LIBROS

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Siguiendo con todo este tema de las antisociales y las chupipandis, quisiera hablar de las cosas que nos diferencian a los dos colectivos, en especial de una: los libros. Montañas y montañas de libros.

Los libros son esenciales para la vida humana. Hay varios tipos:

Primero están los clásicos libros de texto, que se usan en los colegios, y que todos, TODOS sin excepción, hemos querido quemar, romper, o dárselos de comer al gato (un minuto de silencio por bigotitos).

Después tenemos los libros de autoayuda; esos libros con títulos motivadores (y bastante ñoños) como: "Herramientas para alcanzar tus metas, la historia de una superación" (siempre será la historia de...), y portadas constituidas por una fotografía de una mujer/hombre con la mano en la barbilla o mirando al horizonte dramáticamente, pensando en algo super profundo e inteligente (yo me los imagino pensando en bebes obesos y unicornios felices)

Y por último, pero no menos importante, tenemos los libros de entretenimiento (no estoy muy segura de que ese sea su nombre, pero como yo soy tan cool pues los llamo así). Los mejores en mi opinión.

Son aquellos capaces de transportarte a otro lugar, hacerte sentir que estas viviendo la historia que te están contando, que conoces a los personajes, y hacerte sufrir cuando uno de ellos muere.

Los libros son un claro ejemplo de diferencia entre nosotros. No me mal interpretéis, tampoco digo que todo el que lea tenga que ser un antisocial, ni que aquella persona que no lo haga automáticamente sea considerado chupipandi. Todo depende del libro en cuestión.

En clase de literatura estamos realizando un trabajo sobre esto, precisamente. El proyecto consiste en intercambiar algún libro tuyo con el de otra persona, y después escribir una redacción sobre el tema de este y tu opinión al respecto. Hasta ahí bien.

El problema es que el proyecto es en parejas. Y mi pareja (elegida por mi profesora, que quede constancia) es Charleen.

Charleen es una chica bastante odiosa. Es de baja estatura, morena, y tiene la maldita costumbre de estar mascando chicle siempre, con la boca tremendamente abierta. Nunca me acerco demasiado a ella, no vaya a ser que algún día el chicle decida ser libre y volar hacia mi.

Lo que mas destaca en ella es su gran pechonalidad. Dicen que perdió la virginidad a los trece años. No me extrañaría en absoluto, por como suele mirar descaradamente el trasero de mr.Sterling durante las clases de ciencias.

El objetivo de este proyecto era llegar a comprender mejor a tu compañero, y su visión de la literatura. Pero en Charleen no hay mucho que comprender.

Tenía pensado prestarle uno de mis libros favoritos. Habíamos acordado que yo me acercaría a su casa, y allí los intercambiaríamos.

Cuando estuve frente a su puerta y llame al timbre, apareció ante mi un chico al que no había visto en mi vida. Parecía bastante extrañado. Supuse que seria su hermano.

-Ho...hola, vengo a traerle esto a Charleen-dije alzando mi libro, presa de los nervios.

-Ah, vale-contestó, dejando la puerta abierta y volviendo a su cómodo sofá.

¿Ah, vale? ¿Enserio? ¿Ni un hola?

-¿Y...donde está?

-En clases de natación. Debe de estar al caer-me respondió, sin apartar la vista de su videojuego.

Me senté en el sillón de enfrente, indignada por lo antipático que había sido el hermano de Charleen conmigo. Como si no fuera lo suficientemente guapa o interesante para el, como si no fuera digna de su atención. Idiota. Supongo que la estupidez venia de familia.

Como ser una antisocialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora