Soy __(tn)__ thompson, y escribo lo que callo.
La verdad es que no puedo vivir ocultando lo que siento, ya que eso seria una forma de autodestrucción, soy reservada pero no estúpida y se qué, la mejor manera de desahogarme es transmitirlo a través de la escritura. Soy de esas chicas que se sienten bien estando solas, que no necesitan fiestas, ni amigos para sobrevivir, algunos me consideran "rara" pero la verdad es que en mi mundo soy una adolescente promedio,incomprendida.
Odio la escuela, todo de ella. Su uniforme, sus materias, sus reglas, todo. Me parece una pérdida de tiempo y de dinero.
Prefiero estar en mi casa, escribiendo o leyendo un buen libro.
Me gusta más la librería, o la biblioteca.
Lugares callados en los que puedo hacer lo que me gusta. Me consideran diferente por mis gustos, pero no me veo así y aunque sea así, esta bien. No quiero parecerme a ellos son estúpidos, prejuiciosos, y no dejan respirar a los demás. Todos tenemos gustos diferentes, cada uno tiene su opinión. Tengo un blog donde escribo y comparto lo que me interesa, y lo que no tanto , me he vuelto popular por mi vista diferente. La gente lo encuentra buscando algo fuera de lo ordinario para distraerse y termina comentandolo con sus amigos. Los consideró mis verdaderos amigos,son mi vía de escape,en este mundo tan ignorante donde solo se fijan en tu apariencia y no en tu interior.
Que importa que seas una persona inteligente y divertida si tienes características que ellos consideran defectos.
- __(tn)__, __(tn)__ thompson. - dijo la profesora Claudia,sacandome de mis pensamientos.
-¿ah? ¿qué? Dije sorprendida.
¡todos me miraban! Dios. No me gusta llamar la atención,por eso me siento aquí, en el último banco de la fila, al lado de las ventanas.
Risitas y risitas, eso era lo que se escuchaba además de la malhumorada de la profesora. Tragame tierra.
-señorita thompsom, deje sus fantasías para afuera de mi clase dijo,arrugando el entrecejo.
Joder.- sí, claro. Lo siento. - murmulle avergonzada. Decidió dejarme en paz - por los momentos - y siguió "explicando".
-Como decía, si usan la raíz cuadrada para despejar el lado izquierdo la división que queda es imposible de completar, gracias a que es igual a infinito. Por eso no podemos dividir a uno entre cero -dijo señalando la pizarra. Dirigí mí mirada a ella, ignorando las miradas de mis compañeros.
Después de una larga, infinita hora de matemáticas, sonó la campana. Espere que todos se mataran para salir por la puerta. Mientras pasaban, vi a las dos niñas de papá señalarme mientras se reían. No era la primera vez, siempre lo hacían. Por mi ropa, mi pelo, mi cuerpo. Por todo. Había dejado de afectarme.
Salí del salón, cuando de repente me tropecé con un muchacho.
-Lo siento. -dije, casi en un susurro.
Me miró de pies a cabeza y se fue. ¡Se fue! No acepto mis disculpas, no dijo "lo siento" también, nada. ¡Qué grosero!
Pero era un chico lindo. Era rubio, alto y delgado. Y tenía los ojos mieles mas profundos que hubiera visto. Parecía sacado de una revista de adolecentes.
La escuela estatal era de un tamaño medio. Era perfecta para la cantidad de chicos que estaban estudiando allí. Tenía casilleros azules, que podíamos adornar con cualquier tontería. El mío no tenía nada, era azul, brillante y sin ninguna calcomanía de gatitos ni ponis. Era perfecto para mí.
Cuando entré a la cafetería, sentí sus miradas mientras murmuraban. Podría haber sido por lo de la clase de matemáticas o por lo usual. No les paré y seguí. Fui a buscar una bandeja con la carne misteriosa del día y gelatina verde. Si cerraba y torcía un poco mis ojos parecía comestible.
-Oye. -dijo alguien a mis espaldas. Volteé, no muy segura de si era conmigo. Pasaba a menudo.
Si era conmigo.
-¿Sí?
-Tienes un papel en la espalda. -dijo Juliet. Compartíamos la clase de Español. Nos habíamos dirigido como diez palabras en total.
Tenía un papel pegado en la espalda. Así que esa era la razón. Un pepino. Quería llorar por la vergüenza pero, no lo hice. Mantuve mi cabeza en alto y espere poder llegar a mi casa.
-Gracias. -dije, tratando de sonreír. Fallé. Juliet me entrego el papel. Era un papel pequeño, que decía: Soy __(tn)__, la rara. ¡Qué indignación! Enfadada, caminé hacia la basura con pasos lentos, y lo tiré lo más fuerte posible.
¡No habían podido escribir mi nombre bien!
En mi opinión si vas a insultarme tienes que tener buena ortografía. Por lo menos eran creativos.
Volví hacia mi lugar en la fila, y un chico popular me empujó.
-Oye rara, vuelve a hacer la fila, perdiste tu lugar - dijo señalando hacia atrás.- Y no vuelvas a mirarme.
Cabizbaja, me dirigí hacia el final, y sentí que alguien me llamaba. Al darme la vuelta, vi al chico que tropezó conmigo en la puerta del salón de clases.
- ¿Qué paso? - dije, intentando parecer amigable.
Al decir eso, lo único que sentí fue su bandeja en mi uniforme.
- Eso te pasa por tropezar conmigo, mierda andante.
Con lágrimas en mis ojos, salí corriendo hacia el baño, mientras escuchaba las risas de todos los cursos a mi espalda. Estaba cansada de tanto acoso y humillación. Quería ir a mi casa, sentarme enfrente a mi computadora, y escribir, o al menos gritar en la almohada. Necesitaba sentirme libre.
Estaba claro que ese chico lo había hecho a propósito.
Esto no se iba a quedar así. Era hora de que aprendieran cual era su lugar.
Espero que les guste! :)
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Blog anónimo.
Teen Fiction__(tn)__Thompson, es una chica que se siente excluida en su grupo escolar, por esto decide hacer un blog anónimo para que los estudiantes tímidos se conozcan entre ellos. Con el tiempo, el blog se hace famoso y siguen sin conocer la identidad de la...