Luna Llena

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-No soy para ti Carolina.

Esa voz... Una voz tan poco común, de esas que te embriagan como un chupito de vodka caramelo.

Un ruido molesto de persiana me despertó de ese sueño tan melodrámatico. Y ese sol asfixiante me hizó abrir los ojos- Mi madre-  como no imaginarselo.

-Levanta cariño, ya son las 8 de la mañana- Me dijo mi madre con un tono cariñoso. Pero espera, las 8 de la mañana?.

-Pero tu estas loca? Hoy es sabado! Uno de los pocos días que tengo para dormir hasta tarde. Y me despiertas!- Me encontraba histérica. No paraba de gruñir.

-Carolina, si es sábado. Y es el cumpleaños de tu hermana, e ibamos a ir al zoologico. No te acuerdas?- Me dijo con un tono amenazante, y levantó su ceja de un modo terrorífico.

-Vale, ya me visto.  Dame 10 minutos - Y cerrando la puerta mi madre se apresuró a bajar, de seguro para darle de comer a Allison, que cumplía hoy 4 añitos, y era la primera vez que iba al zoo.

Que ilusión.

Apresurandome a recojer la maraña que tenía por pelo y enfundarme unos pantalones cortos y una camiseta blanca suelta, salí por la puerta para ir al servicio, donde dejé por ultima vez mis deportivas.

Tras asearme, bajé corriendo las escaleras, donde mi padre, mi madre y mi hermanita, me miraban alegres.

Sonreí y me dirigí a darle un enorme abrazo y un beso a la mocosa que tenía por hermana.

Estaba realmente super linda esa mañana con sus dos coletitas y su vestidito rosa.

*****

- Son 3 euros, señorita- Me dijó el dependiente del zoologico con una amable sonrisa de coqueteo, debería de tener  unos 19 años. No estaba mal, pero yo no estaba en mi época de "aqui te pillo, aquí te mato". Llevaba unos días soñando con hermoso joven moreno, terriblemente sexy de ojos verdes. Y los demás eran agua con azucar cerca de él.

-Muchas gracias- Y tras coger mi bebida, salí de la parte de "Restaurantes" y fuy a buscar a mis padres.

Había varias secciones, entre ellas estaban: Pájaros, leones, chimpancés entre otros muchos.

Pero hubo un cartel que me llamó muchisimo mas la atención, el de lobos.

Era como sí me estubieran cogiendo de la mano y arrastrandome para ir hacia allí.

Como una fuerza magnética, y yo, como mosca, caí en la red.

Había un pequeño prado, rodeado de cercas, no de vidrio esta vez.

Había un pequeño cartel informativo de no acercarse mucho, pues habían traído los lobos la noche pasada y no sabían cuan peligrosos podrían ser.

Ignorando el cartel, me acerqué a la cerca y observé a los lobos.

Uno por uno.

Todos tenían un pelaje marrón rojizo, eran unos lobos bastante grandes, la mayoría tenían ojos azules o marrones. Eran todos muy hermosos.  Pero tenían un aspecto peligroso, parecía que te comían con la mirada.

Al fijarme en el último lobo, que todavía no se había percatado de mi presencia.

Tenía un aspecto triste, meláncolico. Era sin duda el lobo mas hermoso de los que allí se encontraban.

Tenía un pelaje negro azabache, unas patas estilizadas y sin duda era el mas grande de todos.

Me quedé un buen rato mirándolo, ignorando por completo a los demás lobos.

Luna LlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora