Por fin llego al comedor, calentándome tras haberme empapado allí fuera. Visualizo a Nico, otro de mis mejores amigos y me siento junto a él.
-Has tardado bastante.
-Lo sé. He tenido que enfrentarme a un idiota de esos que hay repartidos por el mundo.
-Eres una heroína.
-Siempre por el ciudadano - reimos -. ¿Y Beca?
-Dijo que iba a tardar. Tenía que hablar con su grupo de animadoras.
Nico es gay, aunque resulta difícil de verlo si no es él quien te lo dice. Es moreno de piel, con un brazo repleto de tatuajes y fuerte, pero no tan definido como los gorilas del campus. Su cabello es color chocolate, pero ahora permanece rapado. Ojos negros y una dilatación en el lóbulo de la oreja derecha.
Cuando lo ves, tu impresión es la de un macarra con el que es mejor no meterse por si te raja con su navaja, pero es todo lo contrario. Nico es un gran apoyo en todos los sentidos, y no lo digo por su inclinación sexual, pero para mí es una segunda amiga.
Veo al besugo atravesar la puerta del comedor. ¿Cómo es que yo tampoco me había fijado en él nunca? Tras él aparece Rebeca y sin querer, levanto la mano para que pueda vernos. Enseguida me arrepiento de haberlo hecho ya que él me ve y cree que va para su persona. Entonces, para hacerle saber que no es el centro del mundo, grito el nombre de mi amiga. Muestra una expresión de desconcierto hasta que Beca se desliza por su lado.
-¿Qué tal Nico? - dice sacando de su mochila una manzana. Podría cogerla de la cafetería, pero se defiende diciendo que no se fía de la higiene de este lugar.
-Abrumado por el hecho de tener que empezar las clases de nuevo.
-Se nota. Oye, ¿habéis oído el último chisme? Ha habido una especie de pelea al terminar las clases y si no llega a ser por una chica, el pobre chico hubiera probado uno de los puños de Cam. - Nico me mira, sorprendido porque ha encajado las piezas. Yo me encojo en mi asiento, esperando a que no hagan un drama -. ¿Qué ocurre? - Beca nos mira sin entender. Entonces mi amigo comienza a reirse y cae en la cuenta -. ¡¿Tú has sido la chica?!
Me entierro un poco más en mi asiento, mientras siento unas cuantas miradas en nosotros.
-Beca, cállate.
-¿Qué ha ocurrido para que te enfrentaras al gusano de Cam?
-Iba a golpear a un chico injustamente. Sabes que no puedo con esos temas.
-Podía haberte golpeado a ti. - añade Nico.
-No creo que sea tan vulgar cómo para pegarle a una chica a la cuál le saca una cabeza y media.
-Te recuerdo que esos tipos no tienen cerebro. ¿Qué ha ocurrido entonces?
-Nada... - me echo una cereza a la boca para ganar tiempo -. Le dejé las cosas claras, sólo eso.
-Él dice que te besó - no digo nada y lo digo todo -. René Wilsson, ¿Cam Gilbertson te ha besado? Por el amor de una madre, ¡creía que era mentira!
-Bueno, se echó sobre mí y enseguida lo aparté. No le dio tiempo a ....profundizar, tranquilos.
-Vaya, Re - me dice Nico sonriendo -. Nunca pensé que te fueran los orangutanes.
-Y no me van, es un completo cretino. Quería que le dijera mi nombre, pero le mentí.
-Que malvada. Que Dios se apiade de su alma. Ahora no podrá masturbarse pensando en tu verdadero nombre. - atizo un golpe en el hombro de mi amigo mientras los tres nos reimos.
-¿Cuál le dijiste? - pregunta Rebeca.
-Ruperta.
Rompen a carcajadas que resuenan por todo el comedor, provocando que todos nos miren. Yo no puedo evitar reír ante la escena que estamos dando.
-Dime que no se lo ha creído - asiento con la cabeza -. Oh, por favor, Ruperta se llamaba mi tortuga de niña.
-De ahí lo saqué.
Suena la alarma avisando de que las clases vuelven a comenzar. Tomo mi última cereza y me echo la mochila al hombro. Los tres salimos del comedor despidiendo a Nico que toma la dirección opuesta.
-Las chicas me han dicho que Víctor da una fiesta este sábado en su edificio. ¿Vendrás?
-No sé, esas clases de fiesta siempre tienen resultados fantasmagóricos. En la última aparecieron tirados en el césped, semidesnudos.
-Pero no pasa nada si controlas el alcohol. Va René, irá Iriah. Iriah te cae bien. Puedes ir con nosotras.
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Why not?
Teen Fiction...-¿Qué crees que haces? -¿Y tú quién eres? - me mira sorprendido, como si no creyera que yo estuviera ahí -. Será mejor que te apartes, canija. Esto es algo entre el pelirrojo y yo. -¿Por qué no te metes con alguien de tu estatura, imbécil? ...