McGonagall

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Llegamos al caldero chorreante y todo era igual a como me lo había imaginado.

-Antes de ver a la directora comerás algo, que quieres probar?- Hagrid se sentó en una mesa de en medio y yo lo seguí.

-Yo siempre he querido probar ciertas cosas, Hagrid. Puedo?- Hagrid comenzó a reír y asintió.

-Claro que si. Barriga llena, corazón contento.- gritó el nombre de Ruth y una mujer algo ya grande salió de la cocina.

-Ella es mi amiga Mack, Mack ella es Ruth la cocinera estrella de este lugar. Pídele lo que gustes.- sonreí e inmediatamente le dije lo que quería.

-Wow, esta niña si tiene hambre.- me sonroje y le sonreí.

Después de comer Hagrid me miró asombrado.
La comida estaba buenísima y la cerveza  de mantequilla me hacia quererla beber por siempre.

-Vaya que tienes un buen estomago. Como yo.- reí ante su comentario y aun mas cuando vi que se sobaba la gran panza.

Hagrid es muy amable, mucho más amable y agradable de como mi madre lo describía en los libros.

-Bien, ahora vamos con la directora que seguramente nos esta esperando.- nos paramos de la mesa y le agradecimos a Ruth, quien prometió llevarme unos dulces mas tarde a mi cuarto.

Entré en aquel cuarto y vi un gato sentado en una silla de madera.
-Sé que es usted, profesora McGonagall.- inmediatamente ante mis ojos muggles se convirtió y al estar en su forma humana me dedicó una cálida sonrisa.

-Vaya, entonces si ha leído cada libro de su madre he? Tomen asiento.- yo me senté pero Hagrid negó con la cabeza, esa silla era demasiado pequeña para aquel gran hombre.

-Si, leí cada libro que mi madre se inventó.-

-Señorita, temo decirle que su madre no inventó nada, todo es real, sino fuese así como es que usted estaría hablando aquí con nosotros?.-

-Yo creí que era un sueño, como Alicia en el país de las maravillas.- volví a repetir en mi mente lo que dije.
Sonó demasiado tonto, pero ya era tarde para retirar lo dicho ya que MacGonagall y Hagrid estaban riéndose.

-Eres muy graciosa, Skeeter.- al escuchar ese apellido mi piel se erizó.- Tu madre, Rita Skeeter, por años se dedicó a perseguir a todos incluyendo a Hagrid.- lo voltee a ver y le dije que lo sentía, el solo me sonrió.

-Escribió toda la historia de nuestro mundo mágico y el ministerio decidió que la tendríamos  que desterrar de nuestro mundo pero antes de desterrarla ella se fue por su propia cuenta, pero aún así publico los libros haciendo que nuestra historia se conociese por todo el mundo.
Claro que los muggles creyeron que todo ese lío ella lo había inventado.
Se fue justo cuando tu hermano era pequeño, ella ya estaba casada con ese muggle y él años después de no poder soportar las infames historias de ella tomaron la desicion de separarse.- se paró de la silla y comenzó a caminar.

-No conseguimos que David entrara en el colegio pero contigo todo fue diferente. Supongo que sabes que eres mestiza, no es así?.- asentí ante su pregunta.

-Sí, mi padre era un muggle y madre una bruja.
Mestiza.- contesté.

-Bien, tu lugar es aquí en el mundo mágico. Así que estudiaras en Hogwarts ya que es la escuela correcta para ti y como directora me atrevo a decir que sería un gusto tenerla con nosotros Mackenzie Skeeter.- sonrió.

-Claro que me gustaría.- hice una pausa mientras me paraba de mi silla y proseguí.- Pero si quiere que este en su Colegio debe saber que mi apellido es Rowling no Skeeter.- me di la media vuelta y salí de la habitación haciendo una pausa para despedirme de Hagrid.

Conocía la historia de Rita Skeeter y por esa razón no me gustaba que me llamaran así.

Mi apellido es Rowling, quieran o no.

El secreto de J.K. Rowling.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora