—¿Y no dirás nada más? ¿Seguirás ahí sentado en silencio incomodándome?
—No es mi intención incomodarte...
—¿Que haces tú aquí?
—Te veías un tanto perdida —se encogió de hombros.
—Más equivocado no podrías estar —volví a beber de mi malteada.
—¿Te encuentras bien?
—Nunca estuve mejor —canturreé con ironía.
Un silencio incómodo se formó entre los dos, y me di cuenta de que en realidad no conocía mucho los alrededores.
—¿Sabes de algún buen hotel?
—¿Tan rápido? —su cara era de perplejidad.
—¿De qué hablas?
—Ya sabes, yo pensé que al menos... no sé, me invitarías un café primero —nos miramos mutuamente, y no pudimos evitar reír. Al final tomé aire y recobré la compostura.
—Ja-ja, eres hilarante Brown —puse los ojos en blanco.
—Una de mis tantas cualidades —sonrió con picardía.
—Ya lo veo.
—¿Por qué preguntas? ¿No piensas regresar a casa?
Me encogí de hombros.
—Entiendo —guardó silencio unos momentos—. Deberías regresar, tus padres podrían estar preocupados.
—Lo dudo mucho —su ceño se frunció y sopesé el contarle un poco de lo que tenía en la cabeza, pero no había razón para ello—. Están muy ocupados.
—White, aunque estén ocupados, eres su hija, y por lo que noto puedo decir que te quieren lo suficiente como para mimarte.
—Oh, no, dime que no has dicho eso —me eché hacia atrás en mi asiento pasando mis manos por mi rostro y me miró sin entender—. ¿Es en serio? Dios, Brown, creí que serías un poco mas inteligente que eso, ¿de verdad no has visto películas sobre niños ricachones? Es tan cliché pero al mismo tiempo tan cierto que me exaspera la verdad que hay en esos guiones.
—¿Películas?
—Sí, películas Brown, de esas que ves en Netflix—apunté—. Esas en las que el tipo o la tipa riquilla es tan malvada y despiadada con todos a su alrededor solo para llamar la atención, ya que en casa nadie le hace caso, los padres están tan preocupados haciendo mas dinero y gastándolo que no tienen tiempo para recordar que tienen un engendro en casa.
—¿Entonces eres una niña abandonada? —asentí—. Y eso debería justificar todo lo que haces —volví a asentir—. Y buscas a alguien que ponga toda su atención en ti.
—Bien, bien hecho Brown, has descifrado el gran enigma —alcé los brazos al cielo con dramatismo—. No es 100% la verdad, pero en parte.
—¿Entonces cuál es tu verdad White?
—¿Para que quieres saber eso? —no lo miré ya.
—Solo para conocerte un poco más.
—No necesitamos conocernos más, me molestas.
—No quería...
—Pues lo estás haciendo maldición, por cierto, ¿cómo me encontraste? Y no digas que me veía un tanto perdida, sabemos que no es eso.
—Iba manejando y recibí una llamada en donde me preguntaban si te había visto, dije que no, y al minuto de que colgué creí verte, entré aquí y ¡Oh, sorpresa! Sí que eras tú.
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I'm the bitch! [EN PAUSA]
Fiksi RemajaSoy Catherine White, tengo 17 años y voy a la High School Robertson, una de las preparatorias más reconocidas del país. ¿Y qué más puedo decir? Mi vida es PER-FEC-TA. Tengo todo el dinero que cualquiera podría desear, soy la capitana de las porrista...