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"Bien chicos, atención en mi, ojos al frente por favor"el silencio se hizo en el lugar al escuchar la voz del chef hacerse presente.

Todos dirigimos nuestra atención al frente esperando indicaciones.

"la prueba de hoy lleva por nombre «Mi salsa te hace los mandados baby»"el chef Ethan parecía demasiado emocionado al escribir el nombre de la prueba de hoy en el pequeño pizarrón blanco de enfrente.

Solía darle nombres extraños a las cosas que hacíamos en sus clases, decía que era para hacer que nosotros nos interesáramos y motiváramos más pero a mi sinceramente me causaban mucha gracia cada uno de ellos. "En sus mesas está todo lo necesario para preparar una exquisita salsa, claro algunas cosas están de sobra, ustedes mismos decidirán que ponerle y que no"elevo las comisuras de sus labios creando una sonrisa casi de oreja a oreja que nos dejo ver unas pequeñas arrugas al final de sus ojos.

El no tenía más de 25 años, era un hombre bastante risueño y con una muy buena visión de la vida, y claro un gran amor por la gastronomía. Era guapo, MUY guapo sin exagerar, ojos azules, test blanca, cabello Rubio cenizo, buen físico, varias de las chicas de mi curso babeaban por el, incluyéndome por supuesto"la mejor salsa tendrá un premio, así que a trabajar"golpeo sus palmas y comenzó a pasar por nuestros lugares examinando lo que hacíamos, al pasar a mi lado me dedico una pequeña sonrisa que me hizo sentir algo extraño en el estómago. ¡Calma las hormonas mija!.

Era demasiado lindo que me derretía.

Pero nunca se iba a fijar en una de sus estudiantes.

La vida es cruel.

Mire todos los condimentos que estaban en mi mesa y sabía a la perfección como crear mi salsa. No en balde amaba esto con mi vida.

Tome un poco de cebolla, tomate y pimientos rojos, y comencé con el proceso de mi salsa.

Todo iba excelentemente bien hasta que, el olor a condimentos llego a mis fosas nasales y algo se revolvió horriblemente en mi pobre estómago.

Sentí como los chilaquiles de hace un rato subían por mi garganta y no pude evitar correr hacia el baño sin siquiera decir nada. Entré en uno de los compartimentos  y sin darme tiempo de nada, el vómito comenzó a salir de mi acompañado de ruidosas arcadas. Sabía y se sentía asqueroso.

Sentí que vacíe la mitad de mi alma en ese baño.

Salí de este sintiéndome súper mal, de la nada sentí otra vez como sí un camión de volteó hubiera pasado sobre mi unas cien veces más o menos.

Ethan me permitió irme a casa sin antes pedirme que visitara un doctor lo más antes posible, y sin duda alguna tenía que ir aún que no quisiera, para Saber que demonios pasaba conmigo.

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Un mes.

Un maldito mes lleno de náuseas, mareos, dolores infernales de caderas y de piernas. Los primeros días que me sentí así lo tome de lo más normal ya que yo soy buena agarrando increíbles resacas y tomando en cuenta la cantidad de alcohol que había ingerido en la fiesta pensé que se me pasaría. Pero ya después de las cuatro semanas de sentirme y verme extremadamente mal por fin decidí que ir a ver a un doctor no estaría nada mal, y por decidí me refiero a que Jane me obligo.

Primerizos [Jos Canela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora