03

462 50 12
                                    

Los nervios, furia y tristeza acaban con todo dentro de mi al aparcar frente a la enorme y lujosa casa.

Ni siquiera tengo la más mínima idea de que voy a decirle, es decir, tampoco voy a llegar y como sí nada abrir mi bocota dejando escapar algo como: «Oye , ¿recuerdas sí tuvimos sexo la otra noche? ¿Sí? Bueno pues estoy esperando un hijo tuyo».

Ósea no.

Esta bien que este toda tonta pero tampoco a ese grado. Y sin duda alguna casarme con el no está en mis planes.

Sin prestar atención a lo que Jane dice a mis espaldas término de bajar del coche y me encamino hacia la enorme puerta de entrada.

Toco el timbre un par de veces sin respuesta alguna. Quizás no debí haber venido.
Estoy por tocarlo una vez más cuando por fin alguien se hace notar.

"¡Voooooooy!"el timbre de una voz masculina suena de tras de la puerta y puedo escuchar a la perfección los pasos que se aproximan a esta. La puerta se abre de un momento a otro dejándome ver a Alfredo-uno de los hermanos-en bóxers y con cara de recién levantado, además de que su cabello esta más haya de lo desordenado"¡Acacia! Acacia... Monroe ¿cierto?"

Asiento porque es lo único que soy capas de hacer al notar tan trabajado cuerpo que se carga y me odio al instante por mi obviedad al observarlo con la babota colgando"sí, soy yo".

"Y dime acacia..."toma pose de conquistador recargándose en el marco de la puerta"¿que te trae por acá?"una sonrisa picara se escapa de sus labios y quiero golpearlo por tan egocéntrica actitud que esta tomando.

"Vine a buscar a tu hermano, ¿esta?"la sonrisa de hace un rato se esfuma de su rostro tras mis palabras.

"¿Cuál de todos?"frunce su ceño con disgusto y cruza sus brazos sobre su pecho.

"José"manda sus ojos al cielo y suelta un bufido cansado.

"Pasa"se hace aún lado para dejarme pasar"está en su habitación, iré a decirle que lo buscas"entré en la casa y de verdad era mucho más grande de lo que parecía.

"¿Acabas de despertar?"pregunte una vez sentada en uno de los sofás de el living de la casa. Quite mi pequeña mochila de mis hombros y la puse a un lado mío.

"Así es"estira un poco sus brazos al cielo y puedo notar sus trabajados brazos extenderse un poco.

"¿A las dos de la tarde?".

"me levanté temprano para ser sábado, créeme"se excusa y comienza a caminar hacia unas enormes escaleras que parecen ser de cristal.

Alfredo desapareció por completo de mi vista causando que soltara un suspiro de alivio, no me gustaba ver hombres desnudos tan cerca de mi, era muy... Tentador.

Todos los hermanos Canela tenían la dicha de ser condenada mente atractivos y sexys, cada uno a su manera pero el problema era que los cuatro eran unos idiotas y José era El rey de los idiotas.
No puedo terminar de asimilar que el sea el padre de mi bebe o bueno más bien no puedo terminar de asimilar que voy a tener un bebe.

Coloco ambas manos sobre mi vientre aún plano y cierro mis ojos. No se como sentirme al respecto con todo esto, aún creo que tire mi vida al caño con mi estupidez, pero este bebe no tiene la culpa. Y ahora que lo pienso bien... No se que coño hago aquí.

Unos pasos apresurados que bajan por las escaleras me sacan de mis pensamientos, dando hecho que ya no puedo huir como gatito asustado. Dirijo mi vista hacia el chico que venía caminando a paso decidido y coqueto hacia mi. Era nada más y nada menos que el idiota de José, vestía unos pantalones de tela gris demasiado holgados que caían en sus caderas a la perfección, y una playera blanca sin estampado y sin mangas. Tenía finta de que también acababa de despertar.

Primerizos [Jos Canela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora