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— Ok, Ally. Sólo tenemos que cortar el fondant con cuidado.

Austin se había ido hace unas horas, un poco antes de que Matt llegara. Este momento estaba con mi mamá decorando el cupcake de cumpleaños de Jason. Era un poco grande...Ok era casi del tamaño de un pastel, pero no iba a hacerle un pastel. A Jason le gustaban más los cupcakes con relleno de nutella.

— Ok. Debemos poner la J en el cupcake con cuidado para no romperlo.

Con cuidado, mi mamá me ayudó a poner la J naranja en la punta del cupcake.

— Es perfecto, mamá. Estoy segura de que le va a gustar.

— Wow...

La voz de Matt nos sobresaltó a ambas.

— Te esmeraste mucho en el cupcake de Jason.

Sacó una botella de agua del refrigerador.

— Espero que le guste.

— Estoy seguro. Mañana será un día lleno de sorpresas.

Con eso nos dejó a mí y a mamá con una expresión de confusión en el rostro.


Matta me ayudó a llevar el cupcake por los pasillos de la escuela sin que chocara con nadie.

Sentí a alguien tapar mis ojos justo después de que hubiera cerrado mi casillero, dejando el cupcake dentro.

— Se supone que debería ser al revés. Yo debería tapar tus ojos y gritar "Feliz Cumpleaños"

Quité su manos de mi cara y envolví mis brazos alrededor de su cuello mientras lo abrazaba. Nunca me di cuenta cuan segura me sentía a su lado. Él bajó su cabeza y la posó en el hueco de mi cuello.

— Me da igual como sea. Me gusta sorprenderte, no vas a quitarme el privilegio de ello en mi cumpleaños, ¿cierto?

Nos separamos y recordé el cupcake que estaba en mi casillero.

— No, pero tengo algo para ti. Cierra los ojos.

Cerró los ojos y abrí mi casillero. Abrió un ojo con una sonrisa divertida, entrecerré el casillero para que no lo pudiera ver.

— ¡Hey! Cierra los ojos.

Puse mi mano sobre sus ojos y abrí el casillero con la otra. Tomé su brazo y coloqué a Jason detrás de la puerta del casillero. Sostuve el cupcake entre mis manos y cerré la puerta.

— Ya puedes abrir los ojos...

Los abrió y se quedó con los ojos abiertos.

— ¡Un cupcake gigante!

Reí ante su actitud inmadura y tierna.

— Y está relleno de nutella.

Sus ojos se iluminaron a la mención del chocolate.

— Te amo.

Tomó mi cara y me dio un beso en la mejilla. Mi cuerpo se congeló, no sólo por la sensación de sus labios sobre mí, sino por esas dos palabras que hicieron que mi corazón se acelerara a mil. Se dio cuenta de mi estado y sus mejillas se tiñeron de un tono apenas visible de rosa, mientras posaba su mano en la nuca y sonreía nervioso.

— Ah...Yo...es po-por l-la e-emoción de-del chocolate.

Sonreí. Se veía muy lindo nervioso y supongo que si lo estaba, eso me daba una esperanza.

— Sosténlo.

Le entregué el cupcake y saque una vela y cerillos de un bolsillo de mi mochila. Coloqué la vela en medio de él y la encendí.

¿Papá? •Ally• ~Raura~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora