se perdería un dibujo a su alrededor de un copo de nieve que los hacía interesantes y hermosos, no sabía por que ni cómo pero Elsa podía sentir que esos ojos serían su perdición y aunque trataría de no caer aquella cercanía lo hacía imposible

Jack no paró de mirarla a los ojos un caballero no mira a los labios si no que mira los ojos ya que estos demuestran más de lo que los labios podrían

Sin embargo Jack no descartaba la idea de los hermosos labios de la reina pues en pequeñas ocasiones los había visto, pero esta vez verlos no importaba ni era necesario si le preguntarán sobre mirar sus ojos o besar sus labios sería sin duda mirar los ojos de la joven la cual gracias a ella no le podría importar el frío, no le importaría abrazarla y hacerla sentir frío, no le importaría compartir su pasado, no le importaría sentirse diferente por sus dones por que son idénticos,  no le importaría nada más por que sólo le importaba ella

La distancia con cada segundo se hacía más pequeña ambos se miraban fijamente y ante el lago y la noche, sus figuras hacían el contraste perfecto

El momento era perfecto, ninguno podía pensar más allá de conocer esos ojos,experimentar sus conocimientos, ver lo que han visto, perderse en esos ojos y en la inmensidad de ellos, saber que ocultan, saber de quien los posee

Ya la distancia no significaba pues ya no estaba

Sus labios rozaban en un ligero toque casi inexistente y con eso sus ojos se cerraban pero antes de proceder...

-No...esto no-

El origen de los guardianes de frozenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora