Había pasado ya un par de meses desde que nuestro pingüino estaba felizmente en pareja con su mariposa, su relación no había cambiado mucho, algunos besitos traviesos cada tanto que hacían la excepción pero no era la gran cosa.Los dos se veían algo vergonzosos a avanzar en su relación, jamás se habían puesto a conversar sobre el tema, al momento en el que sus amigos se enteraron de la relación , hicieron algunas bromas sobre aquello pero nunca se atrevieron a pensar más allá de eso.
No fue hasta hace 3 días cuando en medio de uno de los traviesos besos que cada tanto se daban se demandará mas contacto, sus lenguas jugueteaban dentro de la boca del rubio mientras sus manos intranquilas corrían por el pecho de su amado, este intranquilo de la misma forma bajo sus manos hacia el gomoso trasero del de orbes fucsias, al sentir tal acción del contrario este Reaccionó rápidamente alejándose , quien diría que un simple toque podría causar que su sangre corriera directamente hacia cierta parte de su cuerpecito, se tapo esa parte con sus manos y corrió hacía las duchas.
Desde ese día el pobre y traumado rei no deja de preguntarse que hizo mal, había notado inmediatamente lo que ese toque había causado en el más bajo pero para el eso no había estado taaan mal, el problema fue que a partir de ese día todas las noches soñaba con el pequeño bajo suyo gimiendo, era hermoso, pero eso causaba que gastará al menos 20 minutos a la mañana por día y no lo alegraba en absoluto, así que ese día lo decidió, hablaría del tema con el rubio.
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Dulce como un algodón de azúcar
FanfictionEsto no se debía tomar enserio. Simplemente somos dos mejores amigos confundidos, o tal vez yo soy el único que no puede resistirse a los encantos de esas orbes de tan extraño color y esa personalidad tan dulce como algodón de azúcar.