Los regionales

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En los regionales
Y por fin llegó el gran día el de los regionales, nos habíamos esforzado mucho, y no íbamos a irnos sin luchar por la victoria.
Sonreí a Alex, que miraba fascinado la grandiosa pista, llena de periodistas y muchos, pero muchos, espectadores.
Poco a poco vimos como iban llegando nuestros rivales y sus respectivos entrenadores, y se iban colocando alrededor de la pista, repasando sus actuaciones, y otros poniéndose sus patines.
Nosotros tras mirarnos brevemente, nos dirigimos hacia la pista y entramos, dimos una vuelta para asegurarnos que tanto los patines como el hielo, estaban bien.
Salimos, y nos sentamos, observe que Alex esta nervioso, y pensé que sería por la competición hasta que empezó a hablar.
-Emma llevo semanas queriéndote decir algo, pero nunca encuentro el momento, y cuando lo encuentro no me salen las palabras. Solo sé que cada vez que te veo no puedo parar de mirarte, y sonreír, que salgo a la calle mirando a todas partes esperando verte y que no sales de mi mente ni por las noches así que...Emma, quieres ser mi novia?
-A... Alex...yo...si, quiero!
Y nos besamos.
La competición ya iba a empezar, y ya estaban llamando a los primeros concursantes.
No parábamos de mirarnos y de sonreír.
Los primeros no fueron muy buenos, la chica casi se cae un par de veces y al chico le temblaban los brazos cuando la levantaba.
Eso, hay que reconocerlo, nos subió la autoestima, pensamos que teníamos oportunidades de ganar, hasta que vimos a la segunda pareja, a la tercera y a la cuarta, seguimos viendo a las parejas que iban compitiendo nos ibamos desmoralizando, cada vez tenían menos fallos y eso hacía que nos pusieramos nerviosos.
Dijeron nuestro nombre por megafonía.
Nos dimos un último beso intentando que nos diera suerte, y entramos en la pista.
Empezamos por las figuras obligatorias las más sencillas, y poco a poco fuimos incrementando la dificultad, pero también lo hacía nuestra confianza.
Creo que nos confiamos demasiado, porque en una figura, Alex tenía que cogerme y levantarme por encima de su cabeza, pero no sé que pasó, lo habíamos ensayado mil veces, siempre nos salía perfecto, pero ahora no.
Vi como me poco a poco me caía de los brazos de Alex y como él también lo hacía.
Vi que los dos estábamos en el suelo, y que todo el público nos miraba preocupados, así que me levanté, y le dije al público que estábamos bien, pero cuando me giré y vi a Alex, que seguía tirado en el suelo, sin moverse, empecé a llorar, y asustada, pedí a gritos una ambulancia.
10 minutos después entrábamos en el hospital, con Alex en una camilla.
El tiempo pasaba y nada, no nos decían que le ocurría, y eso no hacía más que preocupanos.
Creo que me quedé dormida esperando, porque mis padres me despertaron, y vi que seguían sentados a mi lado.
-A Alex, que le pasa?-pregunté preocupada.
-Todavía no sabemos nada, vámonos a casa, cariño, ya vendremos mañana-dijo mi madre
-No, quiero quedarme y saber que está bien...
No llegué a terminar la frase, salió un médico preguntando por la familia y de Alex Morán y nos pusimos de pie todos.
-Lo siento mucho pero no hemos podido evitar que Alex entrara en coma.
Coma...yo ya no quería oír nada más sólo quería correr, correr para verle, y asegurarme que esta bien.

-Pero se recuperará, no? Tiene que hacerlo!- grité y empecé a llorar.
Mis padres se levantaron y supe que teníamos que irnos a casa, no nos dejaban verle.
Me pasé llorando todo el camino a casa, y cuando llegamos, me encerré en mi cuarto, y al final, me quedé dormida.
Al día siguiente, como era sábado no tuve que ir al instituto, cogí mi chaqueta, y vi que pesaba más de lo normal, revisé mis bolsillos, mis llaves, mi móvil, un bote de purpurina, y ... el móvil de Alex, me lo había dado para que se lo guardase durante la competición.
Lo cogí, pero vi que sin querer lo había encendido, y entonces vi su fondo de pantalla, era una foto nuestra, no salíamos nada mal, pero no me lo esperaba.
Salíamos los dos sonriendo, recuerdo ese día perfectamente, y desearía volver a ese día impedir la caída.
Suspire sabía que eso era imposible, así que sal de casa , y me dirigí corriendo al hospital.
Subí corriendo las escaleras y me paré delante de su puerta, la 124.
Cuando fui a abrirla, una enfermera me detuvo.
-Perdona, tu quien eres? Sólo se permite la entrada a familiares- me dijo.
-Soy...soy su novia.
-Oh bueno te dejo pasar, pero poco tiempo- me sonrió y se apartó de la puerta.
La abrí, y vi a Alex tumbado en la cama, con la cabeza vendada, y unas ojeras enormes.
Seguía en coma.
-Hola Alex, soy yo, Emma.
Me quedé un rato sentada a su lado dudando entre hablarle o no. No sé donde había oído yo que las personas en coma podían oírnos, así que seguí hablandole.
-Sabes?, al final me llevé tu móvil, toma-y se lo dejé en su mesita.
Sinceramente, esperaba que despertara, se moviera o hiciera algo.
Pero eso no ocurrió.
Sus padres entraron en la habitación y supe que tenía que irme.
Me acerqué y le dije al oiydo.
-Alex, despierta, te necesito porque...te quiero.
Miré a sus padres, para comprobar que no me habían oído y salí de la habitación.
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Muchas gracias a todas las personas que disfrutan con mi novela y me lo hacen saber por mensajes privados, los comentarios, votos, o por las redes sociales, gracias.
Vosotros sois los que me animáis a seguir y no abandonar la novela.
Porque sois fantásticos y este capítulo os lo dedico a vosotros, que os lo merecéis.
Muchas gracias

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