.Capitulo 4.

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Se dejo caer sobre la cama. Observo la inmensa habitación. Era oscura pero, aún así, preciosa. Pero ni el hecho de estar rodeada de cosas preciosas le hizo olvidarse de lo frío que le parecía aquel lugar y lo sola que se sentía.
Cerro los ojos intentando olvidar toda aquella situación, y no los volvió abrir hasta que sintió algo ligero caer sobre su tripa. Fue entonces cuando vio un avioncito de papel. Lo desdobló y leyó lo que habían escrito en su interior: " Señorita Black, Esta tarde nos acompañará usted durante la cena. Le recomiendo que se vista correctamente. L." ¿Devia sentirse insultada? Por lo poco que conocía a Lucius sabía que no debía darle el gusto ni de molestarse con sus palabras. Así que eso hizo, se dirigió al armario con la intención de en fundarse algo más "apropiado". Si sus sospechas eran ciertas esperaba encontrar un solo vestido en el armario, y así fue. Cuando abrió las pesadas maderas de caoba solo se encontró con un elegante pero regio vestido largo, verde oscuro, de vaporosa gasa.
Tras un movimiento de varita por aquí y unos tantos por allá, se encontró preparada para la cena. No sabía a que se debía tanto preparativos. Acaso ¿se ponían siempre tan elegantes para cenar? Conociendo a los Malfoy lo más probable es que la respuesta fuera un rotundo sí.
Unos cuantos minutos después alguien llamo a la puerta. Ella abrió sin mucho tardar.
- Señorita Black, déjeme decirle que esta usted totalmente deliciosa esta noche - era el señor Malfoy. - Vengo a acompañarla hasta el comedor. Mi hijo me ha comentado sus problemas de orientación.- "¡Cerdo!" susurro Lucy para sus adentros.
Lucius seguía exactamente igual que la última vez que lo había visto, si bien bastante más delgado, seguía conservando sus exagerados modales. Le conocía desde su más tierna infancia y aún así todavía no se había acostumbrado a sus remilgamientos ni a sus aires de superioridad.
El señor Malfoy le ofreció el brazo y ella se agarro siguiéndole a continuación por un sin fin de pasillos interminables. Todo este trayecto lo hicieron en un absoluto silencio cosa que no hizo más que aumentar el nerviosismo de la joven.
Cuando llegaron al comedor Draco estaba sentado en su silla devorando un libro mientras madre le observaba embelesada desde el otro lado de la mesa. Cuando Narcissa los vio llegar, carraspeo ligeramente la garganta indicando le así a su arrogante hijo que se levantara. Cuando el joven vio a la chica la miro de una forma imperturbable, indescifrable. Esos segundos se le hicieron a Lucy eternos. Odiaba a ese chico, lo último que quería era demostrarle lo incómoda que seguía sintiéndose cuando la observaba de esa manera, igual que cuando eran unos críos de apenas seis y siete años.
La cena fue mucho más incomoda de lo que ella había llegado a imaginarse. El único que comió fue Lucius, esos si sin emitir una sola palabra. Luego estaba su mujer paso la noche apuntando con su mirada a Lucy, casi sin parpadear. Mientras tanto la chica solo miraba al plato y jugando con alguna que otra verdura y el tenedor. Durante todo este tiempo Draci estuvo observando muy divertido aquella pintoresca escena.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2015 ⏰

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