¿Papá? •Ally• ~Raura~

9

Laura's POV

Me quedé petrificada y no podía articular palabra. No lo podía creer, él estaba aquí. En Miami. En frente de mí.

-Laura- suspiró

Cuando por fin salí de mi trance, tomé la maleta y la puse en el suelo. La incliné un poco y comencé a caminar, dándole la espalda a Ross. Antes de que pudiera dar otro paso, él me tomó de la muñeca y me giró. Retuve el aliento cuando me di cuenta de cuan cerca habíamos quedado, si se inclinaba un poco más podría besarme. Nuestras narices casi rozándose.

-¿Qué es lo que quieres?- por fin pude decir.

Él sólo se dedicó a verme a los ojos y después desvío su mirada a mis labios y volvió a mis ojos como si estuvieran en un tipo de trance. Me zafé de su agarré. Eso pareció despertarlo.

-Hace mucho que no te veía- hizo una pequeña pausa- Estás hermosa.

-Gracias- susurré apenas lo suficientemente fuerte para que él me oyera

Aparté la mirada. No quería ver su cara después de 14 años de no haberlo visto, me dolía saber que él era feliz con su esposa y su hijo.

-¿No vas a decirme nada?

-¿Qué debería de decir?- volteé para mirarlo

Eso pareció haberlo callado.

-¿Qué haces aquí?

-Nos acabamos de mudar ¿Tú qué haces aquí?

Sentí que la garganta se me cerraba y las lágrimas amenazaban por salir.

-Debó irme- apenas pude decirlo sin que mi voz se quebrara.

Me giré, sin responder a su pregunta. Caminé rápido, casi corriendo, sin voltear a ver atrás. Encontré a Vanessa a medio camino.

-¿Qué pasó? ¿Por qué tardaste tanto?

No podía responder. Sentía que las lágrimas empezaban a caer, en la garganta sentía un gran nudo. Mi hermana notó las lágrimas y comenzó a alarmarse.

- Lau, ¿estás bien?

-Sólo salgamos de aquí, no quiero quedarme ni un minuto más.

Mi voz sonaba quebradiza. Nessa tomó su maleta de mis manos y pasó su brazo por mis hombros atrayéndome a ella y ayudándome a salir del aeropuerto.

Ross' POV

Tenía la mirada perdida, mirando por la ventana del taxi que nos llevaba a nuestra nueva casa. Sólo podía pensar en ella. Después de casi 15 años de no haberla visto. Sigue igual de hermosa o incluso más. Sus hermosos grandes ojos color chocolate me hipnotizaron como la primera vez que los vi. Lo único que quería era tomarla entre mis brazos y besarla, tirar todo a la basura e irme con ella a donde nadie nos encontrará jamás.

Pero no era tan fácil, ella de seguro me odia por lo que le hice. Si yo fuera ella tampoco me lo perdonaría, después de todos estos años sabía que no la había olvidado, creí que al no volverla a ver, mi amor por ella desaparecería; pero hoy, al volver a verla sólo me demostró que ella jamás había salido de mi corazón y no importa cuántos años estuviera separado de ella nunca la dejaría de amar.

-¿En qué piensas, padre? Has estado muy distraído desde el aeropuerto ¿Te pasa algo?

-No pasa nada, Austin.

En ese momento llegamos a la casa. Bajamos del taxi (el auto llegaría al día siguiente). Saqué las maletas de la cajuela y las metimos a la casa. Y por metimos me refiero a Austin y a mí, Courtney no levantaría ni un solo dedo para ayudarnos. Después de unos minutos llego el camión con los últimos muebles.