Capítulo 4.

105 12 17
                                    

¿Qué era lo que acababa de ocurrir? Por unos cuantos segundos, me quedé estático en mi puesto, ligeramente en shock. Tyler Collins había estado a punto de besarme, y yo no había hecho nada al respecto. Antes de que pudiera reaccionar, Lauren ya me había tomado de la muñeca, y ambos corríamos hacia nuestras posiciones para el inicio de la rutina. Todo comenzaría en tres minutos, y a decir verdad, no me encontraba concentrado. Dos minutos: las graderías del campo de juego estaban a reventar, y todas las personas esperaban atentas el inicio de la música. Todos los del equipo estaban estirando, excepto yo, que era incapaz de pensar en algo que no fueran los labios de Tyler. Un minuto antes de tener que ir ante los ojos del público, comencé a pensar que tal vez podría equivocarme si no me concentraba, por lo que respiré profundo, y corrí hasta la cancha justo antes de que comenzara a sonar la música. Las personas se ponían de pie, aplaudían y estallaban en gritos al vernos, pues éramos adorados por las personas. Me recosté en el suelo, boca abajo, y cuando la música comenzó a sonar, inicié la rutina, parándome sobre mis manos. En los siguientes tres minutos y medio, las personas aplaudían y animaban mientras nosotros hacíamos saltos, acrobacias, lanzamientos y demás. Al final de todo ello, terminé con una chica de pie sobre mis hombros, y pude notar algo a lo que no le había prestado atención antes: Tyler estaba mirándome. Estaba con todos los del equipo, quienes se encontraban hablando y bromeando entre ellos, pero, a diferencia de los demás, sus ojos estaban clavados en mí, desde su lugar a un lado de las graderías. Sonrió al notar que yo hacía lo mismo, y luego se dio media vuelta para quedar de frente a sus compañeros. La chica sobre mí saltó al suelo, y todos salimos del lugar, de vuelta hacia los baños donde habíamos iniciado todo.

Allí, todos hablaban animados acerca de la rutina que habíamos realizado, emocionados, excepto yo, que estaba sentado en una banca, jugando inquietamente con mis dedos. ¿Por qué se quedó observándome al final? ¿Me habría estado observando todo el tiempo? Comencé a creer que era bastante posible, lo que hizo que me cuestionara si él pensaba en mí de la misma forma en la que yo pensaba en él.

Me puse de pie, para poder observar por una de las ventanas hacia el campo de juego: el equipo de básquetbol estaba entrando a la cancha, y las personas apenas aplaudían, estaba seguro de que lo hacían por lástima. Seguí con la mirada a Tyler durante unos segundos, mientras comenzaba el juego. Me encantaba cómo lucía al correr, era extremadamente sexy.

Agradecía que todo el mundo, incluyendo a Lauren estuviera tan ocupado en sus asuntos, al punto de no notar mi ausencia, pues así podía observar el juego en paz sin que nadie hiciera preguntas. El equipo contrario acababa de anotar un punto, y sólo habían pasado tres minutos. Me sentí mal por ellos, y me puse de pie, caminando hasta los lavabos para poder refrescarme un poco. Allí dentro, mientras remojaba mi rostro con el agua fría que salía de la llave, sentí unos brazos rodear mi cintura. Me incorporé para ver quién era aquella persona, y pude ver el reflejo de Christian en el espejo, con su pecho pegado a mi espalda.

—Estuviste increíble allá afuera.

"Tyler no fue el único que me estuvo mirando" pensé. Tomé un poco de agua en mi mano, y la lancé sobre su rostro, riendo suavemente. Había salpicado en su camiseta, lo que hizo que se molestara. Cerré la llave del lavabo, y él me dio un empujón leve, haciendo que quedara atrapado entre su cuerpo y la pared, ahora mirándolo de frente.

—Vaya, mi camiseta está mojada. Tendrás que quitármela.

Puse los ojos en blanco, y con la palma de mi mano sobre su pecho, lo empujé, haciendo que retrocediera.

—Tal vez después— le dije, pues en realidad no sentía ganas de hacer nada con él, y menos en ese lugar, donde Tyler podría vernos.

Mi mente no podía apartarse del capitán del equipo de básquetbol, que por alguna razón se había estado comportando bastante extraño a lo largo del día.

—Por favor...— suplicó el chico.

—Vamos, sabes que no me gustan los necesitados— le dije, levantando mis cejas y caminando fuera del tocador. Seguramente eso había sido un golpe bajo, y eso me agradaba.

Fui hasta donde estaba Lauren, y me quedé hablando con ella durante un rato acerca de Tyler, le conté todo lo que había ocurrido antes del juego, sin incluir los detalles de cómo se había quedado mirándome poco antes en las clases de la mañana.

—Así que Tyler estuvo a punto de besarte— dijo ella, sorprendida.

— ¡Calla! — exclamé, pues no quería que todo el mundo la escuchara. —Tal vez...

Mi amiga estuvo hablando un buen rato sobre ello, y comenzó a crear hipótesis de por qué no lo hizo en aquel momento. Comenzaba a sentirme algo incómodo, pues probablemente alguien nos oiría si seguíamos tratando el tema, y eso serviría para formar un problema, por lo que le dije que la vería luego.

El partido ya había terminado, y los basquetbolistas comenzaban a entrar a los vestidores, y a decir verdad, se veían bastante felices. No sabía cómo, pero habían logrado empatar al otro equipo, quedando con dos puntos cada uno. Eso era lo más cercano a una victoria que habían tenido desde el año pasado.

— ¡El equipo de básquetbol es mucho mejor que su afeminado escuadrón de porristas! — exclamó uno de los jugadores, empujando a uno de los nuevos animadores, que, comparado a los demás, era bastante pequeño.

Ahora sí me habían molestado, siempre querían creerse superiores a nosotros, y la verdad era que ellos nunca lograban algo.

— Es curioso que lo digan, cuando nosotros hemos ganado seis campeonatos seguidos, y ustedes no pueden hacer ni una anotación sin la ayuda de Tyler— exclamé, poniéndome frente a aquel imbécil, poniendo mi mano sobre su pecho. —Cálmate.

Inmediatamente, Lauren se acercó a mí, cruzándose de brazos, lo que hizo que el chico se alejara sin decir una palabra más. Suspiré, agotado por estos ridículos problemas que ocasionaban las personas, y me fui nuevamente hacia los lavabos.

—Oye... gracias... por defenderme— dijo tímidamente aquel chico, que se había atravesado en mi camino.

—Claro, está bien— le dije, dándole un par de palmaditas en el hombro, y rodeándolo para continuar caminando hacia los lavabos, necesitaba beber un poco de agua.

Al entrar al lugar, me di cuenta de que Christian aún estaba allí, y estaba sonriéndome. Pero había algo que hacía que no me agradara en absoluto la situación, algo que hacía que me pusiera rojo de ira.

Christian tenía su espalda pegada a la pared, y estaba mirándome con una sonrisa burlona en su rostro. Justo frente a él, pude encontrar a Tyler, con su cuerpo pegado al ajeno, y los labios del pelinegro besando el cuello del rubio.


- o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o - o -


Bueno, el capítulo está un poco corto, pero el siguiente no lo será. Espero que les guste, no olviden votar y dejar sus comentarios.
¡Gracias por leer!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 07, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Balones & pompones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora