Capítulo 3 - Un día mas.

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El sol se asomaba entre las cortinas de la ventana llegando al rostro de los dos gemelos que aún descansaban en brazos de Morfeo.

-Sei, apaga la luz- Dijo Aoba adormilado.

-La luz no está encendida, es el sol- Respondió su hermano igual de adormilado que él.

-¿Ya hay que levantarse?-

-Así es- Sei se sentó en su cama y se frotó los ojos después de bostezar. Se levantó y acercó a su armario para luego sacar algunas prendas de vestir, se sentó en un borde de la cama de su hermano y le empujo levemente.

-Vamos, hay que despertar-

-¿Qué hora es?- Preguntó el de ojos amarillos. Su gemelo observó el reloj de pared.

-¡Hay que levantarse, faltan treinta minutos!-

-¡¿Treinta minutos?!- Dijo alterado Aoba para después levantarse de un salto y correr a su armario.

Los hermanos se vistieron rápidamente, tomaron algunos de sus libros que yacían sobre sus escritorios y salieron de su habitación dejándola muy desordenada.

-Vamos, todavía hay que desayunar ¿Cuánto nos queda?- Preguntó Aoba alterado.

-Creo que diez minutos-

-Al parecer llegaremos tarde a clase- Su gemelo asintió. Salieron del edificio y corrieron a la cafetería, al llegar observaron cómo esta aún estaba llena y sus amigos seguían sentados sobre una mesa hablando. Se acercaron a ellos algo extrañados.

-Buenos días- Dijeron al unísono.

-Buenos días- Respondieron todos.

-¿Qué hacen aquí tan temprano?- Preguntó koujaku.

-¿Temprano? Faltan cinco minutos- Respondió Aoba.

-No, todavía falta una hora- Los gemelos se miraron el uno al otro desconcertados.

-No entendemos que quieres decir Koujaku-san- Habló Sei mirando a los ojos al mencionado. Este les mostró un reloj de muñeca y efectivamente, todavía faltaba una hora.

-¡¿Qué?! Pero en el reloj de nuestra habitación decía que faltaban 5 minutos- Dijo Aoba.

-Oh, esas cosas están dañadas- Comentó Virus, los hermanos suspiraron decepcionados.

-Bien, eso significa que todavía hay tiempo para comer-

-¡Así es!-

-¿Y si llamamos al sensei? ¡Para que se siente con nosotros!- Ideó clear sonriente.

-Es vedad ¡Deberíamos hacerlo!-

-¿Q-qué? ¿Invitar al sensei?- Preguntó Koujaku.

-¡Oh, es cierto! Tu no estuviste ayer- Habló el albino en posición pensativa –Ayer en la tarde estábamos arreglando la fuente y empezamos a pelear con pintura, el profesor Ren se unió a nosotros-

-Mierda, siempre me pierdo esas cosas- Se lamentó el mayor de todos.

-Además Aoba está enamorado de él y él de Aoba- Agregó Noiz quien había permanecido en silencio.

-¡E-eso n-no es cierto!- Respondió el mencionado enojado. Todos en la mesa, menos Mink, Noiz y Aoba rieron.

-¡Sensei! ¡Por aquí!- Dijo Clear agitando sus brazos, el profesor se acercó a la mesa y se sentó en un espacio sonriente.

-Buenos días alumnos- Hablo el mayor de todos.

-¡Buenos días sensei!- Respondieron al unísono.

Los días de este instituto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora