dear apocalypse;; c.g.

s e i s

-Bueno, al menos será menos el viaje. Hemos encontrado un auto.

-Falta que funcione. -dije.

-Tratare de que lo haga. -dijo Abraham.

-Te ayudare, quizá sirva de algo algunas cosas que me enseño Dale. -hablo ahora Glenn.

-¿Dale? -pregunte.

-Es alguien que tuvimos en nuestro grupo, era un buen hombre. -me contesto Carl.

-¿Por qué? -el solo agachó la cabeza. -Bien, no tienes que decírmelo sí no quieres.

-Tenemos que esperar hasta que lo arreglen, por mientras hay que comer algo. -comento Maggie.

-Tenemos poca comida, así que no hay que desperdiciarla. -comenté.

-Oh, no se preocupen. Tengo algo de comida que podría repartir. -dijo Dylan sacando latas de alimento de su mochila. Yo solo asentí en forma de agradecimiento.

Tome dos latas y fui hacia donde Glenn y Abraham.

-Tomen, seguramente tienen hambre. -hable extendiendo las latas de comida.

-Gracias. -dijo Glenn agarrando las latas y dando una al pelirrojo.

-¿Cómo van con el auto? ¿Tiene solución?

-Sí, solo que muy poca gasolina. No creo que rinda demasiado. Lo único que falta es hacerlo arrancar.

-De algo sirve. -dije dedicándole una sonrisa a lo que el me la correspondió de igual manera.

Me dirigí hacia los demás.

Todos nos sentamos en círculo en este orden: Carl, Maggie, Michonne, Dalila, Rick, Rosita, Tara, John, Dylan y yo.
En esta posición me sentía muy incomoda.

Despues de un rato, terminamos de comer. Juntamos las latas y las guardamos.

-Chicos, ya esta listo. -llegó Abraham a avisarnos.

-Somos doce, ¿creen que quepamos? -pregunto Rosita.

-No había pensado en eso. -susurré. Mire hacia Rick, por si tenía una idea.

-Creo que algunas personas se tendrán que ir caminando, ¿voluntarios? -nadie hablo. Hasta que rompí el silencio.

-Para mi no hay ningún problema. -dije levantando la mano.

-Si ella va, yo voy también. -hablo Dylan. Solo lo mire.

-Quiero ir también.

-Carl... -dijo su papá.

-Puedo cuidarme solo, papá. -este solo suspiró y asintió rindiéndose.

-No creo que habrá problema en que vaya igual. -hablo John.

-Bien, ¿son todos?

-Así estamos bien, Rick.

-Supongo que tendremos que darles algo más de alimentos. -murmuró Maggie muy audible para nuestros oídos, sacando cosas de su mochila.

-Bien, si no hay algún problema. -hable. -Entre más rápido avancemos mejor.

-Tengan, ahí hay algo de agua y comida. -la ojiverde me extendio una mochila.

-Gracias. -asentí. -Hey, vamos. -les avise a los otros. Se pusieron detrás mio -Rick, avancen con cuidado, por favor.

-Ustedes igual. -me alejé de ahí y fui hacia donde el joven ojiazul.

-Carl, ve y despídete de tu papá. -le susurré. El solo me miro confuso. -Anda, hazlo. -dije entre risas.

El solo se alejó y hizo lo pedido.

-Bien, creo que tenemos que avanzar. Aquí se separa nuestro grupo, vayan con cuidado. -dije a todos.

John, Dylan, Carl y yo comenzamos a caminar adentrándonos al bosque.

Llevábamos unas horas ya caminando, nos desvíos un poco y llegamos a otra carretera. Me digne a hablar.

-¿Cuánto crees que nos lleve llegar hasta allá? -pregunte

-Si soy exacto unos cinco días caminando. -hablo John.

-Más las noches y pausas que haremos en el camino, 6 días-agrego Dylan.

-Bien. John, se que la mayoría de las veces yo soy la que hago guardia y... -me interrumpió.

-No te preocupes, yo haré guardia. -dijo divertido. Solo asentí en forma de agradecimiento.

-Mis pies me están matando.

-Dios, Carl, apenas llevamos unas horas caminando, no es para tanto. -dije.

-Es la verdad, y con este sol. -se quejó de nuevo.

-¿Qué quieres que haga? ¿Qué te carge? -comenté entre risas.
Inmediatamente sentí un gran peso en mi espalda haciendome caer al duro y áspero pavimento. -¿Qué mierda hiciste?

-Creo que me subí arriba de ti para que me cargaras, creo. -se burló.

-Ahora me tendrás que cargar a mi por esto. -me levante con el ceño fruncido dejando a el ojiazul en el suelo algo adolorido, inmediatamente cambie mi ceño a una divertida. Me fui sobre el riéndome.

-¿Qué carajos haces Emily? -dijo quejándose.

-Comportándose como una adolescente normal. -hable entre risas. Los demás solo veían la escena divertida.

-Bien, yo me uno. -sentí un peso sobre mi, Dylan.

Nos reíamos y quejábamos al mismo tiempo. Más Carl, ya que cargaba el doble de peso.

-No veo porque yo no. -dijo ahora John alzando los hombros.

-No no no ¡no! -gritamos al unísono los tres.

-Era broma, levántense que se nos oscurecera y necesitamos avanzar. -dijo alejándose de nosotros.

-Bien, veo que es hora de que se quiten de aquí o sí no moriré por falta de aire. -hablo Carl entre jadeos.

En un instante ya nos encontrabamos caminando atrás de John.

Llevábamos una horas más cuando, entre risas y bromas. Creo que Dylan y Carl se llevan algo mejor.

-Bien, esta oscureciendo. Hay que parar. -John se detuvo en medio de la gran carretera.

-Buscaré un árbol para descansar. Ustedes pueden dormir aquí.

-Bien, yo ayudare a John revisando el perímetro. -dijo Dylan.

-Bueno, yo iré con Emily. No tengo otra opción. -comento Carl.

-Claro que si, tienes la opción de quedarte aquí, solo, tratando de dormir. -el solo me miro con los ojos bien abiertos. -Vamos, acompáñame. -me reí.
Me adentré al los árboles, buscando uno demasiado grande como para reposarme.

-Aquel esta bien. -apuntó uno que tenía un buen tamaño.

-Es excelente. -le dedique una sonrisa. -Ayúdame a subir, luego te ayudare a ti.

-Bien, vamos. -corrimos hacia el árbol elegido. Carl trato de ayudarme. -¿Qué tanto comes? -dijo entre jadeos.

-No tanto. -reí. -Aguanta un poco, ya llegó.

Duramos así unos segundos más hasta que logre llegar a la rama.

-Bien, Carl, toma mi mano. -dije extendiendosela.
El agarro esta tratando de trepar el gran tronco pero fue un fracaso. Hizo que el cayera de espaldas y yo arriba de el, sin hablar, solo nos mirábamos, como si de esa forma nos dijéramos todo. Vi como poco a poco se acercaba a mi.

-¿Q-qué haces?-susurré

-Yo, n-nada, olvídalo. ¿Sí? -desvío la mirada viendo hacia las hojas secas qué se encontraban en el suelo.

-Ya que nos encontramos así, ¿te puedo decir algo? -el solo volteo a mirarme. Asintió. Me acerqué a su oído. -Tus ojos se ven más lindos de cerca. -murmure.

-Y tus labios se ven más deseables. -espetó bajo en mi oído de una forma que lograba estremecerme.