CAPITULO 3: ¡Quiero conocer a mi nueva familia!

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Ya era la medianoche y todavía no nos habíamos podido dormir de lo emocionadas que estábamos, contábamos los minutos para que amanezca y lleguen a buscarnos, aunque yo estaba asustada no quería que me vuelva a pasar lo que me paso con la anterior familia y menos que les pase a mis amigas.

Nos aburrimos un poco hasta que se nos ocurrió prender la televisión aunque no se pueda, después hablamos de lo que imaginábamos de lo que iba a ser la casa, nuestros papás, nuestra habitación y muchas cosas más.

- Chicas no lo puedo creer – dije – ¡las tres vamos a vivir juntas!

- Siiiiiii – dijo luz – ¡siempre juntas en las buenas y en las malas!

- ¡Las amo chicas! – dijo Sofi

- Nosotras también – dijimos a dúo Luz y yo

- Bueno, - dije- bajemos a ver si ya llegaron nuestros nuevos padres, ¡ya llego el día, martes 11 de octubre!

- Vamos!! – dijo Sofi

Bajamos con nuestras valijas muy pesadas llenas de ropa y la hermana nos dijo que almorcemos para esperar a María y Luis, nuestros nuevos padres. Cuando terminamos de almorzar escuchamos un auto y salimos corriendo con la hermana Mara a ver si ya habían llegado. Eran ellos, que bajaron muy alegres por vernos.

- ¡Hola chicas! – dijo María - ¡Que gusto verlas!

- ¿Quieren que les cargue sus valijas al baúl? – pregunto Luis

- No, gracias – respondí – no te molestes

- No es molestia – contesto

- Ok, entonces toma – conteste y nos fuimos

- ¡¡Chau hermana!! – dijimos luz, Sofi y yo – la vamos a extrañar mucho

- Chau chicas – contesto la hermana – mándennos cartas

- Bueno – contesto Sofi

Subimos al auto y sacamos la mano por la ventana para despedirnos.

- Chicas a partir de hoy van a tener dos cumpleaños – dijo María

- ¿Cómo? - dije

- Si, hoy y el día en que nacieron – contesto Luis

- ¿Por qué hoy? – dijo Luz

- Hoy porque entraron a nuestra familia y este es motivo para celebrar – contesto María

- Gracias – dije sonrojada

- ¿Quieren comer? ¿Tienen hambre? – pregunto Luis

- No, comimos en el orfanato – dijo Sofi

- Bueno, entonces vayamos directamente a su nueva casa – dijo María

Llegamos a la casa y era hermosa, teníamos nuestro propio cuarto.Era mi sueño hecho realidad, ahora nada podía salir mal. Guardamos toda nuestra ropa en el armario y nos sentamos a hablar un rato, pero no tuvimos mucho tiempo porque a los dos segundos María y Luis nos llamaron para que bajemos a hablar...

Nada es fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora