Cumpelaños numero 11.

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Era un día lluvioso y frío en Kengsingon, Londres, Mackenzie cumplía 11 años y estaba muy emocionada por su grandiosa fiesta de cumpleaños.

-Mack, querida. Es hora de ir a tomar un buen baño, los invitados pronto llegarán.- dijo su madre, acomodando las tazas en la alacena.

-Si madre.- emocionada corrió escaleras arriba, se quitó la ropa, tomó una ducha y al salir de encontró con un hermoso vestido que a lado tenía una nota:

"Para mi pequeñita, quien hoy cumple sus 11 años"
-Con amor, Papá.

Sonrío de oreja a oreja y abrazó con todas sus fuerzas aquel bonito vestido de seda que su padre había enviado.

Su madre siempre le decían que los 11 años era una edad mágica y especial, cosa que la pequeña Mack no entendía.

Pero su sexto sentido le decía que algo grandioso ocurriría, una gran sorpresa.

Cepillando con delicadeza su larga cabellera se asomó por el ventanal de su cuarto y observó como sus invitados llegaban, tomó su listón rosa y viéndose una ultima vez en el espejo bajó para poder recibirlos.

-Abuela Anne, tía Di.- corrió hacia las dos mujeres que estaban paradas en la puerta, tomando sus manos las invitó a que tomarán asiento.

-Que linda estas, mi terroncito de azúcar. Verdad que Mackie esta linda con ese vestido, Dianne?.- La abuela Anne volteó a ver a la tía Di y ella de mala gana sonrío.

Mack jamás había entendido porque la tía Di sentía repugnancia al ver a su familia, sentía cierto desprecio de su parte, especialmente a su madre.

Volvieron a tocar el timbre y Joanne abrió la puerta, al ver a sus tíos y primos Mack pegó un grito y corrió hacia ellos.

-Feliz cumpleaños, pequeña. Lamento mucho que tu padre no este aquí.- su tío Lucas se hincó para estar a la altura de Mack y la abrazó.

-Pero él lo recordó, él me mandó este vestido. Esta bonito ¿verdad? Pasen.- Lucas miro a Jo y ella solo bajó la mirada.

Lucas Murray era el hermano menor de Neil Michael Murray, de ahí le seguía Alicia Murray quien era tres años mayor que Lucas y tenía un par de gemelos y una niña llamada Teyli.

Teyli no se llevaba muy bien con Mack, a pesar de que eran de la misma edad tenía gustos e ideas totalmente diferentes.

Todos tomaron asiento y comenzó la fiesta, su madre puso un poco de Jazz y tomaron el té a gusto.

"Contemplé la sala de estar y al notar que mis únicos invitados eran mi familia sentí como mi corazón se acongojaba. No tenía amigos, por el simple hecho de que toda la gente me considera extraña por ser hija de una famosa escritora que había inventado un mundo mágico."

Era solo una niña de 11 años preocupada por su vida social, se sentía bastante mal acerca de eso pero decidió disfrutar lo que tenía ante sus brillantes ojos.
Su familia.

A pesar de que su hermano David no pudo asistir a la fiesta porque se acercaban los exámenes finales en la Universidad de Oxford, le había mandado un pequeño presente a su hermana menor.
Era una colección completa de cuentos clásicos.

Al verlos, la alegría volvió a Mack.

"Nada que un buen libro no pueda arreglar, incluso un corazón roto." Se dijo a ella misma.

Al terminar con la fiesta, ella y su madre arreglaron la casa y lavaron los platos.
Había un silencio incomodo y Mack no pudo evitar preguntar sobre dónde estaba su padre.

Sus padres se habían separado hace un año y a toda la familia le había costado poder asimilarlo.

Joanne y Neil fueron una pareja extraordinaria ya que a pesar de ser su segundo  matrimonio, Jo estaba segura de que esta vez sería diferente.
Se les veía felices, pero a veces el amor no era suficiente.

David fue el más afectado a causa del divorcio de sus padres, como adolescente el único refugio que tienes ante el cruel mundo es tu hogar y al perder ese pequeño "hogar" que tenían el cayó en depresión.
Haciendo que las oportunidades de entrar a una buena universidad se le fueran agotando.

Pero gracias al apoyo de la pequeña Mack y de su madre, David salió adelante y volvió a ser el mismo chico alegre de hace años.


Al no recibir respuesta alguna de su madre, Mack subió a su habitación y cientos de preguntas de le vinieron a la mente haciendo que se quedara dormida.

***

2:00 de la mañana.

Un ruido hizo que Mack se despertará, haciendo que dudara un poco si iba a averiguar o no.

De pronto su armario de abrió lentamente, tomó la sabanas y las hizo a un lado.
Tomó aire y abrió la puerta del armario y al ver a aquella criatura de largas orejas y nariz puntiaguda soltó un grito.

-Shhhhh.- dijo la criatura, tapando con ambos la boca de Mack.- Señorita, debe guardar silencio o alguien podría oírnos.- Mack, un poco asustada asintió y la criatura quitó su mano para que la pequeña hablara.

-Tu... ¿Que eres?.- dio un pasó hacia atrás cuando el o ella se acerco.

-Un elfo, señorita. Una elfina, para ser exactos.- Mack abrió los ojos horrorizada, los elfos no eran reales.
Incluso su madre que escribió cientos de libros con ese tipo de criaturas le había dicho millones de veces que no existían.

Recordó los libros, recordó a Dobby y se sintió más segura al recordar que los elfos no eran malas personas.
Al contrario, eran muy amables.

-¿Como te llamas?.- preguntó un poco mas segura.

-Winky, así me llamo señorita Mackenzie.- sonrío la elfina al decirlo y Mack solo se quedó asombrada.

N/A: Hola mis queridos Potterheads, este capítulo va dedicado a la mamá de J.K. Rowling quien murió hace bastante tiempo después de varios años de lucha contra la esclerosis múltiple.
Agradeciéndole por traer a la vida a una de las mejores escritoras, gracias infinitas Anne. 💖

Espero que les guste este primer capítulo, voten y cometen.⭐️

Sin mas que decir, me despido🙊

El secreto de J.K. Rowling.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora