Tengo trece años y vivo en un orfanato. Mis padres me abandonaron cuando era una bebe de tan solo dos días, pero tuve la suerte de que la madre superiora me encontró y rescato de morir en un contenedor de basura.
Hace dos días la hermana Anna me contó que en una semana una familia me iba a adoptar y tendría dos hermanos, un perro y dos padres que me querrán mucho. La verdad es que estoy muy asustada, jamás imagine que iba a salir del orfanato y tendría una familia.
Paso toda la semana muy rápido, y en menos de un suspiro ya estaba viajando en el auto con la nueva familia. Mi nueva madre se llamaba Mariana, mi padre Guillermo, mis hermanos Tomas y Joaquín y el perro Rocco. Obviamente no sabía que contestar a tantas preguntas que me hacían, querían saber todo sobre mí, entonces les dije que primero me cuenten ellos, y les pregunté por qué me eligieron teniendo tantas chicas, ellos me contaron que querían tener una hija hace muchos meses y que apenas me vieron sin ninguna duda quisieron adoptarme. Yo no sabía qué decir, este es mi sueño hecho realidad.
Hasta ahora era todo perfecto, dentro de una semana empezaba el colegio, mis hermanos me trataban mejor de lo que esperaba y sentía que Marina y Guillermo me amaban de verdad, pero poco a poco las cosas fueron empeorando, Marina me obligaba a lavar y planchar la ropa, Guillermo quería su habitación toda ordenada y limpia para cuando llegara de trabajar y Tomas y Joaquín cada vez que me veían me pegaban. Sentía que el único que tenía a mi lado era al perro. Pero esto no duro por mucho tiempo, un martes por la tarde mientras no había nadie en la casa agarre todas mis cosas y me escape.
No sabía a dónde ir, entonces lo primero que se me ocurrió fue ir al orfanato. Las hermanas me vieron y se juntaron.
-¿Qué haces aquí?- pregunto la hermana Mara sorprendida.
No sé a dónde ir – les respondí desesperada – desde que me adoptaron, esa familia me trata como empleada domestica, ¡por favor, ayúdenme!
-okey, okey – respondieron al unísono– pero por favor tranquilízate.
- bueno – respondí – pero ayúdenme, no quiero volver a esa casa.
- tranquila - respondió la hermana Blanca – ven conmigo que ya te preparo tu cama.
Fuimos a la habitación donde yo dormía antes con Sofi y Luz.
- Ey – dijo Sofi - ¿Qué paso que volviste?
-Todo era perfecto – dije – hasta que apenas entre a la casa me dieron toda una lista con actividades domesticas.
-Bueno tranquila – dijo – ahora vayamos a dormir y mañana será otro día.
-ok- dije- ¡buenas noches, chicas!
ESTÁS LEYENDO
Nada es fácil
Novela JuvenilNada es fácil, pero todo es posible. Pese a todo lo malo que te pase, supéralo!! Nunca te rindas!! Esta es una historia en la cual, si te atrapa, entenderás que en la vida después de algo malo sucede algo bueno, por eso, no te choques, sigue adelant...